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En Tucumán también preocupa la Secundaria del Futuro

La Reforma educativa que se pretende implementar en un puñado de escuelas de Ciudad de Buenos Aires a partir del año que viene genera reacciones también en Tucumán. Si llegara a prosperar, la propuesta de Rodríguez Larreta se extenderá a todas las instituciones para luego avanzar en las provincias. Se trata de un paradigma, de una manera de concebir la Educación Pública y por ende de organizar las instituciones escolares en función de un proyecto educativo enmarcado en un proyecto de país.


Lo macro está claro. El gobierno porteño apunta a una reforma que acerque a las escuelas de la Ciudad a la visión del sistema dual alemán, que está enfocado en la inserción laboral y aspira a que la formación no se limite a las aulas, sino también a los lugares de trabajo. Eso, en apariencia hablaría de una meta noble, pero varios elementos llevan a suponer que el costo que pretende pagarse es elevado. La falta de intercambio y diálogo, la negativa a brindar información, el ninguneo a un actor clave de la comunidad educativa como son los estudiantes, puso al mismo proceso de inserción del tema en la agenda en el ojo de la tormenta y la resistencia por parte de estudiantes, docentes y padres no se hizo esperar. Viendo del macrismo el proyecto Secundaria del Futuro ganó peso la versión de que lo que realmente busca el proyecto educativo del jefe de gobierno va en línea con las propuestas generales de los grandes trazados políticos de los últimos 20 meses, cederle cada vez más lugar al mercado para que transforme en negocio lo que antes era garantía y derecho, flexibilizar condiciones de trabajo de los maestros y docentes, y apuntalar la cultura de la meritocracia y la competencia entre pares. En ese sentido se ensancha una grieta entre lo que declama y lo que realmente se genera con las iniciativas concretas. En nombre de la búsqueda mayor calidad educativa se generan propuestas que avasallan derechos y debilitan lo realmente existente.


Consultamos a docentes y pedagogas tucumanas para sondear cómo se está leyendo esta iniciativa desde Tucumán y qué perspectivas genera la posibilidad de que se extienda al resto de las provincias lo que viene siendo una avanzada porteña.


Ana Cecilia Palacios, pedagoga y miembro de la cátedra de Instituciones Educativas del Departamento de Formación Pedagógica de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT y asesora pedagógica en el Colegio Nacional expresó que “La reforma de la escuela secundaria bajo el título “Secundaria del Futuro” en mi opinión carece de un proyecto concreto, serio, fundamentado que permita tener una aproximación y conocimiento de lo que están queriendo buscar o proponer. Una de las cuestiones básicas como disponer de un “documento” oficial que muestre cuál es la propuesta es inexistente, por ejemplo y sólo circuló una presentación de un power point con algunas ideas generales. Tal vez en CABA esta reforma educativa sea necesaria ya que es una Ciudad que no ha modificado estructuralmente su oferta según la Ley Nº 26.206. Pienso que algunas cuestiones o aspectos que se requieren revisar tienen que ver básicamente con la relación escuela-comunidad, las culturas juveniles en la escuela hoy, las tradiciones de las escuelas secundarias en relación a las características del contexto económico, social, cultural, las condiciones de trabajo docente”.


Carolina Abdala, doctora en Ciencias de la Educación, profesora Asociada en la facultad de Filosofía y Letras de la UNT, en las materias de Didáctica y Curriculum de los profesorados y Teorías y Diseños Curriculares de la carrera de Ciencias de la Educación criticó el espíritu de la propuesta dado que “Para esta secundaria, el ciudadano del Siglo XXI es talentoso, creativo, crítico, emprendedor, alfabetizado digitalmente, cooperativo, adaptable. Una combinación un tanto contradictoria de virtudes. ¿Cómo se puede ser un ciudadano crítico y a la vez adaptable? En todo caso, ¿es deseable un ciudadano adaptable?, ¿Adaptable a qué?, ¿a las demandas del mercado, a las necesidades del mundo laboral?, ¿A una sociedad injusta que cada vez más excluye a los jóvenes pobres arrojándolos a un futuro sin futuro? No hay respuestas explícitas para eso en esta reforma condensada en 15 diapositivas. Pero podemos inferirlas”.


La pedagoga agregó que “es preocupante la idea de un sujeto adaptable, porque ello supone un

sujeto que no cuestiona, que no reflexiona. Lo opuesto a la crítica. Hay un énfasis en atender sus trayectorias e intereses y en que cada uno defina un plan personal de aprendizaje que incluirá metas y estrategias particulares. En ese marco, la pregunta es ¿se proponen el logro de metas comunes para tod@s l@s alumn@s?, ello supondría definir metas igualitarias y trabajar para garantizar el acceso a un curriculum común, atendiendo a principios de justicia curricular. Desde mi perspectiva, esta propuesta no plantea ello, a pesar de que en diferentes partes del texto habla del trabajo colaborativo entre l@s estudiantes, creo que en definitiva hay una visión bastante individualista del alumno. Y una idea de alumn@ universal, representado en un sujeto de clase media con acceso a recursos tecnológicos y a otros bienes culturales”.


