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Sororidad que ni la represión pudo empañar

Un monumento a una lucha que crece desde el pie




El sábado con un sol a pleno en Rosario arrancó el XXXI Encuentro Nacional de Mujeres, con la lectura de un documento de consenso de organizaciones representativas de todos los sectores políticos que luchan por la reivindicación de los derechos de las mujeres. Cerca de 80 mil mujeres que compartieron mística, diálogo y fuerza entre pares que se saben formando parte de un mismo proceso de empoderamiento. Cerró el lunes tras una marcha de 100 mil almas y una catarata de temas abordados en talleres y encuentros durante tres días intensos de trabajo. El reclamo por el derecho al aborto legal, el fin de las violencias machistas y el aumento del desempleo a raíz de la política económica del gobierno fueron los ejes que estructuraron la mayor parte de las demandas. Un clima de reflexión y fiesta que cada año encuentra a más mujeres transitando el camino de liberación a través de la toma de consciencia y la acción.


Miles de mujeres que debieron organizarse y poner el grito en el cielo para que la violencia machista se hiciera visible. Mujeres que desde hace tres décadas encontraron en estas reuniones cada vez más multitudinarias una estrategia para resistir la violencia cotidiana: la de la precarización laboral que siempre les pega más fuerte; la del acoso callejero; la de la feminización de la pobreza, que es un hecho y las mujeres lo sufren el doble porque en su educación está asumir la responsabilidad por sus familias. Según datos del INDEC del segundo trimestre de 2016 (abril-mayo-junio), el desempleo actual es de 9,3%. Pero entre las mujeres alcanza al 10,5%, mientras que para los varones es de 8,5%. La diferencia es aún mayor en los niveles de subocupación: 13,9% entre las mujeres, 9,2% entre los hombres. Pero también para resistir a la cultura de los celos, de las humillaciones, de los golpes; a la criminalización del aborto que impide diseñar sus propios planes para la vida que quieren.


Un toque de distinción


Liliana Leyes, integrante de la mesa organizadora dijo que este encuentro es “especial porque hay una unidad que nunca se vio. No nos dividió la cuestión política ni la religiosa. Estamos construyendo poder popular, es la forma de construir y a la vez es impresionante la cantidad de compañeras. Todas las escuelas están superadas pero con mucha organización. Es muy participativo y queremos que todas tengan su voz. Este encuentro lleva muchísimo trabajo y acá se ve”.


Luego agregó que “Aquí nos reunimos, en este Encuentro federal que no para de recorrer diferentes ciudades a lo largo y ancho del país. Plural, porque expresa las diferentes realidades de todas nosotras, donde cada una de nuestras voces es escuchada horizontal y democráticamente, porque nos autoconvocamos y autofinanciamos para construir este espacio colectivo, que nos pertenece a todas”, expresaron las organizadoras en el acto de apertura.


Es la tercera vez que Rosario es sede de un encuentro, luego de 1989 y 2003. Un espacio histórico del movimiento de mujeres del país que se reúne desde hace más de 30 años.


Todos los temas y más


El programa contempló el dictado de 69 talleres, columna vertebral del ENM; encuentros, reuniones, 120 actividades culturales y festivales de música de las que participaron mujeres de todo el país. Trabajadoras, desocupadas, docentes, amas de casa, campesinas, de pueblos originarios, activistas, travestis, lesbianas, migrantes, profesionales, estudiantes, familiares de víctimas de femicidios, afrodescendientes y también las putas tuvieron lugar para el debate, la reflexión, la charla compartida y el encuentro.


Este año se incorporó un taller sobre “Mujeres y trabajo sexual” que se multiplicó por cinco comisiones por la convocatoria masiva y terminó en abrazos. En el espacio Mujer y Cannabis que por primera vez se realiza hubo una concurrencia impactante. Hubo que armar 6 comisiones para albergar toda la demanda y participación. Lo mismo sucedió en los talleres de Educación sexual, de Activismo lésbico, de Mujeres y sindicalismo en los que se repite la necesidad urgente de la democratización contra la que habla por sí misma cualquier foto de la mesa intersindical que contiene a una sola mujer entre decenas de varones” aseveró Leyes.


