La cultura de la convivencia transformó a la ciudad de Medellín
Si a cualquiera de nosotros nos preguntan ¿qué es lo opuesto a la inseguridad?, sin dudarlo diríamos que es la seguridad. Sin embargo, en Medellín –Colombia- la inseguridad se combate con convivencia.
¿Cómo la ciudad más peligrosa del mundo logró transformarse en la cuidad más innovadora?
Al recorrer sus calles, dialogar con su gente, escuchar sus historias parece ser que la clave está en la cultura, en ser y sentirse parte de una comunidad que aprendió a convivir, a cuidarse y a cuidar al otro.
La transformación de Medellín es el resultado de un esfuerzo colectivo, de un trabajo sostenido en el tiempo, constante, planificado a largo plazo que incluye a todo tipo de organizaciones: comunitarias, gubernamentales, no gubernamentales, empresas privadas y universidades trabajando en forma articulada y que más a allá de las diferencias logran entenderse. “El espacio de encuentro fue la universidad pública- relata Jorge Melguizoi- allí se impulsó el diálogo con todos los sectores de la sociedad: partidos políticos, ONG, empresas, organizaciones comunitarias. Se buscó pasar del fracaso colectivo al desafío colectivo. Esto fue formar la capacidad instalada individual y colectiva para entender mejor la situación de violencia. Una situación que no era coyuntural sino estructural”.
Conocer el problema fue el primer paso hacia la búsqueda de soluciones.
En el documento “Notas para la conferencia Criativando Medellín”ii, Melguizo expone algunas características del plan de transformación social y urbana de Medellín:
• La búsqueda de nuevas respuestas a los problemas de siempre y la lectura diferente de esos problemas.
• La necesaria articulación e integralidad entre dependencias acostumbradas a trabajar solas, para lograr la multidimensionalidad de las respuestas ante la multidimensionalidad de los problemas territoriales, sectoriales y poblacionales.
• La decisión de asumir lo público como un profundo trabajo de acupuntura urbana y social.
• La cercanía con la comunidad, haciendo real un postulado: el Estado se hace en el barrio. Ese concepto exige una gran capacidad de escucha. Y escuchar, en y desde lo público, parece ser una innovación.
• La participación comunitaria asumida como esencia y no sólo como herramienta.
• El conocimiento, reconocimiento, valoración y potenciación de lo que ya se hacía en la ciudad sin el Estado, a pesar del Estado o incluso contra el Estado.
La transformación del espacio público
Recorrer la comuna 13 de Medellín, aquella que en los años ´90 fue el centro de mayor violencia de la ciudad, implica aceptar el desafío de saber que en ese trayecto suceden cosas. Un camino con estaciones, lugares de encuentro: espacios para el deporte, el arte, la música, espacios que reflejan la historia y la identidad de una comuna con una trágica historia pero que se crea y recrea en la esperanza.
El espacio público en Medellín no es un lugar vacío, descuidado o perdido. Por el contrario es un lugar intervenido donde se teje la historia de la comunidad, con un sentido de estética y de identidad. “Acupuntura urbana”, puntos estratégicos planificados donde suceden cosas.
“Lo público, todo lo público, debe ser el mínimo común denominador de la sociedad, lo que nos iguale en el punto de partida: la educación pública, la salud pública, el espacio público, el transporte público, los servicios públicos de agua, energía, alcantarillado y otros, el acceso a la cultura, al deporte y a la recreación públicas. Lo público no es lo oficial, no es lo gubernamental: lo público es lo toda la comunidad.”iii
Si la política juega con tres palabras: esperanza, hechos y símbolos, en Medellín el espacio público es el símbolo de la identidad, un espacio que devuelve la dignidad, es sinónimo de calidad y eficiencia. Devolver la dignidad es una decisión política, es brindar espacios de calidad a cada comunidad. Espacios propios. Espacios que respondan a sus necesidades. Espacios de encuentro. Espacios de cultura. Y los espacios se asocian a la arquitectura. En Medellín hubo un cambio en su arquitectura pero no sólo física sino social.