La Reforma va entrando a las escuelas de a poco pero sin pausa



Silvina Vaca Oviedo Asesora Pedagógica del nivel secundario y profesora de la cátedra de Didáctica y Currículum del Departamento de Formación Pedagógica de la FFyL destacó que “Toda propuesta de reforma educativa debe ser comunicada, debatida, consensuada, teniendo en cuenta el contexto en el que se lo implementaría y su finalidad. En este caso (el proyecto que quiere implementar el gobierno de CABA) disiento por muchas razones, en particular porque fue una decisión arbitraria sin previa consulta, dejando fuera cualquier actor educativo que necesariamente debería ser tenido en cuenta por su propia experiencia en el sistema educativo. Estos procesos cuando suceden desde la imposición, nunca tienen buenos resultados y generan contradicción y malestar en la comunidad educativa. Por otro lado, pensar en una educación para el nivel, donde nuestros jóvenes deben pasar parte de su formación en el último año en empresas con la finalidad de que hagan prácticas laborales, entiendo que no responde a una lógica de formación crítica y transformadora, sino más bien de una manera encubierta la formación de mano de obra barata, sacándolos de la escuela dónde es el verdadero espacio que tienen para formar sus herramientas que les permitan luego tener una postura crítica y consciente de lo que implica el mercado laboral, capitalista. Además en esta línea se materializa el poco reconocimiento del valor que significa el rol de nuestros docentes en el nivel”.

En ese mismo sentido Ana Cecilia Palacios consideró que “se podría primero implementar un proceso de consulta en las instituciones y sus actores sobre cómo se encuentra la escuela secundaria, cuáles son las dificultades. Si no tenés procesos de participación y consulta es imposible abordar cualquier reforma o revisión. Una de las características, por ejemplo, que se propone desde la Ley y desde estos lineamientos, tiene que ver con la “recuperación de la visibilidad del estudiante como sujeto de derecho”.


Palacios profundizó el sentido de la afirmación y expresó que “en términos reales se debe comenzar a pensar otra organización de la escuela en las cuales los procesos de participación sean horizontales y destinados a todos los estamentos que conforman la comunidad educativa. La intención debería enfocarse en recuperar las voces y posiciones de todos los actores para pensar en una escuela democrática y participativa”, señaló Palacios.


Vaca Oviedo consideró que “es obvio que el nivel medio puede ser mejorado. La organización de cursado, aprobado y egreso del nivel tiene sus obstáculos que aún hoy, en el marco de la ley 26206, generan exclusión. Cuando un estudiante no alcanza los objetivos del año cursado, y desaprueba en las instancias de exámenes, queda de curso. Lo que implica no solo un sentido de fracaso personal sino también del propio sistema. Porque al repetir el mismo año, se desconoce desde allí todo lo que pudo haber aprendido en su trayectoria. Es decir, aprobó 8 materias, desaprobó 4 y por eso repite. Es necesario un cambio en los modos de trayectorias escolares, los modos y formatos de evaluar y los enfoques que uno elige para enseñar. La organización de los espacios curriculares deben ser repensados, planteando la profundización de trabajar interdisciplinariamente, con temáticas que sean transversales a las instituciones educativas y que generen cambios reales en los sujetos aprendientes. Esto último de a poco se va observando en las escuelas secundarias pero aún faltan políticas educativas que les den mayor fuerza para dejar de pensar en materias sesgadas, escindidas. Con la ley de Centros de Estudiantes y los Acuerdos Escolares de Convivencia (AEC) permitieron una mayor participación de los estudiantes sin embargo aún eso no está siendo una práctica cotidiana en el nivel, falta sentido de pertenencia y que puedan apropiarse de las mismas”.


¿Aprender de otro modo es bueno en sí mismo?

La reforma plantea la necesidad de modificar las maneras de aprender utilizando Formatos Flexibles de aprendizaje. Se refiere por ejemplo a la posibilidad de apelar a los "videojuegos educativos" -algo que no es novedoso-, el uso de "guías de aprendizaje interactivas" en las que "cada alumno avanza en función de su plan personal de trabajo" y proyectos vinculados a las áreas de conocimiento en los que "los alumnos son los responsables de planificar y estructurar el trabajo". También vinculado a este tema habrá "una plataforma de aprendizaje" del idioma inglés "que permitirá que los alumnos puedan estudiar desde sus casas y ampliar las horas de clase que reciban en la escuela". Según Abdala la propuesta debilita “la idea de una educación pública común, igual para todos, no aparece ni si quiera mencionada en el texto. Evidentemente, en un intento reformador, y modernizador, tales banderas de lucha son “debidamente excluidas para dar cabida a lo nuevo”.


