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Una Kermese para ganar derechos

Un espacio para construir organización barrial

El Centro Vecinal del barrio Capitán Giachino en Villa Amalia fue el escenario de una kermesse que mostró el trabajo de diversos dispositivos del Ministerio de Desarrollo Social que implementan políticas de promoción de derechos en un barrio popular atravesado por problemáticas diversas: violencia, adicciones, desarticulación familiar y dificultades para acceder al ejercicio pleno de los derechos, son parte de los desafíos que se proponen abordar las acciones y los dispositivos que se piensan como parte de un conjunto de políticas públicas.


Organizada por Upa (Unidad de Participación y Desarrollo Local) que implementa el Ministerio de Desarrollo Social, se llevaron a cabo distintas actividades recreativas, deportivas y educativas y además, hubo espacios informativos y preventivos de la Secretaría de Prevención y Asistencia de las Adicciones y del Observatorio de la Mujer a los que se acercaron familias del barrio.


Para prevenir la Violencia y las Adicciones


En cuanto a la presencia de la Secretaría de Prevención de las Adicciones, Matias Tolosa señaló que “entendemos la prevención como la generación de espacios de inclusión como esta fiesta barrial. Propendemos a que haya un uso saludable del tiempo libre y para ello es imprescindible el trabajo en conjunto con las organizaciones".



Florencia Cinto es psicóloga del Observatorio de la mujer y una de las integrantes del grupo que conduce Eva Fontdevila. En la kermes se hicieron presentes con un stand con juegos de sensibilización sobre violencia de género y un equipo de psicólogas donde los vecinos y vecinas podían acercarse con dudas e iniciativas de la temática. Cinto explicó que “acompañamos actividades de UPA, llegamos a los barrios para que los vecinos conozcan cómo se trabaja en situaciones de violencia. Las mujeres sufren muchas formas de violencia, que no se deben naturalizar. Hoy estamos trabajando a través de juegos que son una herramienta de sensibilización. Invitamos a los vecinos de Villa Amalia a que vayan al Observatorio en donde damos asesoramiento jurídico y contención psicológica”. Además la psicóloga definió que “la violencia no es solo un golpe, sino que empieza con agresiones en forma de palabras, ahí es donde empieza la humillación. Muchas veces todo empieza con celos, amenaza, insultos y esto sorprende a la gente que se acerca. Intentamos que la gente pueda prevenir los posibles riesgos”.


La Participación se construye a diario


Milay, es integrantes de Upa y el sábado estuvo a cargo de la organización de varias actividades recreativas, contó que el dispositivo trabaja desde junio de este año en el barrio Capitán Giachino. "En un principio visitamos las familias más críticas del barrio; se busca que la gente que no pueda llegar a las oficinas del Ministerio encuentren en las organizaciones sociales de su propia comunidad respuestas a sus necesidades a través de la articulación”.


Graciela, vecina del barrio, destacó que UPa está trabajando muy bien junto a los Centros de

Actividades Infantiles (CAI) de las escuelas Dean Funes y Griet. “Este espacio ayuda a sacar a los chicos de las calles con distintas actividades”.



Lucas Cortez, es coordinador de la escuela Guillermo Griet de Villa Amalia, muy activo en la coordinación de actividades de plástica y ayudando en la impresión de fotos que le ponían el toque de color a la llegada de las familias. Cortez contó que “abrimos una propuesta de CAI (Centro de Actividades Infantiles) en la escuela para los días sábados desde hace cinco años. Y los días de semana hacemos un acompañamiento pedagógico. Esto tiene dos objetivos, por un lado el fortalecimiento de las trayectorias escolares de los chicos y la ampliación del universo cultural con una propuesta de talleres abiertos a la comunidad”. Cortez detalló que en la Griet realizan talleres de teatro, plástica y comunicación en donde los chicos pueden participar de manera abierta.


El profesor expresó que “promovemos el ejercicio de los derechos y la experiencia de participación desde niños. Uno de los objetivos del CAI es elaborar proyectos socioeducativos, que estén incorporados en la experiencia educativa pero que además incorporen los movimientos comunitarios como un pilar fundamental a la hora de sostener los procesos de empoderamiento subjetivo y de aprendizaje de los niños”. Y resaltó en alusión a la kermese que se realizó y al colorido y diversidad de actividades expuestas “que sin todo esto que está pasando ahora sería muy difícil poder llevar a cabo un proyecto tan complejo, y se perderían los objetivos. Nosotros y el CAI Dean Funes (también presente en la Kermese) estamos participando gustosos en esta actividad de UPA”. Consultado por cómo perciben el impacto de la experiencia que realizan desde el CAI, Lucas dijo que “nosotros evaluamos todas las semanas el sentido de las actividades y también venimos desarrollando actividades de reflexión sobre la misma práctica para poder mejorarlas y adaptarlas a las necesidades reales. A su vez para ir creando instrumentos útiles dentro de la escuela. Pensar sobre cómo se están llevando adelante las actividades y medir si están sirviendo o no para conseguir objetivos. Evaluamos a mitad de año y a final de año, también los parámetros que mide el Ministerio de Educación como son la repitencia, la sobre edad y el riesgo pedagógico. De ese modo analizamos las necesidades concretas de la comunidad educativa”.