Parte de las 69 propuestas de espacios reflexivos tuvieron que ver con: Encuentros Nacionales de Mujeres, Mujeres y feminismos, Movimientos de mujeres y activismos, Mujeres y relaciones de pareja, Mujeres y sexualidades, Mujeres y lesbianismo, Maternidad y Fertilización asistida, Mujeres y activismo lésbico, Mujeres y bisexualidades, Mujeres, relación con su cuerpo y políticas del cuerpo, Mujeres y familias.


Las periodistas que inciden construyendo mirada igualitaria


Mónica Ambort, de red PAR, dijo “es la primera vez que vengo al encuentro, admiro enormemente a las mujeres que desde hace 30 años se reúnen de manera silenciosa pero creciente, para reflexionar de modo solidario sobre cómo avanzar en sus derechos en la igualdad de los géneros y del protagonismo creciente de las mujeres”.


Fue un encuentro fundamentalmente comunicacional. Se comunicó en los talleres, en la calle, en la elección estética, en los modos de pensar la exposición y también claro fue un encuentro que pensó el rol de los medios. Porque sigue siendo muy necesario abordar de manera crítica el lugar de las usinas de representación social y generación de discurso. Se vuelve un mandato ético para cualquier militancia que se precie de eficaz. Si no se corre el riesgo de pensar y repetir "como lorito" (como bien dice la voz de la calle) lo que los medios comerciales venden como mantra.


Las militantes comunicadoras de la Red de Radialistas Feministas hicieron radio abierta. Luciana contó que “ya hace 8 años que hacemos cobertura, buscamos una plaza para estar con artesanas y activistas, y que se transforme en punto de encuentro, una radio abierta para afuera, pero también para quienes estamos circulando. Este es un espacio de encuentro de compañeras, con muchas actividades paralelas, talleres, para que quienes estemos circulando nos encontremos, dialoguemos, nos demos aliento, nos entusiasmemos. Hay muchas radios que no participaban de la radio abierta y se van sumando, re trasmitimos programas y se sumaron muchísimas compañeras que traen sus experiencias, difunden, producen contenidos y aportan para que se difundan cosas nuevas, se construya red”.


Uno de los talleres del sábado fue el “Taller sobre rol de medios de comunicación masivos”. Florencia Cazenave, estudiante de antropología, participó y se movilizó con lo que se trató en el espacio: “Yo vine al encuentro como ciudadana, para formarme y conocer otras experiencias. También como antropóloga en formación me interesa mucho este ENM. Hice el taller de comunicación y estamos interesadas en que se mejore y se avance en derechos y organización. El taller de medios estuvo muy bueno, porque se habló mucho de tener una perspectiva de género, para implicar a las mujeres como comunicadoras y para tejer una mirada y enfoque que contemple este posicionamiento que analiza la realidad desde los intereses de este sector.”


Tucumanas que hicieron Ruido


Valeria Totongi, periodista tucumana, contó que la primera vez que viajo afuera de la provincia para participar de un ENMA: “Fui al taller Mujeres y DDHH, muy interesante el debate, había más de 50 personas. Yo llegué el sábado a la tarde y trabajé también todo el domingo. La mitad del debate se lo llevó la cuestión formal de si se votaban las decisiones o si se votaba un plan de lucha. Las tucumanas que estábamos ahí charlamos sobre la experiencia de la Escuelita de Famaillá que hace muy poco se dedicó a ser un Espacio de Memoria, y sirvió para que muchas personas escuchen hablar por primera vez de Famaillá.


Hablamos, también de la historia de Belén y la necesidad de tenerlo presente en el encuentro para pedir su absolución. La continuidad de los DDHH de ayer y de hoy. Hablamos de los delitos que se cometen hoy contra personas que son claramente vulnerables a los poderosos impunes. Había gente de la Garganta Poderosa que contó el caso de violencia institucional reciente, la historia de Iván y el tema de la estigmatización de los sectores populares. Hablamos de la coyuntura nacional y de que este gobierno es netamente represor, este gobierno necesita represión para el ajuste y de ahí se coincidió en que debemos seguir organizadas para soportar esa embestida y estar preparadas para eso”.


