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Reclaman políticas de inclusión y alfabetización digital



El uso temprano, frecuente y sostenido que los niños y niñas hacen de las redes sociales vuelve cada vez más necesario la implementación de políticas educativas y de inclusión que colaboren en que el proceso de incorporación de estas herramientas se haga con el mayor nivel de conocimiento y responsabilidad.


En Argentina hay más de 13 millones de niños, niñas y adolescentes de los cuales el 60 % se comunica usando celular y 8 de cada 10 usan internet. Los datos fueron dados a conocer por María José Ravalli, especialista en Comunicación de Unicef argentina, al presentar el estudio “Kids Online/ Chic@s Conectados. Investigación sobre percepciones y hábitos de niños, niñas y adolescentes en internet y redes sociales” impulsado por la Unión Europea. En nuestro país la investigación se hizo entre agosto de 2015 y abril de 2016, con más de mil entrevistas a jóvenes de entre 13 y 18 años. La conclusión a la que llegó la pesquisa es que las tecnologías de la información y la comunicación atraviesan la existencia de los niños y adolescentes, impacta en sus modos de conocer, de hacer amigos y conversar, de conocer aspectos importantes de los temas públicos, intimidades de las celebridades, aprender sobre “información necesaria para el ámbito escolar”, expresarse, divertirse y comunicarse. Y al mismo tiempo presenta peligros crecientes.


Según Unicef, el promedio del primer ingreso a la web es a los 11 años, una edad que está en descenso y varía según el nivel socioeconómico de las familias, donde los de más ingresos lo hacen a los 7. El celular es el dispositivo más utilizado para navegar por la web, frente a la computadora de escritorio y la notebook, que los adolescentes usan cada vez menos y para objetivos puntuales como resolver una tarea escolar.


Facebook es la red social más extendida, ya que el 95 por ciento de los encuestados abrió al menos un perfil y el 51 por ciento de adolescentes declaró que se informa en Facebook y Twitter. Esta última junto a Instagram y como principal vía de comunicación, WhatsApp son las otras redes más utilizadas.



La investigación, según Ravalli, buscó “fortalecer el conocimiento sobre el acceso, oportunidades, riesgos y seguridad de niños, niñas y adolescentes en relación con los medios sociales e Internet”. Las entrevistas incluyeron grupos focales con chicos, chicas, padres y madres. Acceder a información sistematizada ayuda a obtener pistas acerca del rol que debe ocupar la familia y a los desafíos educacionales que debería asumir el Estado en un nuevo contexto infocomunicacional que claramente pone a la sociedad ante horizontes y posibilidades inéditos, pero también empuja a los niños a nuevos peligros y amenazas.


Según este estudio la mayoría de los adolescentes argentinos se conecta a internet a través de su celular, utilizando las redes sociales para intercambiar mensajes con amigos, familiares, compañeros de la escuela, entre tantos ámbitos posibles, el 80% de los jóvenes de entre 13 y 18 dijo que utiliza la web para realizar tareas escolares, ver videos, escuchar música, descargar películas y entretenerse mediante juegos y redes sociales. Entre los peligros que claramente abren el uso habitual de las redes, el dato de que ocho de cada diez adolescentes expresó haber vivido al menos una situación perturbadora, el 37 por ciento de ellos expresó haber sufrido exposiciones de imágenes obscenas o pornográficas y que casi el 40 por ciento se haya encontrado cara a cara con alguien que había conocido en la web, merecen ser reflexionados y abordados con herramientas que mejoren los niveles de conciencia de los usuarios. "Las consecuencias negativas son varias, pero hay tres muy marcadas: el contenido sensible, el discriminatorio y el sexual. Es muy común que los jóvenes sufran mensajes hirientes y discriminación por parte de compañeros del colegio o de otros ámbitos”, dijo Ravalli.



Con esta investigación como herramienta de análisis Unicef hace un llamado a “la concientización de las familias y de la opinión pública”, para que desarrollen acciones de información y prevención de riesgos, como en favorecer usos enriquecedores de internet. El acompañamiento de los jóvenes en el uso cotidiano de las redes sociales es una manera de potenciar la dimensión socializadora de estas herramientas y de generar condiciones preventivas a través del diálogo con los niños y jóvenes usuarios. Se destaca que la investigación no pretendió estigmatizar ni desanimar el uso de las redes sociales sino habilitar modos de uso positivos, auto-controlados, seguros y adecuados a las necesidades educativas y de ocio que tenga cada persona.


Según los investigadores al Estado le cabe un rol como promotor de políticas públicas que promuevan la alfabetización digital y mediática para adolescentes, con el fin de desarrollar competencias digitales como captar -previamente- situaciones poco felices para no sufrir a futuro. En este sentido Unicef propone planes educativos que incluyan a los sectores en mayor situación de vulnerabilidad, como los niños indígenas, los migrantes, los que están en situación de pobreza, los que viven en zonas rurales o tienen algún tipo de discapacidad. Los datos del acceso a los medios digitales sigue mostrando altos niveles de desigualdad entre los sectores altos y medios en relación con los sectores de menor nivel económico. María José Ravalli aseveró que se trata de una “política a desarrollar porque no se está aplicando en el sistema educativo y esto representa un verdadero desafío para la formación equitativa. También se debe avanzar en la provisión de equipamiento y planes de estudio”. Según Unicef la formación de los chicos y adolescentes es una de las claves para poder afrontar con mayor conocimiento los riesgos y para acceder plenamente a todos los beneficios que ofrecen los medios digitales para la formación de los jóvenes.


Para escuchar la entrevista de la periodista María O´ Donell a María José Ravalli en Radio Continental, clickeá aquí:





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