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Los lápices siguen escribiendo…..y haciendo radio, stencil, murales, circo, lectura y mucho más

El sábado 17 de septiembre se realizó en la sede de FM Raco la 2da. Jornada “El día de los lápices”, organizada por Abrojos y la Agencia ANITA, en articulación con diversas organizaciones y grupos de jóvenes tucumanos.


Verde por todos lados. Las semillas del árbol más grande inundando todo el ambiente, volando por acá y por allá entre la gente. Los niños, las niñas, los adolescentes y los adultos que llegaban a la jornada así, como por goteo, se quedaban pasmados ante el mural que César Carrizo, Fátima Leal las hermanas Marigi y Florencia Robles pintaban sobre el lateral de la pared de la radio. Si bien los artistas habían trabajado durante todo el viernes para preparar esta historieta mural, el sábado aún había mucho para hacer. La base estaba…pero los detalles, esos que le dan relieve, sombra, intensidad, gestualidad, esos detalles que conmueven los sentidos, todavía estaban en construcción. Y los participantes podían dar su pincelada.

Los que llegaban se enamoraban inmediatamente. Los verdes, naranjas, amarillos, rojos, marrones, azules…las alas de la mariposa, el niño que escribe, la mujer que toca el violín, el Hombre que se moviliza, que mira al frente acompañado por otros y otras. El mural homenaje a Luis Alberto Soldati, un poeta cordobés que vivió con su familia en Simoca al que le robaron la vida a los 20 años en 1976 traía a la jornada la mirada local de ese emblema que fue la Noche de los Lápices.


Porque la 2da. Jornada El Día de los Lápices congregaba a diversas organizaciones tucumanas y Centros de Actividades Juveniles. Una vez que los grupos de jóvenes fueron llegando, se armó una gran ronda para hacer la apertura. Eva Fontdevila y Emanuel Gall resumieron la idea promovida por Abrojos: hacer un encuentro de intercambio de experiencias y de construcción colectiva sobre el sentido de la participación juvenil. La apuesta por la comunicación, el diálogo, la construcción permanente de sentidos transformadores; por la disputa del aire, la tinta y la imagen para visibilizar a los grupos que menos aparecen, que no tienen rating. Y hablaron sobre la excusa del 16 de septiembre, una efemérides importante identificada con la resistencia. La Noche de los Lápices, aquella que la dictadura cívico militar usó hace 40 años para amedrentar, para silenciar, para disciplinar, para convencernos de que reunirse, hacer política, involucrarse, expresarse eran prácticas peligrosas.


César Carrizo tomó entonces la palabra y contó quién fue Luis Alberto Soldati, un joven que además de poeta fue educador popular, comprometido con los destinos del pueblo, el país y la región latinoamericana. Carlos Soldati también habló, y agradeció la oportunidad de difundir no solo la obra sino el compromiso de sus dos hermanos desaparecidos: Luis Alberto y Berta, trabajadora social de 26 años.


Después de la emotiva apertura, Sebastián Bulacio, actor y clown coordinó una dinámica de presentación. Y ahí se fueron nombrando, visibilizando los que al llegar se habían sentado en distintos sectores: ANDHES, los chicos del barrio 8 de marzo, los del Juventud Unida, los de Crecer Juntos, los de la Biblioteca Patria Grande, de los Centros de Actividades Juveniles de la Escuela Zavaleta y del Colegio Nacional, FM San Alfonso. Y se nombró a los que participaban con producciones para la radio: Mi taller Sónico, Radio Diversidad y Radio por la memoria. La Jornada comenzó, algunos se metieron en el estudio de la 88.9, donde Juan Manuel Albornoz se puso al hombro la operación técnica de la maratón radial y Emanuel Gall su conducción.