En cuanto a la participación al XXXI Encuentro Valeria fue conmovedoramente tajante: “La verdad que había muchísima gente, la marcha fue realmente multitudinaria, cuadras y cuadras de mujeres. Del interior y de capital, mujeres trabajadores, trabajadoras de la casa. Mujeres indígenas, colectivo LGBT, mucha alegría, mucho humor, mujeres vestidas de brujas, mujeres jóvenes, con pelucas violetas, mujeres mayores y jóvenes, todas abrazadas y marchando al lado. La murga de la comisión organizadora que tocó 4 horas sin parar, sin perder la voz, el ritmo. Lo lamentable fue lo que pasó en la catedral y la represión policial a las mujeres”.


Victoria, de Mumalá, Mujeres de la Matria latinoamericana participó de “Mujer, Poder y Política”, donde se abordó el lugar que ocupan las mujeres como sujetas políticas. Detalló que “charlamos sobre cómo vamos a disputar el poder, que en definitiva es donde se consigue el cambio estructural, pero también se habló en pensar otras maneras de ejercicio del poder”.


El voto femenino fue un hito importantísimo que habilitó a las mujeres a elegir y ser elegidas, fue la entrada de la mujer a la vida democrática. Dentro del taller se evaluó cual ese el desafío dentro de los partidos para preparar líderes femeninas capaces de llevar una representación genuina y también se debatió sobre problemáticas de género en distintos ámbitos.


“Muchas concordamos en que lo que hacemos en nuestro hogar, puestos de trabajo o militancia también es política. Que haya mujeres en los partidos no garantiza representación genuina ni representante de derechos de mujeres, ni que sean sensibles a nuestras demandas, pero todas consideramos que es una gran herramienta que fortalece la democracia”, expresó Zorat.


Y agregó que “Yo participo por cuarta vez y veo que creció mucho el ENM, es bueno porque nos hace a todas protagonistas y significa más pluralidad y más colores. El ENM hace ruido y hacemos enojar a muchos responsables de que nos falten varios derechos. Es la máxima expresión de la voz femenina interviniendo los espacios públicos. Se trata del único encuentro de estas características en Latinoamérica y vienen mujeres de todo el continente. El ruido está muy bien”.


Otras tucumanas participaron del Encuentro y le pusieron color norteño a las conversaciones. En todos los casos se da cuenta de un proceso que significó una entrega a un camino de reflexión y diálogo que las dejó transformadas. La sororidad, como esa solidaridad y empatía entre mujeres se ve reflejada en cada palabra que es un poco agradecimiento. Daniela contó que “participé del espacio Mujeres y estudios de género, me llevo que las mujeres atravesamos por muchas dificultades en nuestras vidas. Tanto de las mujeres como las que deben soportar las mujeres trans. En el taller vimos la importancia que tuvo la mujer en la historia y la terrible invisibilización en la que hemos vivido hasta el día de hoy”.


Catalina sintetizó: “participé de Mujer y Relaciones de pareja, se habló de los acuerdos, de los límites, del amor sano, del respeto. Y de los distintos tipos de pareja que las personas debemos tener y con quienes debemos acordar vínculos igualitarios. Me gustó mucho el XXXI Encuentro, creo que crece año a año y nos hace cada vez más fuertes. Es una gran satisfacción encontrar mujeres que van conociendo cada vez más sus derechos”.


Marta participó del taller de Adultos Mayores y dijo que “me pareció muy interesante porque más allá de lo que se decía, me identificaba con lo que las demás expresaban. Yo viví una situación similar a la que se planteaba en el espacio. En la charla con las compañeras, salió el tema del 82 por ciento móvil, y de la falta de servicios que hay para las mujeres adultas. Me llevo muchas ganas de seguir luchando y la convicción de saber que somos las únicas responsables de que eso suceda, que la lucha no pare”.


Mirta también estuvo en Rosario y se mostró feliz por haber podido estar en el ENM. “Hubo 70 mil mujeres participando, con muchas mujeres protagónicas. Yo estuve en el Taller de Violencia donde había mujeres de todo el país, por ejemplo chicas de Chaco y de San Luis. Llegamos a acuerdos donde salió el tema de la Emergencia, pedimos que el gobierno la declare, pedimos más presupuesto, exigimos cupos para viviendas para mujeres que sufren violencia. Por otro lado pedimos que los protocolos en hospitales se pongan en funcionamiento. También solicitamos una fiscalía especializada en Violencia doméstica donde las mujeres no sufran una doble victimización. Fue una experiencia muy enriquecedora donde cada año se aprenden cosas nuevas” señaló con firmeza.