Valores históricamente vinculados a la Educación Pública, como “Solidaridad, Democracia, la visión de la educación como derecho y como oportunidad para mejorar las condiciones de existencia, no forman parte de la propuesta. La idea de la educación como formación de un ciudadano comprometido con un proyecto de Nación también está completamente ausentes. Por otra parte, las condiciones presupuestarias necesarias para garantizar cualquier propuesta de cambio, no son mencionadas en este “documento oficial” y considero que ello es fundamental si lo que se desea, como proyecto político educativo, es garantizar el acceso a la educación a todos y todas”, señaló como falencia la pedagoga tucumana.


Relación con el Mercado o a la medida de un tipo de Mercado


La propuesta no deja afuera el sistema de pasantías que se reserva para el último año. Si bien en tres de cada diez escuelas porteñas ya se hacen "prácticas educativas", se piensa impulsar este aspecto y darle una importancia central. La administración del tiempo seguirá el siguiente criterio:


– 50% del tiempo escolar destinado a la aplicación de los aprendizajes en empresas y organizaciones según talentos e intereses de cada alumno;


– 50% del tiempo escolar destinado al desarrollo de habilidades y proyectos relacionados al emprendedurismo;


– Formación pre-universitaria: acreditación de las 2 materias generales del CBC (UBA).


Los estudiantes se preguntan si ¿Las pasantías serán pagas? ¿Se harán en horario escolar? ¿Cómo se seleccionará a los empleadores? ¿Cómo se evaluará el desempeño dentro de las empresas?.


Eso aún no tiene respuestas claras y ha sido parte de los temas discutidos en asambleas y reuniones.


Según la pedagoga Carolina Abdala “el tema de la articulación entre educación y mundo laboral no es nuevo, por el contrario, ha estado presente en las inquietudes de muchos proyectos políticos educativos. No ignoro que es un tema que debe interesarnos, sin embargo en esta propuesta me parece que se resuelve de un modo que tendrá consecuencias serias sobre la formación de adolescentes y jóvenes. En primer lugar, porque el último curso del secundario se vacía de contenidos, para que l@s estudiantes vayan a hacer pasantías a empresas. ¿Cómo se organiza esa experiencia para que no se conviertan en una forma “sutil” de ofrecer mano de obra barata al mercado laboral, en lugar de ser una verdadera experiencia de aprendizaje”? En relatos de muchos jóvenes que realizaron pasantías en proyectos educativos anteriores, se menciona que en las empresas generalmente no eran controlados por nadie, no recibían entrenamiento alguno y la mayor parte de las veces se les asignaban tareas irrelevantes. Por otra parte, desde la escuela se desentendían completamente durante las mismas, corriéndose de su responsabilidad educadora”.


Pero también se puede indagar sobre si todos los estudiantes deberían hacer pasantías laborales como parte de su formación en la escuela, más aún si toda la educación secundaria debería destinar un año a la formación para el trabajo o más bien para el empleo, como parece tratarse en este caso.


La tres pedagogas consultadas coinciden en la propuesta Secundaria del Futuro debe analizarse en el contexto de un modelo económico y político neoliberal como el que lleva adelante el actual gobierno nacional. En ese sentido la asociación entre trabajo precario, mano de obra barata, flexibilización laboral tiene coherencia. Abdala sugirió que “la formación para el emprendedurismo completa la visión de un sujeto que se hace a sí mismo, superando las adversidades. El tú puedes (cual programa de autoayuda), reemplaza a la construcción de proyectos colectivos y a la formación para la crítica social, asentada en claros planteo éticos y políticos. Por otro lado este proyecto plantea una inconsistencia. Sugiere que en el último año de la escuela secundaria, además del 50% del tiempo destinado a pasantías y el otro 50% a emprendedurismo, también se realizará la “Formación pre-universitaria: acreditación de las 2 materias generales del CBC (UBA)”. ¿En qué tiempos si ya el 100% estará ocupado en las dos actividades anteriores?, hay poca previsión”.


Silvina Vaca reforzó la idea complementando que “se formula que nuestros jóvenes deben pasar parte de su formación en el último año en empresas con la finalidad de que hagan prácticas laborales, pero eso no responde a una lógica de formación crítica y transformadora, sino más bien a la necesidad de contar con mano de obra barata a la medida de las pocas fuentes laborales genuinas que abre el mercado. De este modo se materializa el poco reconocimiento al rol de nuestros docentes en el nivel medio. Cuando se plantea la "autonomía" de los estudiantes en su formación, nos están diciendo que va a depender de cada uno sus logros o fracasos, la idea de "meritocracia" tan plasmada en estos últimos tiempos”.


La discusión aun no entró de lleno a Tucumán pero las preocupaciones que ya plantean algunas docentes pueden generar lecturas preventivas y marcar alertas para ir siguiendo los avances de una Reforma que marcha sin parar a velocidad crucero. Reforma que se propone rediscutir las reglas de juego en el campo de la educación pública y hasta resignificar el sentido que la misma educación tiene para la ciudadanía. De hecho, y esto será motivo de otro artículo el documento del Plan Maestro esboza la provincialización de la negociación salarial de los docentes, rompiendo con la lógica de la Paritaria Nacional Docente que marcó el piso negociable como referencia para todas las jurisdicciones del país con el fin de quitarle fuerza a los sindicatos.

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