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Un decálogo que ayuda a periodistas a no herir con palabras


La Campaña Contra la Violencia Institucional de La Plata presentó el Decálogo para el Tratamiento Mediático Responsable de la Violencia Institucional ante un auditorio de 100 personas entre los que se contaban comunicadores, fotógrafos, referentes de organizaciones, y abogados.


Enmarcado en el slogan “Las palabras también disparan”, el acto de presentación del decálogo tuvo lugar en el Anexo de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires ante una audiencia que siguió con mucha atención las exposiciones para luego participar de un intercambio y una ronda de consultas.


Participaron del panel Víctor Horacio Violini, Juez del Tribunal de Casación Penal; Horacio Cecchi, periodista de Página/12; Lucía García, miembro de La García y coordinadora del área de comunicación de la Campaña Contra la Violencia Institucional en La Plata; Federico Trofelli, periodista de Tiempo Argentino; Mariela Pugliese, Presidenta de la Federación Argentina de Radios Comunitarias y Gustavo Di Marzio, Diputado Provincial.


Contra qué previene el decálogo


Lucía García Itzigsohn, explicó que la intención del decálogo para el tratamiento mediático responsable contra la violencia institucional “es acercar una herramienta sencilla con diez puntos para reflexionar como comunicadores, comunicadoras, periodistas a la hora de abordar las cuestiones que pueden atravesar violencia institucional”. Luego destacó que el material “Está dirigido a quienes trabajan cubriendo noticias de policiales pero también a otras personas que hacen coberturas más generales, para tener en cuenta cuando intervienen las fuerzas policiales, el poder judicial, otras instituciones del Estado que pueden estar relacionadas con Violencia Institucional y de qué manera ponerla de manifiesto y dejar presente cuáles son los derechos humanos que las personas tenemos garantizados y poner en evidencia si esos derechos humanos son vulnerados.


Por su parte Horacio Cecchi, periodista de Página/12 y docente de la carrera de comunicación de la Universidad de Buenos Aires dijo que “las palabras de los periodistas disparan porque legitiman, porque interpretan la realidad pero la traducen como si fueran la realidad misma, y porque las imágenes que emiten se toman como si lo fueran”. Todo relato es una construcción de la realidad, una manera de ofrecer una versión que nunca es la única. De ahí la importancia de contar con fuentes y visiones amplias que le permitan al lector una narración que ayude a la comprensión profunda y evite el sensacionalismo y las versiones binarias.

La violencia institucional es la práctica sistemática de acciones violatorias de derechos llevadas adelante por funcionarios públicos. Los medios de comunicación construyen sentidos, cumplen cuando disparan palabras que un rol fundamental en tanto pueden ser (re) productores de la violencia institucional a través de la difusión de estereotipos estigmatizantes y discriminatorios que la legitiman.


Los periodistas y el desafío de cambiar la mirada

Una de las voces referentes del campo periodístico que estuvo en la presentación fue Federico Trofelli quien expresó que los periodistas siempre llegan tarde a los hechos y que para reponer el relato “debemos acudir a fuentes claves, la policía sirve pero no es la última palabra, La justicia tampoco puede ser la última palabra. Yo desconfió de la justicia que solo le hace caso a la versión de la policía”. Par matizar la responsabilidad de los periodistas y al mismo tiempo poniendo el imperativo de la ética Trofelli expresó que “Es injusta nuestra tarea, porque tenemos mucha complicación para comprender y reponer el contexto. Ese es nuestro desafío, reconstruir el contexto. Si nos quedamos con que la persona víctima de, por ejemplo gatillo fácil tenía antecedentes ya estamos mirando el tema con ojos parciales. Nosotros debemos ser cuidadosos con las consecuencias políticas de nuestro discurso. Más allá de los posicionamientos individuales la actividad periodística debería ser regulada porque requiere mucha responsabilidad, trabajamos para formar opinión”.

Comunicar desde otro lugar, con otras herramientas


Horacio Cecchi, especialista en temas policiales explicó que “Los desafíos de los comunicadores son poder tener en cuenta la diversidad de fuentes. La fuente de la policía es una fuente interesada, el periodista tiene que tratar de no caer en el discurso de esas fuentes como si se tratara de la verdad revelada. Hay que tratar de desentrañar esos criterios, acudir a otras campanas, entender que el periodismo es subjetivo, No objetivo. Hay que hacer un esfuerzo por empatizar con aquellas personas o comunidades que no tienen voz y que están agredidas por la violencia institucional”.


En el mismo sentido Mariela Pugliese, presidenta de FARCO (Foro Argentino de Radios Comunitarias), planteó que “los medios comunitarios en general acompañamos a los movimientos sociales, las radios comunitarias nos posicionamos del lado de los colectivos vulnerados por la Violencia Institucional. Los medios hegemónicos no solo reproducen mecanismos de Violencia Institucional sino que la reconstruyen. Sabemos que la batalla cultural es contra el poder económico que prima sobre las leyes. Hoy tenemos leyes que respetan los derechos y sin embargo los medios comerciales consiguen operar para naturalizar la Violencia Institucional desconociendo las leyes. Los periodistas tenemos la obligación de conocer las leyes y los derechos que tienen los ciudadanos. Y hacerlas cumplir. Siempre que escribimos una noticia tenemos que reponer el maco de derechos. Esto nos cabe a todos y todas, no es solo una recomendación para periodistas de medios comerciales. Pongo un ejemplo cuando el presidente de la Nación dijo que Milagro Sala pertenece a una organización armada, ningún medio de los grandes reparó en reclamarle a esa aseveración irresponsable el aspecto más preciso y jurídico. Con qué basamento legal, con qué figura jurídica una figura tan importante como un presidente vierte dichos como esos que son muy graves. Nadie re preguntó”.