Natalia participó del mismo taller de Violencia, con un tono comprensivo de la situación de las demás expresó que “muchas mujeres a partir de esos talleres pueden hablar y contar sus experiencias, en algunos casos muy duras. Ese contar, estar con otras y poner en palabras hace que puedan avanzar y saber que lo que les pasa no pasa solo con ellas. Conocer su problemática ayuda a llegar a soluciones. Un taller arduo, una experiencia muy rica para personas que lo hicieron por primera vez. La verdad que la participación de las mujeres y la amplia convocatoria es lo que más rescato del XXXI Encuentro Nacional de Mujeres”.


La militancia que llegó del Litoral: la mujer es Trabajo


Lucy Grimalt, feminista, integrante de Luche y Vuelve de la ciudad de Paraná, desde sus inicios participó de la campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Estuvo en las comisiones organizadoras del Encuentro en el año 2000 en Paraná y también en 2010. “Y ahora volví a la ciudad de Rosario, que marca pasos hacia adelante en lo que es esta construcción que se hace peldaño a peldaño, ladrillo a ladrillo en esta construcción que se hace del movimiento de mujeres en Argentina” contó entusiasmada y agradecida por los aspectos positivos de una organización consolidada.


“Participé de dos talleres, quería compartir lo que pasa con las compañeras que van a los espacios que tienen que fortalecerse con el trabajo y la organización sindical. Me parece que por el actual contexto en que se encuentra la Argentina y América Latina en relación a un retroceso en relación a lo que se dio en estos años en los ámbitos populares es que quise estar en esta oportunidad en talleres que aborden los ámbitos laborales. En el taller había compañeras del ámbito industrial, alimenticia y textil y muchas compañeras que habían sufrido despidos porque trabajaban en el Estado Nacional, al principio del gobierno de Macri. Fue importante ver el crecimiento en términos de conciencia de las compañeras" explicó la militante entrerriana".


Señaló que no había un relato catártico de cada situación, sino que cada compañera contaba su realidad a partir de un análisis político del contexto. "Cada expositora analizaba el actual estado de desocupación. En el ámbito de donde provenían, la sombra de la desocupación, la pérdida del salario y la negociación a la baja era una constante en sus análisis. Pasaba lo mismo con las compañeras que habían sufrido despidos”, Lucy pintó un panorama que vincula la realidad de los derechos de las mujeres con el perfil que dibuja la macroeconomía del ajuste neoliberal.


Nuevas advertencias para prevenir otras maneras de violentar derechos donde las mujeres son el escudo de los golpes, Lucy contó que “una compañera contadora de Santo Tomé, propuso reflexionar en torno a esta nueva invisibilización de la situación laboral de las mujeres. Las condiciones de precariedad que comienzan a verse que se van a dar en nuestro sistema laboral en Argentina hacen que esa mirada que se tenía y que habíamos instalado con fuerza como son el reclamo por la legalización al aborto y las denuncias para erradicar toda forma de violencia contra las mujeres se superpongan a una nueva realidad. Cuando cae la actividad productiva y el trabajo registrado, cuando las mujeres siguen teniendo un lugar subordinado en los puestos de trabajo, con todas esas condiciones de un contexto de mega ajuste era obvio que la situación de las mujeres iba a ser la más afectada. Esto pasó con los despidos propios o de sus parejas, y también con las pérdidas en sus proyectos personales como ser perfeccionarse en su profesión o avanzar en estudios personales para poder concretar proyectos diferentes a los que tenían. Esta situación es la que está ganando lugar en la agenda, y el desafío es pensar en estos temas de no perder derechos, de no volver a las condiciones de la crisis de los ´90 cuando sobre el cuerpo de las mujeres caían las consecuencias más dramáticas del deterioro social".


Lucy continuó pensando en clave del derecho al trabajo como uno de los nodos más afectados de los tiempos que nos tocan transitar. "El domingo participé en el Taller de Organización Sindical. Aquí había una división entre compañeras que participan en sindicatos con una clara militancia de izquierda, Pan y Rosas, Polo Obrero, Las Rojas, con compañeras que participan de gremios peronistas y Kirchneristas. Por eso aquí en los análisis que se hacían se iba y se venía en la forma de comprender la situación actual donde había una clara coincidencia en torno a que todos los índices de la economía habían caído. Se habló de cómo el ajuste estaba golpeando no solo las posibilidades de una mejora salarial sino de las mismas condiciones cualitativas, como las guarderías o los sistemas de cuidados, sobre todo para que los niños de 45 días a 4 años estén contenidos mientras las mujeres trabajan".


