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Presentaron un informe sobre maternidad infantil forzada en Latinoamérica



El Comité de América Latina y el Caribe para Defensa de los Derechos de las Mujeres, CLADEM, presentó el miércoles el informe regional sobre maternidad infantil forzada, en el marco de la muestra “Mujer, cuerpo e independencia” en el Museo de la Universidad Nacional de Tucumán.


El trabajo, titulado “Niñas madres. Balance Regional embarazo y maternidad infantil forzada en América latina y el Caribe”, resulta de una investigación sobre la situación de la problemática en 12 países del continente, y tiene por objetivo por un lado dar cuenta del alcance del fenómeno, incidir en políticas públicas al respecto, y consolidar el concepto de maternidad infantil forzada como tortura en el ámbito de los derechos humanos a nivel local, nacional e internacional.


Entre las observaciones del estudio, se destaca el hecho de que excepto en el salvador, los países estudiados no registran los embarazos de niñas menores de 15 años, sino solamente los partos, es decir los casos que efectivamente se producen nacimientos. Los embarazos adolescentes sí son registrados, entre 15 y 19 años, pero dejan afuera a las niñas.


En la mayoría de los países, consigna el informe, “…los datos de embarazos son los mismos que los de partos de niñas. Eso impide verificar el número real de embarazos, si tuvieron atención pre natal o cuántos de ellos derivaron en abortos”.


CLADEM, una red de mujeres y organizaciones feministas realiza campañas y acciones de sensibilización e incidencia para la garantía efectiva de los derechos de las mujeres, plasmados en diversos tratados internacionales como la Convención Internacional para la Eliminación de todas las formas de Discriminación hacia la mujer (conocida como CEDAW) y es en el marco de las audiencias del comité de seguimiento de esa convención donde se presentó este informe originalmente. Como los demás tratados de derechos humanos, sus comités de seguimiento reciben además de la información sistematizada por los Estados, la visión de las organizaciones de la sociedad civil sobre la problemática.


La motivación del estudio



El trabajo que presentó en Tucumán la socióloga Milena Páramo Bernal, integrante de CLADEM e investigadora de la Universidad Nacional de General San Martín, fue dirigido por Susana Chiarotti y contó con un equipo de investigadoras de Argentina, Brasil, Colombia, El Salvador, Honduras, México; Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana y Uruguay.


Durante la presentación, a la que asistieron integrantes de organizaciones sociales, estudiantes universitarias, profesionales de la salud, funcionarias y docentes, la Licenciada Páramo Bernal explicó que uno de los intereses de CLADEM al sistematizar la maternidad infantil forzada reside precisamente en el concepto:


“El antecedente con el que CLADEM trabajó la idea de maternidad infantil forzada como tortura fue el de una niña paraguaya de 9 años que fue violada y que en una consulta médica por un supuesto mal de estómago se revela que estaba embarazada. Se hizo una movida en Paraguay entre la Iglesia católica y operadores de salud para hacerla continuar con el embarazo de lato riesgo; la sociedad paraguaya se pronunció diciendo que el embarazo debía continuar. CLADEM presentó el caso a nivel internacional para mostrar que una niña de nueve años no tiene el físico preparado. A la niña la hicieron entrar a un hogar donde quedó secuestrada. Decimos secuestrada por dejaban ver a una tía solo dos horas por semana. Amnistía internacional y CLADEM elevaron esta situación como una forma de tortura”


A partir del caso de Paraguay CLADEM comenzó a investigar qué sucede en el resto de los países con las niñas madres. La socióloga explicó “Una niña menor de 15 años no consiente, no existe el consentimiento, por eso se habla de violación. En los códigos penales están previstos el abuso y sus agravantes. Sabemos que la mayoría de los abusadores son padres, padrastros, o personas cercanas. También nos proponemos ver qué pasa con la atención brindada a estas niñas, y qué pasa a nivel penal, si hay penalidad para esta violaciones y si en los países donde hay legislaciones se dictan sentencias y si se cumplen.”


La especialista enfatizó que resulta absurdo pensar en la posibilidad de consentimiento cuando incluso muchas de las niñas entrevistadas durante la investigación mostraron desconocer absolutamente la posibilidad de un embarazo como producto de las violaciones a las que son sometidas. Por ello la organización intenta que el embarazo infantil forzado debe ser tratado como tortura, o trato inhumano, cruel y degradante. “Hay niñas que cuando se les detecta un embarazo se enteran de qué es un embarazo”, explicó.


Y explicó que “Un embarazo también es forzado cuando una niña queda embarazada y se le impide o dificulta la interrupción de ese embarazo.” Existe en distintos países la posibilidad legal de interrupción del embarazo en casos de violación (no sólo en el caso de niñas) pero no se cumple.

Una de las obligaciones de los estados es avanzar en informaciones que permitan conocer los datos. Para capturar los datos se hace a través del seguimiento prenatal. Argentina tiene un sistema pero es una base que no está disponible para el acceso público. En otro países lo que pedimos es que se haga”, explicó.


La experta reconoce que en el continente hay datos de partos, pero “la mayoría de los países solo registran los nacidos vivos. Como las niñas tienen muchos problemas, riesgos de vida y de salud, tienen muchos partos de niños nacidos no vivos, y no se registran”.


En todos los países se registran las estadísticas oficiales con al menos aun año de retraso. En algunos ese tiempo llega a 3 años, por lo cual el relevamiento comparativo se dificulta. A su vez, algunos Estados reportan sin distinguir edades. En Argentina los datos se publican con un año de distancia.


