En el hotel familiar los estafados buscan revancha
José…..Martina!! Pero José... ¿dónde estás? Martina ¿usted qué hace? ¿Trabajan o no ustedes dos? gritaba enojado y rezongaba Inocencio, el dueño del hotel, y uno de los personajes centrales de Hotel Familiar, la obra teatral producida por los participantes del taller de Teatro del Club de Día para Adultos Mayores que actualmente funciona en el Predio Ferial Norte. Hotel Familiar se presentó este viernes en la sede de la Biblioteca Paulo Freire y FM Raco 88.9.
En el Club de día para Adultos Mayores almuerzan diariamente de 35 a 40 personas y al mismo tiempo es un espacio desde donde se proponen actividades socio culturales para adultos mayores como talleres de Teatro, Artesanías, Plástica y Cocina.
Martín Bulacio, integrante del equipo técnico que monitorea el trabajo realizado explicó que los talleres “están a cargo de talleristas enviados por el Ministerio de Desarrollo Social de la provincia, el Ente Cultural de Tucumán o bien por fundaciones y ONG. El elenco de Teatro de Adultos Mayores comenzó a partir de la intervención del Ente Cultural, con el proyecto de Sembrando Teatro, a cargo de Jorge Salvatierra. Se involucraron otros técnicos del Elenco de Variedades que empezaron a desarrollar con los adultos mayores Hotel Familiar”.
Hotel Familiar es una comedia escrita en muchas de sus escenas por los adultos mayores asistentes del taller. O sea que no solo se promueven herramientas y saberes para mejorar las capacidades de actuación de los actores en formación, sino que el mismo espacio se transforma en un trampolín de creación también.
Los actores son múltiples historias acumuladas en sus propias vidas
Zoilo Sequeira es integrante del staff de Hotel Familiar, su personaje encarna a uno de los vindicadores que comienzan mostrándose como víctimas y terminan acariciando un estadio de Justicia. Zoilo nació en Santiago del Estero, más precisamente en Estación Atamisqui. Contó que “hice una poesía que llevo de recuerdo para todos los santiagueños, tucumanos, riojanos, correntinos y dice así: Atamisqui es un pueblo y es una planta que da flor, todos lo toman por remedio yo lo tomo por amor”, y sonrió buscando complicidad y una devolución de afecto.
Luego aprovechó para mandar un abrazo a toda la gente “Del guardamonte. Me encanta el teatro y lo hago con respeto y esfuerzo para todos, el teatro me divierte y me hace bien, es un aprendizaje muy bueno. Mi familia no entiende bien lo que hago pero yo lo hago con muchas ganas y orgullo. Tengo mucho amor propio y consciencia de la dedicación que le pongo al trabajo”.
Fabio, el coordinador que aprende codo a codo con los demás
A Fabio Velásquez se lo vio activo desde que el grupo puso un pie en el suelo del predio de la Biblioteca Paulo Freire; ni bien bajaron de la combi que había trasladado a toda la comitiva. Revisó el quincho que haría de escenario, controló las medidas espaciales por donde iban a circular los actores, practicó el guion con cada uno, revisó el vestuario y los elementos a utilizarse en la obra y hasta preparó un jugo de naranja que luego le pondría color y humor a uno de los tantos pasajes graciosos del provocador guion de Hotel Familiar.
Fabio es actor y animador sociocultural del elenco de variedades del Ente Cultural Tucumán, y compartió que “venimos trabajando con Jorge Salvatierra en Sembrando Artes, un taller que nació en 2007 y que se fue desarrollando en distintos puntos, hasta que terminamos en el comedor Centro de día, del Predio Ferial Norte. Y hoy en día estamos desarrollando estas actividades entre las que está Hotel Familiar”.
Consultado por su papel y su presencia multifacética, aclaró que “mi rol es muy variado; soy coordinador del taller, co director de la obra, pero también actor, un personaje más. En la obra hago de Inocencio, el dueño de este hotel familiar en el que tiene a un grupo de estafadores que se organizan para estafar a una persona. De eso se trata Hotel Familiar, un grupo de estafadores que quiere estafar a otro grupo de estafadores que termina enseñando que quien mal anda, mal acaba”.
¿Y qué enseña esto de compartir la autoría de una obra con los mismos participantes de los talleres que uno coordina? Fabio reflexionó que “me da para pensar que esta obra es una acción colectiva que surge a partir de mates y encuentros con abuelos, en donde en el círculo de la charla uno se puso a contar una historia, otro una anécdota y entre comentario y comentario surgió la obra. Se armó sola. Así avanza nuestro proceso. Yo estoy agradecido de sentir que no estoy enseñando nada sino que estoy aprendiendo muchísimo compartiendo con los demás”.