La transformación cultural
La multiplicidad de políticas que se desarrollan en Medellín simultáneamente bajo el mismo propósito: la convivencia, abarcan el desarrollo de espacios públicos de calidad, la educación, la salud y la seguridad. Valorizar la identidad de cada comuna, rescatar y aprender de la historia, fomentar el diálogo y la participación, desarrollar un sentido de pertenencia tal que cada persona sea parte de la comunidad y donde esa comunidad le sea propia fue un plan sistemático donde el desarrollo de espacios culturales de encuentro resultó el eje vertebrador.
Hoy Medellín cuenta con trece impresionantes Parques Bibliotecas, Centros Culturales, Museo de la Memoria, Planetario, Jardín Botánico, Parque Explora, Museo de Antioquía, entre los más destacables espacios de encuentro. Además de treinta hectáreas destinadas al deporte, con coliseos para fútbol, básquet, vóley y piletas olímpicas. Espacios públicos, abiertos a toda la comunidad y de calidad. Espacios de encuentro.
En Medellín asumimos la cultura más allá de las definiciones “netamente culturales”, es decir, más allá de las artes y de los modos de vida, tradiciones y creencias, y buscamos que la cultura sea un potencial para fomentar los 7 valores, la creatividad, la cohesión social y la búsqueda de la paz, es decir, la construcción de la convivencia. Un gran desafío es, entonces, que “los procesos culturales sirvan para la constitución de sujetos, para que la gente pueda desarrollar por sí misma proyectos culturales de transformación de su realidad individual o colectiva. Y ello implica crear dispositivos para pensarse de manera crítica como sociedad y como sector, construir condiciones y subjetividades incluyentes, y poner en juego los diversos relatos de lo social y los diversos sectores sociales.” (Plan de Desarrollo Cultural de Medellín, 2011: 8)iv
Muchos de estos espacios, además han sido diseñados por cada comuna. Tienen una arquitectura propia que los representa y los identifica. Previo a la construcción de estos espacios de encuentro, cada comuna se reunió en el “Taller de imaginarios”, allí diseñaron - con lápiz y papel en mano, adultos y niños- ese espacio, cómo debía, qué debía tener, colores, formas, espacios. Esos diseños fueron puestos en manos de los mejores arquitectos de Colombia para que transformen esas ideas en proyectos. Proyectos que fueron aprobados por la comuna. Proyectos que hoy son realidad y se emplazan dentro de cada comuna.
El desarrollo de una cultura de participación se convirtió en una práctica que genera y produce proyectos barriales, proyectos que años atrás eran inimaginables y hoy son parte de la arquitectura social de Medellín. Una arquitectura que invita, que convoca al encuentra. Una arquitectura que identifica, que representa y que une.
Cuando en el año 2013, Medellín fue distinguida como la cuidad más innovadora del mundo, Jorge Melguizo, publicó en su twitter: “La mayor innovación de Medellín es haber hecho de lo público un reto colectivo. Crear es creer en lo que hacemos. Que eso continúe.” Cada habitante de Medellín cree en lo que hace, eso es devolver la dignidad.
Notas:
i Jorge Melguizo es Comunicador Social y Periodista. Entre 2004 y 2010 fue Secretario de Cultura Ciudadana y Secretario de Desarrollo Social de Medellín. Desde 2010 es consultor internacional en gestión pública, proyectos urbanos integrales, cultura y participación social.
ii Notas para la conferencia Criativando Medellín–Novos olhares sobre inovacöes urbanas, en el Seminario Internacional Sampa Criativa, realizado por FECOMERCIO, SENAC Y SESC en Sao Paulo, Brasil, 2 y 3 de diciembre de 2013
iii Jorge Melguizo (2015) Cultura, equidad, convivencia y ciudadanía (o el para qué de la cultura…).Texto escrito por solicitud de la FES, para el libro de conmemoración de sus 50 años.
iv Jorge Melguizo (2015) Cultura, equidad, convivencia y ciudadanía (o el para qué de la cultura…).Texto escrito por solicitud de la FES, para el libro de conmemoración de sus 50 años.