Algunos resultados inquietantes


Para poder comprar la información CLADEM ha realizado un recorte 2010-2014 a partir de los nacidos vivos. Aun ahí los datos son preocupantes:


Anualmente tienen lugar 2 millones de partos de niñas menores de 15 años en el mundo. Esa cifra podría llegar a 3 millones en 2030.


En América Latina y el Caribe se produjeron alrededor de 61.000 partos de niñas en 2011 y 2012, y descendió levemente a 58.486 en 2013.


Solamente en Argentina nacen por año alrededor de 3000 hijos de niñas. “Es mucho y es poco”, sostiene la especialista. “Es mucho porque son 3000 nacimientos de niñas, que sufren daños psíquicos y físicos, y es poco porque solo medimos los nacidos vivos”.



El estudio compara Nicaragua y Uruguay, países que tienen legislación opuesta con respecto al aborto. Mientras en Nicaragua está absolutamente prohibido, en Uruguay está permitido dentro de las primeras 1 semanas. Aunque la población es el doble de la uruguaya, el índice de partos de niñas es 10 veces mayor que en Uruguay.


En Panamá, por ejemplo, aunque existen legislaciones que permiten el aborto en ciertas condiciones (como ocurre también en Argentina), no hay protocolos que permitan implementarlo.

La comparación entre Colombia y Argentina también es alarmante. Teniendo la misma cantidad de población en Colombia se produce el doble de partos de niñas que en nuestro país.


El trabajo también mide la tasa de fertilidad, es decir el porcentaje de niñas madres para la edad. Es una media de la velocidad del fenómeno. En Argentina es alrededor de 1,9 cada 1000 niñas. En este índice hay diferencias notables entre las regiones del país. La región del NEA es la que mayor cantidad de nacimientos en niñas presenta en el país. La provincia de Formosa llega a tener hasta 7 cada 1000.


Las niñas solo tienen embarazos de riesgo


Milena Páramo Bernal explicó en la presentación que otro de los propósitos del estudio de CLADEM es mostrar las consecuencias y riesgos que comporta la maternidad para las niñas que la experimentan, tanto en lo emocional y psíquico como en lo físico. Algunos de los datos observados son:

  • El riesgo de muerte materna en menores de 15 años es el doble que en las mujeres mayores de esa edad.

  • Las niñas tienen mayores tasas de fístula obstétrica

  • La niña y el hijo compiten por los nutrientes como calcio e hierro, ya que la niña está en etapa de crecimiento, con lo cual las consecuencias negativas no se dan solo durante el embarazo sino posteriormente

  • El embarazo en las niñas produce situaciones de alta presión y por lo tanto daño al sistema cardiovascular

  • El tamaño de la pelvis aún no desarrollada de la niña puede representar riesgos en el momento del parto, ya que el bebé tiene dificultades para atravesar el canal de parto poco formado.

  • Anemia, infecciones urinarias y vaginales, rotura de membranas son comunes en las niñas que transitan embarazos.

  • Los hijos de niñas madres son siempre prematuros por la falta de espacio para su desarrollo en el útero, y por lo tanto tienen mayor probabilidad de tener dificultades durante el crecimiento

  • En el plano de los psicológico, el estudio realizado por CLADEM revela que muchas de las niñas que cursaron embarazos forzados tuvieron ideaciones suicidas, depresión y otros daños afectivos. Según la investigación, en Nicaragua el 14% de las niñas contempló el suicidio durante el embarazo.

De las consecuencias sociales, el estudio destaca el casi seguro abandono de la escolaridad por parte de las niñas madres. En esa población es escaso el retorno a la escuela luego del nacimiento, y en algunos países no existen políticas que fomenten su inclusión escolar. Al respecto, el estudio enfatiza que es más probable que exista inclusión en las madres adolescentes que en las niñas.

La normativa penal sobre violencia sexual


El relevamiento de CLADEM revela también que “En todos los países estudiados las relaciones sexuales con niñas son consideradas violación (…) la mayoría de los países considera el parentesco como un agravante en los casos de violación sexual (…) lamentablemente no todos los abusos se denuncian y aquellos que son denunciados no siempre son encaminados judicialmente a través de un proceso que conduzca a una sentencia. La impunidad es altísima”.


A su vez, entre los datos alarmantes s expresa que “Ninguno de los países cuenta con estadísticas nacionales desagregadas por sexo y edad de las denuncias de abuso sexual”.


En cuanto a las instituciones que atienden y albergan a niñas embarazadas, la investigación sostiene que varios países cuentan con instituciones estatales de albergue y atención de madres adolescentes, pero que son escasos. Y que en todos los países existen instituciones privadas que realizan esta tarea. La preocupación expresada es la falta de un registro transparente de estos lugares y los presupuestos estatales que reciben.


Según CLADEM, la problemática que se plantea con muchas de estas instituciones privadas es su enfoque basado en la “caridad” y no en los derecho, y que “Es frecuente que se les ofrezca (a las niñas) como solución que ellas tengan los bebés y luego los entreguen a familias “bien constituida” que les darán un buen nivel de vida.


El estudio concluye con algunas recomendaciones para los Estados, que implican el trazado de políticas púbicas especificas destinadas a la problemática de la maternidad infantil forzada, el refuerzo de las estadísticas sobre el tema, la construcción de protocolos de actuación y de estrategias para terminar con la impunidad en estos casos, todos los cuales deben ser considerados como tortura o trato inhumano en la medida que toda niña embarazada ha sido violada y no existe el consentimiento en las menores de 15 años.


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