La obra es el resultado de la acción colectiva
Las políticas de promoción de la participación a partir del empoderamiento de los sujetos, son muchas veces lentas, con idas y vueltas, nunca lineales, pero a la larga terminan dando satisfacciones, porque se sabe que lo mucho o poco que se ha conseguido avanzar siempre es el resultado de un esfuerzo en donde participaron todos los involucrados. No hay héroes solitarios, sino grupos humanos que se hacen fuertes en sus encuentros, conversaciones y conocimientos compartidos.
Fabio destacó que “las potencialidades del grupo de teatro de adultos mayores son infinitas, ellos son personas comunes que se animaron a subirse a un escenario, a aprenderse un texto, desarrollar una historia, contarla, interpretarla y protagonizarla. Es muchísimo. Y todo lo que van logrando ellos a mí me hace pensar que podemos llegar mucho más lejos todavía”.
Cristina Chávez es integrante del grupo, y también se hace llamar Crespina Bancarrota. En Hotel Familiar su personaje es bien llamativo, termina siendo engañada cuando durante todo el relato se la ve liderando la conspiración que aparenta ser el mejor cálculo. Sumando argumentos a la exposición del coordinador, Cristina dijo que “cuando me integré al grupo lo hice como los chicos, me integraba para jugar, a hacer esos papeles con los personajes en la misma creación. Cada vez que lo hago y subo al escenario juego, me divierto, y quiero que se divierta la gente. Lo principal para nosotros es dar un mensaje en esa obra, en esa presentación, siempre dejar un mensaje que hable de lo que nos pasa y lo que vivimos cotidianamente”.
En relación a la obra aclaró que el tema no es nuevo “Siempre hubo estafadores y la gente sigue igual. Como decía el tango, en el siglo 20 y en el 2000 también. En Hotel Familiar todos somos estafadores, de una forma o de otra, todos estafamos. Lo hacemos con los afectos, con la amistad, con lo que más se siente, para el ser humano, que es la plata entre comillas. Pero donde uno más estafa es en los sentimientos, en el alma en el corazón y en el ser de uno”.
Y como si el teatro viniera a ponerle parches al alma Crespina expresó que “para mí hacer teatro es una forma de exaltarme al personaje, a la obra, a lo que uno está haciendo. Lo mejor que uno puede hacer es brindarse por completo, expresar lo que vivimos, lo que somos, tanto cuando el personaje es honesto y bueno, como cuando es desleal y perverso yo dejo todo por el personaje”.
A su turno René Gauna, contó que “Yo escribo obras, soy autor, soy parte de Los Intocables del Predio Ferial. Nosotros creamos la obra, todos los que participamos aportamos ideas mientras se la va desarrollando hasta que queda escrita y armada. Hotel Familiar surge de una problemática que hay en la zona del bajo en San Miguel donde se ha presentado una serie de estafas a los pasajeros, viudas negras, etc. Y eso nos ha inspirado a hacerla”.
Para introducirnos a la trama explicó que “la obra se refiere a que el dueño del hotel que es un vividor más sus amigos siempre tratan de estafar, entonces los empleados del hotel planean estafar a los a estafadores. En la última parte el público puede apreciar el plan que ha sido concebido para estafar a los estafadores. Mi personaje es un empleado que sufre de la actitud del tránsfuga del patrón que no le paga nunca. Él sigue trabajando de buena fe como puede, con la esperanza de cobrar un día, pero justamente de él nace la idea de cobrarse de alguna forma, y junto a Martina consiguen reivindicarse y vengarse”.
Miguel Angel Agüero, de profesión peluquero, también se sumó al debate sobre el sentido de justicia en el Hotel Familiar. Contó su propio rol y le puso contexto al entuerto “yo soy el contador, el falso contador, cómplice del dueño del hotel. Nos vivimos peleando con el dueño del hotel porque es un ser muy egoísta que solo piensa en él. Y nosotros con la Urpila vivimos al día con nuestras estafitas, pero la injusticia es grande en relación a Inocencio que nos estafa a todos, a nosotros y a los empleados. Nosotros somos menos estafadores que él; José y Martina son menos estafadores aún, porque ellos lo hacen para tomarse desquite”.
