Pancho Picaflor va cobrando vida
En el marco del quinto encuentro del taller de lectura que hacemos todos los sábados en la Biblioteca Paulo Freire en Raco trabajamos con cartapesta para darle forma a los personajes del mito de Pancho Picaflor. Los niños y niñas participantes del taller dedicaron creatividad y trabajo para el pegado de trozos de papel cortados a mano unidos mediante un adhesivo a un globo inflado para formar el cuerpo y la cabeza de objetos, superponiendo las capas de papel entrelazados entre sí y el adhesivo una y otra vez para ir dándole vida a Pancho Picaflor, un caballo cerreño muy especial, que se convirtió en héroe durante la famosa prueba del Volcán que se realiza todos los años durante la Fiesta del Caballo. El caballo tiene como principal rasgo humano la asunción de la tarea solidaria como una misión de vida, por eso saca del peligro a algunos, rescata a otros o le tiende una mano en un momento de debilidad a quien pudiera verse en aprietos.
En los próximos encuentros Pancho será el protagonista de un video que se grabará a partir de un guion escrito en el marco de los talleres de lectura de los sábados. Las aventuras de Pancho serán el centro de atención de los relatos que los niños van a producir como un modo de darle cotidianeidad a este héroe imaginario que habita los cerros locales y que suele aparecerse cada vez que algún raqueño necesita ayuda para salir airoso de una situación delicada. Estos espacios de lectura sirven para promover el hábito de la lectura entre los niños raqueños y facilitarles el acceso a libros a las familias locales. También se propone servir como un espacio de conversación donde la escritura surja espontánea como una manera de viabilizar las historias que los niños y niñas traen al espacio y que comparten con el resto de los participantes.
Además de leer y escribir estos encuentros se viven como espacios en donde el juego y esos ratitos de recreación se defienden y se viven. Patear una pelota un rato, subirse a la casita del árbol, hamacarse y tirarse por el tobogán, o simplemente jugar a las escondidas es parte de esa lectura del mundo que permite nuevas escrituras de la propia experiencia.