Por otro lado alertó sobre la situación que padecen los CAI desde la asunción del nuevo gobierno nacional “en este momento venimos sufriendo una situación de ahogo presupuestario, no se han liberado fondos desde principio de año. Los docentes estamos absorbiendo gastos que son necesarios para que no baje la calidad de la propuesta. No queremos que baje la calidad de los proyectos y de los talleres, porque son la única manera de ampliar la escuela y luego así poder contrarrestar los problemas sociales que se derivan de la mala situación de origen de muchas familias”.



Claudia Santucho, presidenta del Centro Vecinal Giachino, estaba recorriendo los stands, haciendo una entrevista en la radio y sirviendo arroz con leche. Todo casi en simultáneo. En un parate la pudimos entrevistar y pedirle opinión sobre la experiencia, “realizamos distintas actividades para los chicos. El centro está creciendo ahora, nuestro objetivo principal es sacarlos de la calle y promover la creación de espacios de protagonismo”, expresó Claudia. Y agregó que para lograr eso hay que ofrecer “contención, transformando a este centro en un lugar de encuentro, de cruce de las personas para que charlen de sus cosas, jueguen, pinten, hagan talleres de folklore o danzas árabes. Actividades gratuitas que colaboran que los chicos salgan de la calle y ejerzan sus derechos”.

Para paliar el hambre que se percibe en los barrios “También hacemos merendero donde tres veces por semana los chicos acceden a una merienda con mate cocido y factura, arroz con leche que hacemos desde hace poco y que les encanta a las familias”.


La Radio siempre alienta la expresión


La kermese fue animada por una radio abierta que entrevistaba a los referentes de los dispositivos y explicaba el sentido de las políticas de cuidado y acompañamiento. Durante la mañana pasó el propio ministro de Desarrollo Social Gabriel Yedlin, quien dialogó con los chicos del barrio, recorrió los stands y jugó con los participantes de la kermese. La conducción de la radio estuvo a cargo del equipo de Trabajo Social que viene realizando prácticas comunitarias en el centro. Se escuchaba con garra, música movida, enunciados de aliento a los protagonistas y buen trato a los niños que se acercaban y dejaban mensajes de saludo y afecto a sus seres queridos. Una de las responsables de los micrófonos era Marcela Vidal.


Fue difícil la charla porque el murmullo de fondo de la radio y el ritmo que sonaba a través de los parlantes de la radio abierta invitaban más al baile y al salto que a la entrevista. Marcela contó que “venimos de la cátedra de Trabajo Social Comunitario, somos 6 dentro del equipo y trabajamos en el Centro como parte de una práctica comunitaria. Es todo un desafío trabajar con el Estado, aprendiendo para articular con UPA y escuchando la palabra de la comunidad y a partir de eso empezar a construir un proyecto”.


Un equipo externo al centro que se integra a la propuesta general “A partir de la demanda institucional y la de la gente. En el medio estamos nosotros como estudiantes de trabajo social. Lo importante es generar espacios de escucha y toma de palabra. Abris espacios para que la gente asuma la palabra porque eso es el primer paso para que surja la organización”, destacó la protagonista.


Y ¿cuál es el rol que cumplen las intervenciones de equipos que consuman una práctica de extensión?, consultamos, “acá lo importante es saber que el trabajador social no es un súper héroe y no tiene respuesta para todo. La ansiedad no nos tiene que comer y hay que pensar esas preguntas para dar las respuestas pertinentes, por ahí es difícil porque el trabajo comunitario es complejo de abordar, y no da certezas preconcebidas, pero por ahí cuando se ve el trabajo de participación de la gente, está la otra cara de la moneda de trabajar con la comunidad. No todo son problemas, obstáculos e imposibles sino también hay trabajo y logros colectivos. Ver que la gente se organiza y tiene confianza en estos espacios es una gran satisfacción”, sentenció Vidal para dejarnos pensando sobre el sentido de sumarse al trabajo en un barrio.



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