Una reflexión sobre Time Warp desde adentro
Mi nombre es Cande, tengo 24 años, estoy cursando el último año de arquitectura en la UBA y vivo en Buenos Aires hace 6 años. Desde el año pasado voy a fiestas electrónicas, y sí, estuve presente en la edición de este año de la Time Warp en Costa Salguero.
Primero quiero expresar qué son para mí las fiestas electrónicas. En principio no me gustaba la música, no la entendía y me daba mucha impotencia no poder compartir eso con mis amigos. Fui escuchando más, empecé a salir con ellos a fiestas chicas, y de a poco fui aprendiendo a disfrutar algo que antes pensaba imposible de bailar. En mi primer fiesta grande entendí todo. El ambiente de la música electrónica es increíble. Contrario a lo que muchos piensan, la gente ahí adentro es generosa, amigable, todos comparten el mismo sentimiento. No es raro que te hagas amigos nuevos cada fiesta, simplemente porque están bailando al lado tuyo. Conocí muchísima gente, todos distintos pero todos grandes personas.
Personalmente siempre amé los recitales y voy cada vez que puedo a ver las bandas que me gustan, y para mi ir a una fiesta electrónica es una hermosa combinación entre salir a bailar e ir a un recital. Esperé mucho tiempo que llegue la Time Warp. No había ido nunca a una fiesta tan grande. Tampoco había ido nunca a una fiesta tan mal organizada. Cuando llegamos, un poco antes de las 12 de la noche, la fila era interminable, no sabría decir cuantas cuadras, pero éramos miles. Todos aplastados esperando que avance, y por la velocidad a la que lo hacíamos supusimos que nos quedaban horas de espera. El problema es que eran muy pocos los policías revisando a la gente que entraba. En todas las fiestas a las que fui siempre me revisaron todo, hasta los cigarrillos armados.
No sé si fue la presión de la gente o si fue decisión de la organización, pero después de un rato tiraron las vallas y entramos todos, y la policía no me pidió ni el documento. Ya adentro nos enteramos que la entrada no era lo único colapsado. Era prácticamente imposible comprar en las barras, ir al baño y hasta bailar. El lugar explotaba. En mi opinión, no estaba preparado para la cantidad excesiva de gente que estaba ahí. Yo tuve la suerte de que un amigo se sacrifique por todos y haga la fila para comprar la mayor cantidad de tickets posibles en la barra, pero realmente considerabas aguantarte la sed toda la noche antes de hacer el intento de comprar y perderte a la mitad del line up. Eran muchos djs y lo máximo que tocaban eran 3 horas, perder una hora haciendo fila era mucho tiempo.
Ese día había llovido mucho, la humedad y el calor adentro de los pabellones era insoportable. En mi vida había sentido tanto calor, y eso que conozco Tucumán y Santiago del Estero en verano. Una de mis amigas casi se desmaya, por supuesto que los que se encargaron de ayudarla fueron mis amigos, ni una sola persona del evento. En otras fiestas vi gente descompensarse. Independientemente de si habían consumido alguna droga o no, bailar varias horas seguidas con un calor insoportable y sin posibilidad de hidratarte como necesitas golpea a cualquiera. Siempre que vi una situación así, vi también gente ayudando. Médicos o enfermeros atendiendo. Acá no.
Cuando nos estábamos yendo, vi a un pibe tirado en el piso, estaba morado y parecía estar convulsionando. Los que lo estaban socorriendo eran las mismas personas que estaban ahí bailando, uno de ellos gritaba para que alguien busque un médico. Otros fueron a buscar ayuda, yo seguí caminando con el grupo de gente que estaba dándole espacio para respirar. No sé si ese pibe estará bien ahora. Espero que sí. En mi cabeza pensé que era como en las demás fiestas, y que un médico iba a atenderlo muy pronto. No me enteré de las muertes hasta unas horas después de llegar a mi casa, cuando me llamó mi papá enloquecido.
Los días siguientes fueron muy oscuros, leí y escuché muchas cosas horribles. Primero la forma en que la gente se refería a estos pobres pibes. Faloperos, drogadictos. Gente que jamás los conoció juzgando algo de lo que se sabe muy poco. Yo personalmente creo que le podría haber pasado a cualquiera. A mí, a mi mejor amiga, a mi hermano. Estábamos todos ahí. Y no digo esto hablando del consumo de droga, cualquier situación ahí adentro se podría haber convertido en una tragedia. Conversando unos días después con mis amigos pensábamos: ¿qué hubiera pasado si se prendía fuego algo? Salir a tomar aire era de por sí casi imposible, sumale caos a la ecuación y hoy seguro no estaría contando esto.
Hay muchas versiones de qué consumieron estas personas, pastillas de Superman rojas que en realidad no eran éxtasis, una jarra que supuestamente tenía agua pero en realidad era otra cosa. Cualquiera sea la respuesta, se podría haber evitado. El consumo existe, y hace mucho. El problema es que lo negamos, damos vuelta la cara y nos hacemos los boludos en vez de buscar una posible solución. Nos falta información confiable y accesible de las cosas que circulan. El que se droga en una fiesta electrónica lo hace por las mismas razones por las que cualquier otra persona se toma un vodka con energizante en un boliche. Tomar eso es pésimo, ¿sabían? El energizante estimula tu organismo, notás menos los efectos del alcohol entonces podés consumir más. El problema es que haciendo esto el alcohol hace un efecto depresivo en nuestro cuerpo, y el energizante lo activa. Esto causa muchos problemas de salud, incluso infartos. Se sabe hace años pero si vas a un boliche hoy te lo siguen vendiendo. Y si sos menor de edad lo podés comprar igual.
Entonces, ¿por qué se hace? ¿Por qué los jóvenes se alcoholizan? Con la cantidad de accidentes que hay, la cantidad de estadísticas que muestran que el consumo de alcohol aumenta día a día en adolescentes. ¿De quién es la culpa? Yo sólo puedo decir que existe, no sé por qué pero existe. Como las pastillas, como el porro. Y creo que la única solución es educar, dar toda la información necesaria. Contener para que no se consuma por presión, en exceso, con desinformación. ¿Cuántas muertes evitaríamos si todos pudieran elegir a consciencia lo que consumen? Si no fuera todo turbio, escondido, clandestino. Yo solo espero que de esto se aprenda, que el que consuma se informe y sobre todo que aprendamos como sociedad que no sirve de nada esconder la mugre bajo la alfombra.