Pero afuera, bajo el sol, también sucedieron muchas cosas. Un taller de Origamy, la ancestral técnica japonesa de plegado de papel cautivó a un grupo grande de chicos y chicas. Luis Bazán, coordinador de FM San Alfonso, de Yerba Buena, daba indicaciones. Primero fabricaron un vaso de papel. Pusieron agua y comprobaron que resistía. Imaginaron entre todos para qué podía usarse…. “para poner lápices” dijo alguien; “para poner flores”, arriesgó otro. Y Luis siguió: “Vamos a hacer un barquito”, dijo. “Ahhhhh…. ese me lo sé”, lanzó una de las chicas. Y se apuró a doblar el papelito que tenía en la mano. Mientras algunos miraban desde afuera, los chicos y chicas plegaban y desplegaban, se equivocaban y volvían a intentar. Un cenicero, una flor, un abanico, un vaso, un barco…todo parecía posible. Y Luis remató con un mensaje: “la idea de cada uno de nosotros nunca va a valer tanto como la idea de todos juntos”.


En otro sector, el circo, los zancos parecían facílisimos de usar. Porque en las piernas de Sebastián Bulacio, de la Biblioteca Patria Grande, parecían una natural continuidad. Los chicos se los probaron, insistieron en desafiar al terreno irregular y lo lograron. Otros movían las banderas coloridas, algunos hicieron malabares con pelotas y hasta se animaron a manipular las clavas. Un grupo saltó a la soga de a uno y de a dos…


En el rincón de lectura hubo quienes se sentaron a hojear poemas, cuentos, ensayos y textos infantiles. Laura Suárez, Martín Bulacio y Pablo Artaza, de Patria Grande, no solo animaron a los chicos a leer sino que armaron improvisadas coberturas periodísticas de lo que estaba pasando.


Bajo uno de los árboles Virginia, Juan Cruz, Gabriel, Bruno, Pía y Julieta se abocaron a plasmar la consigna del día, “Los lápices siguen escribiendo”, en remeras, cartones y hojas de cartulina y papel. Estos estudiantes universitarios militantes de la agrupación La Bolívar, con la técnica del stencil enseñaron a chicos y grandes, dejando su huella con el grito emblema de la jornada. Algunos se quedaron en cuero para entregar su remera al arte, otros –precavidos- sacaron la prensa prevista para la ocasión, y no faltó el que pidió prestado (bueno…regalado!) un trozo de tela.


Mientras todo ocurría, la radio sonaba, y se escuchaban en todo el lugar las voces de los jóvenes de las organizaciones. Algunos contaban a qué se dedican en sus territorios, otros reflexionaban sobre derechos de los jóvenes, algunos hasta se animaron a cantar en vivo o leer sus propias poesías.


En otro de los árboles comenzaron a colgarse deseos en forma de lápiz. “Quiero que en mi familia las cosas estén tranquilas”, “quiero ser feliz”, quiero tener una familia” y hasta “quiero tener un sobrino” fueron algunos de los mensajes de los chicos y chicas.


A las 14 hs. y con varios litros de agua, jugo y gaseosas encima, llegó el almuerzo colectivo. Sobre una mesa se dispusieron lo sándwiches, pizzas, pizzetas, panchos que cada grupo había traído. Cuando llegaron los jóvenes del Taller de Folklore se sumaron a almorzar y después de un rato de descanso deleitaron a los presentes con varias piezas de danza grupal.


Matías Salazar, Mikaela Domínguez y Virginia Nocetti, de Abrojos y Agencia ANITA se paseaban por todas las actividades registrando en foto y video la jornada. Testimonios de los participantes, imágenes que ayudan a sistematizar lo vivido, a compartir, a recordar y a hacer balance. Cinthya y Melisa Olea, de FM Raco, coordinaron la logística porque cuanod mucha gente se reúne, hay mucho, mucho para hacer, organizar, ordenar y limpiar.



Pero no todo fue radio o aire libre. También hubo lugar para el cine. Rodrigo Olmedo, audiovisualista y creador del festival “Cortala”, proyectó cortometrajes como parte de las actividades itinerantes del festival. Una proyección tras otra, con un enorme nivel emotivo por las temáticas y la calidad de las producciones.


El vóley y el fútbol fueron no faltaron en la jornada. Cerca del cierre las pelotas rodaron y las redes se estiraron. A las 19.15 y cuando se acercaba la hora de tomar el ómnibus de regreso a la capital, los grupos juntaron sus cosas, se saldaron, se despidieron y prometieron seguir adelante con estas actividades y encuentros. Todos y todas un poco cansados pero contentos.

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