En este rubro hubo un debate sobre los límites de los programas implementados durante la última década. Aunque hubo coincidencia en que en estos últimos diez años muchas mujeres habían mejorado sus condiciones de vida, pudiendo acceder a trabajos registrados y a realizar una experiencia organizativa trabajando en un lugar con presencia de gremios fuertes. Mujeres que pudieron trabajar y llevar adelante proyectos personales y organizativos que les dieron experiencia de lucha y de participación. Lucy resaltó que "esas condiciones políticas quedaron muy fuertemente plasmadas en los relatos, de mujeres que se decían anti kirchneristas y obviamente de las que se sentían identificadas con ese proceso. Había secretarias generales de género participando con una experiencia muy rica. Todas planteaban la necesidad de no retroceder, de re organizarse, de plantear estrategias para no perder derechos y para pensar en lo que significó el aumento de las tarifas como golpe a las fuentes laborales".


Después se refirió a un tema que hoy ya es un símbolo de la lucha por las libertades en Argentina: "surgió el tema de Milagro Sala, porque todas lo traíamos y ahí hay una clara muestra de que en Argentina hay consciencia de que hay presos políticos. Hay una clara idea de que en Jujuy hay una justicia maniatada al servicio de los poderosos y con el único fin de amedrentar a los sectores populares organizados. Algunas organizaciones de izquierda cuestionaron a Milagro Sala aunque estaban totalmente en desacuerdo con las condiciones de su detención", dijo Lucy.


Los íconos, la memoria y los saltos en los niveles de consciencia


“De Paraná fuimos cerca de 400 mujeres a Rosario. Pudimos charlar sobre el nivel de debate y de protagonismo militante de las mujeres. Los talleres fueron multitudinarios y eso es muy importante porque se vio en cada espacio. El sábado hubo además espectáculos alternativos, artísticos, culturales, musicales. Hubo plenarios por el derecho al aborto, pero también hubo homenajes a figuras imprescindibles de la lucha por los derechos de las mujeres, a Daiana Sacayán a Lohana Berkins, dirigentes de una calidad humana y una inteligencia inconmensurable que hacen y harán escuchar sus voces por mucho tiempo. La marcha fue realmente impactante, yo participé con una columna de organizaciones kirchneristas de casi 12 mil personas. Fue muy impresionante la diversidad de mujeres que marcharon, cerca de 80 mil, se hizo un recorrido extenso, pero la tranquilidad y la alegría fueron indicadores de un éxito y un respeto notable. La ciudad de Rosario estuvo muy tranquila, nos abrieron todas las escuelas, no solo donde estaban los talleres, sino en las escuelas donde las organizaciones paraban” contó Lucy.


Durante años muchísimas mujeres iban a los encuentros por primera vez y el encuentro les servía para abrirles los ojos, para ayudarlas a tomar consciencia. Lucy ve algo nuevo en este último encuentro: “se vio un sentir feminista muy fuerte, muchas convicciones e ideas asumidas. En esta marcha todas las mujeres pedían la legalización del aborto, no solo las mujeres de la campaña y de la comisión organizadora. Había mujeres socorristas que daban información sobre el aborto legal, seguro y gratuito estuvieron presentes y con un papel fundamental en la marcha. Con sus pelucas rosas bailaban y se acercaban con alegría. Estuvieron CTA, y varios gremios, de Telefónica, Plásticos, el comité por la liberación de Milagro Sala. Maria Elena Naddeo llevando el cartel por la liberación de Milagro Sala”.