Con lluvia el teatro se siente más intenso
Durante la función del viernes el tiempo estuvo inestable, de repente se puso gris, y de atrás del cerro se veía una nube que se acercaba como una capota móvil que iba a anticipar la noche y a traer el aguacero. Pero lo que pasaba en el escenario y en las sillas dispuestas en el jardín de la biblioteca es que el público permanecía inmóvil, atrapado por la trama que repartía risas, y ganas de que se haga justicia en algún momento, incluso algunos de los integrantes del grupo de actores que estaban siendo espectadores ocasionales intervenían de afuera con comentarios, risas, gritos y búsquedas de complicidades, como para no quedarse afuera del relato.
Velásquez sintetizó ese momento diciendo que “la verdad es una emoción muy grande sentir que se vive así, hoy se largó la lluvia, y que el público se quede y que parece que se larga la tormenta y el público sigue ahí, es muy interesante, es señal de que lo disfruta mucho, de que hay respeto y también de que hay convivio. Es una muestra de que se está generando una comunión entre los actores y los espectadores. Hay una conjunción entre actores y espectadores, hoy hubo teatro acá en Raco y se disfrutó”.
Lo que se viene de los Intocables y los aportes de los adultos mayores
Martín Bulacio, de la Dirección de Adultos Mayores de Desarrollo Social, agregó que “se está preparando otra obra que se llama Hermano Cholo y habla de un mano santa, que en realidad es un desempleado caído en desgracia que tiene que hacerse mano santa”.
René Gauna adelantó que “el Hermano Cholo termina siendo curandero porque estaba desempleado. Va aprendiendo el oficio se pone en contacto con otro curandero y ahí surge el hermano cholo. Es una obra muy divertida. La queremos estrenar en marzo. Esperamos que la gente lo disfrute”.
Y sumando concepto a la acción dijo que “el teatro es una usina de mensajes, todas las obras siempre tienen un mensaje. Siempre trato de que llegue el mensaje al público, aunque sea subliminal. Esa es la función esencial del teatro”.
Miguel Agüero también dijo que “el teatro me da paz, me da la posibilidad de hacer arte, la actuación me encanta, hago talleres constantemente y me da mucha alegría”.
Crespina sumó su mirada con un mensaje de apertura y esperanza: “se vienen más obras, venimos teniendo un año muy bueno, con la gira con nuestra obra y seguimos proyectando para el año para seguir llevando la obra a los lugares donde nos invitan. En el Festival de Teatro de Barrio donde venimos siendo invitados por Jorge Salvatierra. Y a cada lugar donde vamos e iremos la idea es llevar nuestro esfuerzo para que sea reconocido por más gente. Y que nuestro trabajo se vaya conociendo y nos vaya dando satisfacción por todo el amor que uno le da a este arte. Lo mejor es plantear un tema y dejarlo ahí para que la gente lo vea y lo reflexione”.
Del valor de la experiencia y lo que suma el esfuerzo del presente
Martin Bulacio concluyó que “los adultos mayores tienen mucho para dar porque no se llega a adulto mayor por una coincidencia de la vida sino por distintas decisiones y distintas experiencias. Y esas experiencias son las que se intentan revalorizar no solamente en esto del teatro sino en todas las actividades que se hacen. Queremos demostrar que la autonomía del adulto va mucho más allá de lo que se la limita. No queremos tener una mirada sanitarista. El adulto mayor no es un número más en la Obra Social o en la atención médica, sino que también produce y realiza actividades que enriquece a toda una comunidad”.
Y finalizó con un mensaje de esperanza y de inclusión “Se puede aprender mucho de ellos, teniendo en cuenta que tienen la experiencia y la sabiduría de haberlo vivido, o sea que hay que saber escuchar qué nos dicen los adultos. A pesar de que cambian los contextos es muy importante valorizar sus experiencias para poder reflexionarlas a partir de las nuestras y transmitirlas a las nuevas generaciones”.
En el medio del escenario una pareja de empleados risueños del Hotel recibía con los brazos abiertos al pasajero viejito que parecía el más ingenuo y terminó siendo el pilar de la estafa a los estafadores. Se habían quedado con las joyas que seguramente habían llegado al hotel familiar como producto de estafas previas, y casi seguro que en poco tiempo esos relojes y alhajas iban a terminar siendo parte de una nueva transacción irregular. Pero la moneda más valiosa que habían ganado esa tarde eran los aplausos de la gente que los miraba de pie y le pedía al cielo que la garúa no se hiciera más intensa, al menos por un rato.