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Animales Fantásticos en el taller de lectura


Leer es siempre inventar un mundo


Comenzó el ciclo Raco tiene Historias con el Taller de lectura que se realiza en la Biblioteca Paulo Freire. El taller de lectura es un espacio de producción con niños donde se construyen historias propias a partir de la lectura colectiva de textos de diferentes tipologías.


Coordinado por Jorgelina Chaya el taller es, también, un lugar de juego, un encuentro lúdico donde está invitada la fantasía, la creatividad y la expresividad sin límites con la que los niños relatan y ponen cuerpo a historias personales. La lectura es una actividad de pensamiento en la que se ponen en juego las capacidades de compresión y de creación de los lectores. También es una actividad que implica escribir, porque siempre que se lee, se está construyendo una nueva historia donde el autor es el mismo lector. Todo niño que lee resignifica el contenido e incorpora en el relato elementos que les son propios. Así en una experiencia de lectura, el resultado de ese encuentro son siempre mucho más historias que las que provocaron o dispararon la experiencia. Porque Comprender un texto es trascenderlo, integrando las ideas del autor con las nuestras.


Jorgelina Chaya profesora de letras y coordinadora del Taller de Lectura que se dictó en Raco es docente en escuelas secundarias y en la Facultad de Filosofía y Letras. Contó que llevó a la biblioteca el “taller de lectura para rescatar historias de animales de Raco. Está destinado a los niños, hoy estuvimos trabajando con juegos para que ellos se soltaran en su imaginación y creatividad. Inventaron animales fantásticos y extraños a partir de unas tarjetas y de unos dibujos, y tenían que unir distintos tipos de cuerpos de animales y armar nuevos bichos”.

La actividad del encuentro del sábado se propuso que a partir de esas imágenes los participantes describan características de esos seres inventados que habían armado mentalmente. “Por ejemplo el Cocotruz, un cocodrilo con cola de avestruz. Otro chico que tiene el sueño de conocer el mar inventó un “Hortis”, un hormiguero mezclado con un tiburón”.


Los chicos y chicas son pura Imaginación


Victoria Arce, una de las participantes del taller contó que “estuvimos contado historias del Mayoato, el duende del diablo, es un bicho que vive en los cercos porque hay más personas, más vacas, más animales. Él mata para comer, para alimentar a sus hijos. Mi tío mató uno”

Y se dió un mini diálogo:


- Ah sí? Y cómo es?, a qué se parece un Mayoato?


- “Y…. está entreverado con un perro y un gato. Aunque también parece un mono. Mata con las uñas, tiene uñas largas, mata todo lo que ve, mata personas”


Ah, es peligroso. Mató mucha gente?


“No. Nadie murió aun, no me han contado. Pero hay que tener cuidado con el mayoato. Hay en valle hermoso y en el volcán”.


Victoria contó además que “me gustó el taller, me gusta leer y contar cuentos”.


Sobre las potencialidades que presenta un Taller de Lectura, Jorgelina Chaya dijo que “es muy potente la imaginación de los niños. Y es simpática. Y a partir de esos rasgos y el humor se puede llegar a cuestiones profundas de sus personalidades, del lugar de dónde provienen, hacia dónde quieren llegar”.


Y contó que “después de la actividad leímos cuentos de María E. Walsh, y otro que se llama Un sapo de otro pozo que es un libro álbum y a partir de eso buscamos qué animales e historias fantásticas conocemos de nuestro propio lugar.


Mateo Fernando Juárez, contó que “hoy estuvimos leyendo y jugando a formar animales raros. Por ejemplo yo hice un hipopótamo mezclado con un elefante. Hipo Elefante, se llama y tiene mitad cuerpo de uno y mitad de otro. No era muy lindo pero si era especial, vive en la selva pero busca lagunas. Creo que se alimenta de peces y adora el agua. Es bueno y amigo de la naturaleza”.


Después dijo que “en Raco hay animales raros, sé que hay Mayoatos pero yo nunca lo vi. Creo que si me encuentro alguno saldría corriendo. A los perros y gatos no les tengo miedo, pero a un Mayoato sí. Yo tengo Gato y me gusta también”. Por su parte Nelson Nieto, compartió que le gusta vivir en Raco, “me gustan los animales, el paisaje, que haya mucho pasto por todos lados, la naturaleza. Me gusta vivir en un pueblo así, más que en la ciudad. Yo ando siempre a caballo y disfruto mucho hacerlo correr”. Y para ser más preciso agregó que “Me gusta ir a los cerros a caballo, ir por los pastos abiertos sin árboles”.


“En el taller yo hoy trabajé con un Horti”, nos contó Nelson, “un animal que es mitad oso hormiguero y mitad Tiburón, vive en el mar, saca la trompa para respirar. Tiene aleta de tiburón y nada bien. Me gustaría que haya Hortis en Raco, pero es difícil encontrarlos”.


Marianela Arce, contó que hoy le dio vida a Gatumba, “que es un gato gordo, y a Parramente, perro que piensa, un perro mente. También voy a dibujar a Valen, es una mezcla de vaca y león”.

Son imaginarios pero a mi me gustaría que existan. Yo una vez soñé que tenia un caballo con alas y un bicho más, y era lindo, en el sueño yo lo montaba. Después me desperté, mis hermanos se estaban levantando y yo me asusté y me volví a dormir. Ese Valen me gustaría que exista de verdad.


Ser creativos para transmitir pasión por la lectura



Jorgelina dijo que “se hace difícil trabajar lectura porque muchas veces el modo de presentación no entusiasma, no genera una expectativa, una hipótesis de lectura. Hay que buscar esa idea de aventura, de qué va a pasar ya desde el título. Una vez que el título es un disparador que contiene un desafío de trayecto y una aventura, es más fácil generar un escenario”.


Y la creatividad reside en los secretos que hacen a la experiencia un juego. “cuando ponemos un libro para trabajar hay que cuidar desde la tipografía, la imagen que acompaña la historia, que es lo que hoy trabajan los Libro álbum, que no están basados solo en la historia ilustrada sino que la imagen es un dispositivo gráfico para acompañar el texto, y entre texto e imagen se complementa el sentido que se intenta narrar. Y se potencia la imaginación”. Cuando se elige la dinámica y el ejemplar también se está apostando a producir ganas a partir del ingenio.


Chaya cerró diciendo que “Lo lúdico puede ser para cualquier edad, cada uno trae su experiencia y sus saberes y juega con lo que trae, y desde ahí, lectura y escritura se organiza el juego y el pensamiento”. Por eso en Raco no hay límites de edad, pueden ir al taller los chicos, jóvenes y también adultos. “Me voy con entusiamo y con ideas para preparar para el próximo encuentro” dijo la profe que ya abrió un espacio que generó movimiento.


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