Lo que hubo fue consciencia de identidad y sentir horizontal entre pares: “se mostró una masividad en el acompañamiento a la histórica lucha del movimiento social de mujeres en argentina, del feminismo en general, que es pedir por la erradicación de todo tipo de violencia, la legalización del aborto, reclamar al Estado iguales condiciones en los trabajos para las mujeres, combatir toda forma de discriminación y reflexionar sobre el accionar de la justicia, que mira y hace oídos sordos en los casos de femicidios, y que también desprotege y persigue a mujeres y los jóvenes en barrios populares a quienes estigmatiza y criminaliza”, aclaró Grimalt


Los Medios, siempre del mismo lado


En relación a la represión policial, Lucy dijo que “este año no hubo medios de comunicación, ni la TV Pública, ni canales privados. Nos los vimos recorrer en los talleres donde estábamos debatiendo. No les interesó mostrarnos, preguntarnos, como hacían otros años, al menos desde la TV Pública. Pero los pocos que había, llamativamente se apostaron frente a la catedral, esperando que hubiera algún incidente. Desde la misma organización del Encuentro donde habíamos decido no pasar por la Catedral ya preveíamos que iba a haber una encerrona. No nos sorprende porque nunca hay cobertura ni de los talleres ni de las actividades, siempre se cubre lo que pasa en la Catedral. Cuando seguimos sintiendo y asistiendo a la muerte de mujeres, a la desaparición de mujeres y frente a la gran preocupación que tenemos todas por las políticas de ajuste que van a golpear a las mujeres no esperen los buenos modales de las mujeres. Porque somos las víctimas de las políticas de exclusión, elitistas, y pensadas para pocos. Somos parte del movimiento social histórico más importante de estos años".

Luego alegó como sentencia y premonición que "Hay 100 mil feministas en Argentina. Como dijo CFK el gobierno de derecha iba a tener problemas porque la sociedad le iba a reclamar sus derechos, bueno la sociedad patriarcal tiene un problema en Argentina porque nosotras estamos convencidas que de que vamos a erradicar todas formas de violencias hacia las mujeres”.


Salta, pedido de unidad y los avances institucionales


Maria Laura Postiglione, directora del Observatorio de Violencia contra las mujeres de Salta contó que “participé en una mesa sobre Estrategias para la legalización del aborto, que fue muy masivo y se dividió en varios talleres dada la cantidad de mujeres asistentes. El eje central fue cómo hacer para generar un mayor apoyo de parte de la sociedad hacia la legalización del aborto. Se analizó el caso de “Ni Una Menos” y se lo tomó como un ejemplo de búsqueda de apoyos y consensos. Luego elogió que se trató de “una experiencia en donde se comprometieron todas las provincias y participaron personas que no están directamente vinculadas al movimiento de mujeres, como periodistas, y ciudadanas comunes que no necesariamente militan día a día por los derechos de las mujeres”.

Postiglione destacó que en “el NOA se ve mucho a mujeres accediendo a abortos clandestinos, y es sintomática la no registración de parte del Estado de este fenómeno. Desde el Observatorio tenemos en curso un informe sobre este tema”.


La especialista agregó que “el domingo participé de una comisión de mujeres y estudios de género en donde la discusión estuvo dada en torno a la sororidad, o sea la solidaridad entre mujeres, y de cómo podemos apoyarnos unas a otras, aun perteneciendo a distintos espacios políticos y sociales. Inclusive en reclamos que no son del todo comunes, salió el tema de profundizar la educación sexual en las escuelas y charlar sobre la violencia contra las mujeres”.


Yo conté las experiencia de Salta, dijo Maria Laura, “donde se dio la lucha por declarar la emergencia, por la creación de instituciones importantes pero en donde fuimos muy criticadas por los propios movimientos que se dicen feministas. Entonces hablamos de la necesidad de hermanarnos entre los propios movimientos, más allá de las diferencias y no hacerle el juego a los sectores que definitivamente están en contra de los derechos de la mujer, de la paridad de género y de casi todas las reivindicaciones que planteamos”.


Estos espacios deben aportar a la necesidad de aunar criterios y generar consensos sociales. La funcionaria y activista salteña sumó que “yo evalúo que el Encuentro de Mujeres crece cualitativamente y cuantitativamente cada año.



Cada vez se ve mayor diversidad, cada vez se suman más movimientos. Y una cosa importante es la cantidad de chicas cada vez más jovencitas que empiezan a participar con mayor decisión en estos espacios, con mayor claridad en las ideas. Es muy importante porque trae nuevos aires a todos estos debates y la verdad que la riqueza es la diversidad que hay en los encuentros. Aunque haya muchos intentos por cambiar el carácter del encuentro, eso no se logra y se sostiene la horizontalidad, se sostiene el federalismo. Hay voces que piden que la sede sea Buenos Aires, y no fue así esta vez tampoco, ganó la provincia del Chaco donde se hará el próximo. El tema de la votación en los talleres tampoco tuvo cabida esta vez y eso tiene que ver con el respeto de todas las voces y que todas las miradas tengan el mismo nivel de consideración”.