Del lado de los medios comunitarios “muchas veces exponemos a las víctimas de Violencia Institucional con formas de trabajo descuidadas que trae graves consecuencias sobre sus vidas, en la FM Bajo Flores lo hemos sufrido muchísimo, se pone al micrófono a un señor que está tomando la tierra y se la hace exponer el caso y después esa persona queda escrachada frente a todos los medios e instituciones y luego es víctima de una represión feroz, porque nosotros nos vamos y ellos quedan en el barrio. Tenemos que ser cuidadosos, con nuestros procedimientos y las rutinas de trabajo. Vamos a tener que comenzar a pensar en protocolos de actuación”.



Cecchi recordó un caso de mucha resonancia periodística “Un ejemplo de Violencia institucional es el de Violencia de género porque está absolutamente naturalizado. Recuerdo un caso en donde se aplican todas las caras de la violencia institucional, el caso de Belén de Tucumán reúne la Violencia obstétrica, la policial y la judicial. Todas esas fueron legitimadas después por operaciones de violencia mediática al disparar palabras destinadas a traducir y explicar el caso de Belén como un caso delictivo”.


Sobre la necesidad de no dar por sentada la versión de los representantes de la justicia, el juez Horacio Violini había referido que “hay muchas cosas para decir de la justicia porque es en donde falta independencia, una justicia que no dependa del poder de turno es lo que nos hace falta. Hay que dignificar la justicia y también al resto de los actores que participan de la vida social en situaciones conflictivas. Hay que capacitar a fiscales, jueces y policías”. En cuanto al vínculo con los medios y la posibilidad de hacer circular visiones diversas y plurales Violini señaló que “es difícil llegar a los medios con otras miradas, más democráticas y responsables, nosotros desde el Colegio de Magistrados tenemos un programa de tv propio donde intentamos explicar a la gente de qué se tratan las decisiones judiciales.


El decálogo nació imitando buenas prácticas


Lucía García Itzigsohn contó que “la idea de elaborar un decálogo surgió a partir de que me convocaron a articular el eje de comunicación en la Campaña contra la Violencia Institucional en la ciudad de La Plata”. La periodista proviene de Red PAR (Periodistas de argentina en Red por una comunicación no sexista), y hace ya unos años había participado de la producción de dos decálogos, uno contra la violencia contra las mujeres y otro contra la trata de personas. El decálogo para el abordaje de temas de Violencia Institucional se basó también “en esta modalidad de sistematizar 10 recomendaciones muy simples, proponerles a nuestros colegas, abordar estos temas teniendo en cuenta algunas cuestiones que pueden modificar el enfoque y proteger a las víctimas de Violencia Institucional. La otra parte del trabajo fue articular con periodistas de medios comunitarios de la región y de medios comerciales también porque entendemos que todos los medios contribuyen a la construcción de sentido común y nos propusimos interpelar a todos y todas quienes comunican y este es el punto de partida que nos propusimos continuar el próximo año con iniciativas en el mismo sentido”.


Horacio Cecchi reflexionó que “para que el decálogo tenga utilidad y sea una herramienta preventiva y democratizadora lo que hace falta es que los periodistas lo tomen, reflexionen sobre los puntos que propone e incorporen cada una de estas recomendaciones como herramientas que puedan estar asumidas y sirvan para contar de otras manera esto que se cuenta naturalizado cuando se trata de violencia institucional”.


Una Herramienta para construir a futuro


Las expectativas de sus impulsores son positivas. Horacio Cecchi aclaró que “no es sencillo, es el primer paso, el decálogo tendría que llevar a un Protocolo consensuado entre periodistas, especialistas universidades, organizaciones sociales que puedan ir dándole una marca, una forma, un contorno, un tono en delimitar sus objetivos y que se transforme en una especie de línea de conducta de los periodistas que hoy en día no existe. Hoy en día la forma de cubrir hechos de violencia institucional depende de la voluntad personal y de las escasas posibilidades de que existan medios que sostengan ese valor ético”.


El Decálogo para el Tratamiento Mediático Responsable de la Violencia Institucional propone una perspectiva de derechos que proteja a las víctimas en la construcción de las noticias. Sugiere diez puntos a tener en cuenta en la producción de la información partiendo de considerar que una actitud mediática condenatoria contribuye a enfrentar las violencias por parte del Estado y fortalece la democracia.


DESCARGUE abajo el Decálogo para el Tratamiento Mediático responsable de la Violencia Institucional



Agradecemos a FARCO (Foro Argentino de Radios Comunitarias - farco.org.ar) por la cesión de fotos y registros utilizados en la nota

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