El colectivo LGBTTI presente y activo: Implementar la Ley de Cupo como desafío


Casandra Sandoval, periodista de Tartagal, contó que “estuve invitada por Pan y Rosas de la provincia de Jujuy, y estuve en el Taller de Mujeres trans.



Básicamente lo que discutimos son cuestiones que venimos planteando desde el año pasado como la reglamentación de una Ley de cupo laboral en la provincia de Buenos Aires y la posibilidad de la aprobación de una ley en Salta e incidir para que esta ley sea nacional. Es una Ley que sirve para que chicas trans accedan laboralmente al ámbito público. En Buenos Aires se preveía más de 2000 personas que podrían entrar a trabajar pero la gobernadora Vidal aun no reglamentó la Ley y aun no generó impacto. En Rosario no se aplicó ni se avanzó, en Mendoza están en esa situación también. En Salta la Ley aun no se aprobó, tiene media sanción aprobada. Es una herramienta muy valiosa que podría mejorar la calidad de vida de muchísimas mujeres y varones trans e incidiría directamente en las condiciones sociales y económicas en las que muchas de nuestras compañeras viven. Es una Ley que conocemos como Diana Sacayán”.



En relación al taller hubo divisiones entre las opciones por el voto a mano alzada en el marco de los talleres y las que se inclinaban por el consenso Sandoval hubiera preferido que se vote. “En el encuentro hubo chicas trans de muchas provincias y eso fue bueno, y el taller fue bueno en algún punto, pero hubo algunos inconvenientes en la coordinación del taller porque se intentó apagar la disidencia y el debate serio. Hubo más preocupación por generar un consenso superficial y testimonial que por profundizar los temas. En mi taller el tema de la actualización de la Ley de Sida no se discutió y en el documento final aparece como tratado”.


Los participantes de Pan y Rosas reclaman que vienen exigiendo reivindicaciones históricas como el aborto legal, seguro y gratuito que no apareció en el documento final. La exigencia de la aprobación del proyecto de ley en el Congreso que no se retomó. Casandra lamentó “que el año que viene se vaya a hacer un encuentro en el Chaco en medio de un contexto político que reclama ocupar el centro de la escena para llevar reclamos importantes”.


Desde el pie, incansables como las musiquitas


La huella del Encuentro de Rosario es la que dejan las fiestas, las que crecen en todo espacio de lucha y movilización que se consolida porque viene calando hondo. Más allá del intento de opacarlo, de los infiltrados y de la represión.



En las retinas y en la memoria no se borra esa suspensión de la vida cotidiana que habilitó tanto la discusión, el debate y la introspección, inclusive el disenso y los reclamos no satisfechos como la algarabía, el pogo frenético frente a la música conmovedora, la hermandad, la chance de poner en común experiencias de trabajo concretas y formas de sentir la vida.


La violencia machista que se cobra centenares de vidas o el acceso al aborto garantizado por el Estado, las ganas en formar cooperativas, el derecho a trabajo de colectivos postergados, la necesidad de pedir estados de emergencia o la necesidad de cambiar las relaciones con el medio ambiente y otras especies, por nombrar sólo algunas de los temas que fluyeron y llenaron de sentido los cuerpos presentes son gritos de las mujeres que siguen conmoviendo pilares cada vez más débiles de una sociedad que ya no encuentra buenos argumentos para justificarse a si misma.


Por eso aunque sea de mujeres, también es el Encuentro debe considerarse de hombres, los hombres ausentes que le dan sentido con significados y miradas que todavía deben aprehender y asumir.



El Encuentro Nacional de Mujeres ya es mucho más que un evento o un hito, es una manera en que miles de mujeres expresan una subjetividad forjada al calor de la toma de conciencia y la sensación de hermandad con las semejantes que se unen para transformar el mundo. Y sobre todo es la necesidad del mismo mundo, de encontrar los modos más activos de disputar sentidos y generar condiciones para que esa transformación se dé de una buena vez por todas.


Desde ANITA agradecemos el envio de fotos a: Lucy Grimalt, Laura Postiglione y Jorgelina coronel. Y los testimonios de cada una de las que aquí aparecen con sus voces.

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