Una mesa para reclamar más políticas de infancia y gritar fuerte No a la Baja
Se realizó una mesa panel en el marco de la campaña tucumana por el No a la Baja de Edad de Punibilidad de la que participan organizaciones sociales, profesionales independientes, Ong y agrupaciones tucumanas. Organizada por ANDHES y con la presencia del experto uruguayo de ONU Luis Pedernera, la jornada presentó una mirada regional sobre los desafíos de los adolescentes en su vinculación con el Sistema de Protección Integral y de los jóvenes en conflicto con la ley.
En el salón de actos del Colegio de Abogados los expositores analizaron coberturas mediáticas estigmatizantes, diagnosticaron las luchas necesarias para mantener la plena vigencia de la Convención sobre los Derechos de los Niños, ensayaron posibles estrategias de comunicación basadas en la experiencia uruguaya y sobre todo pusieron énfasis en la necesidad de reclamar al Estado políticas públicas para las infancias que se basen en el reconocimiento de sus derechos, en el explícito reconocimiento de sus potencialidades y su capacidad protagónica y se alejen definitivamente de los prejuicios sobre las carencias y la peligrosidad que representan, dado que ese enfoque termina en medidas punitivistas, basadas en el control, en el castigo permanente, en el cercenamiento general delas libertades y encima, ineficaces .
El Lenguaje crea existencias y posibilidades
Abrió la charla Ana Laura Lobo Stegmayer, directora Ejecutiva de Andhes, quien se refirió a la importancia de repensar el Lenguaje y los modos de nombrar a las infancias. Pensando en las maneras en que los medios hegemónicos representan la niñez, la abogada reclamó distanciarse del uso de estereotipos que se utilizan en las coberturas periodísticas y en los programas de entretenimiento. “Hay un esfuerzo por demonizar la niñez y la adolescencia. El polaquito, la cobertura que hizo Lanata, es un ejemplo clave de demonización y crueldad y en general varios titulares de diarios dejan de abordar la conflictividad social y el análisis de las situaciones de violencia y abandono que sufren los chicos. Se trata de una combinación de factores que generan las condiciones de existencia de estos niños que parten de situaciones muy desfavorables. Cuando nombramos la existencia de los chicos, según como lo hagamos vamos a generar las condiciones de abordaje de sus realidades. La palabra crea existencia, construye posibilidades. Cuando hablamos de monstruos o demonios se vuelve más fácil acompañar políticas de mano dura, porque esa misma forma de nombrar a los niños genera las condiciones de aceptación de este tipo de iniciativas que niegan los derechos del otro”.
Luego explicó que “los medios construyen un sentido común regresivo y lo viralizan, lo masifican. Este es un aliado que facilita el avance de políticas públicas regresivas. Todo esto es cruel porque se combina con la falta de políticas públicas transformadoras e inclusivas. Hay un círculo entre un discurso punitivista y las condiciones de existencia de los pibes. Cuando las políticas públicas no resuelven problemas vitales de los niños, se generan formas de nombrar a los pibes que van naturalizando un proceso. Y además después los castigamos. Y eso también los nombra. El castigo y la sanción es lo que más aparece en la vida de los niños de sectores vulnerables. El desafío es poder pensar otros nombres y decir otras cosas, más allá de chorros. Tenemos que lograr un proceso de participación que permita conocer la realidad en la que viven y nos permita pensar Políticas Integrales”.
Para cerrar pidió que los chicos no sean convidados de piedra en un proceso que reclama integralidad, “hay que construir con los propios chicos otros nombres. Porque todo lo que creamos en la sociedad para resolver los problemas de los pibes, no está, no fue pensado con los niños, con ellos como protagonistas. Ellos deben poder interpelar el sentido común en primera persona”.
Lanata como productor de sensaciones que no ayudan a pensar
Sebastián Lorenzo Pissarello, coordinador de Agencia de Prensa Alternativa (APA) presentó la ponencia “Medios, demandas, la disputa por el sentido común, la modificación de la política pública. Analizó más a fondo el caso del Polaquito que emitió Lanata en Periodismo para Todos. Contó que allí se lo presentó como un niño de 12 años que habla de los delitos que cometió. El niño hace una apología de sus delitos. En el informe Jorge Lanata, el conductor del programa, dijo que el Polaquito tiene horrorizado al barrio. En el informe se mostraron videos y fotos en donde el polaquito transgrede la ley. El periodista que hace de notero pregunta pormenores. Y el polaquito reconoce muchos delitos cometidos. Disparos que dio, robos de autos, asesinato de un dealer, etc.
Lanata, sin fuentes ni datos confiables, dijo en cámara que son miles de menores los que hacen cosas como las que hace el polaquito. Lorenzo Pissarello contó que Lanata en todo momento los “los nombró como menores, no como niños, haciendo uso y abuso del lenguaje clásico de la policía. Esta es una idea que cala en la sociedad, porque la sociedad necesita echarle las culpas a otros de sus males. Esta opresión se reproduce en la clase media y en los sectores populares. No se trata de un ataque aislado el de Lanata. Debemos recordar el otro ataque que sufrieron los chicos e integrantes del merendero Los Cartoneritos de Villa Caraza (Lanús), gestionado por el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE)”. La defensa del derecho del Polaquito a ser respetado en los medios la llevó adelante Juan Grabois, referente del MTE, quien se comunicó con Lanata y discutió en vivo con el conductor mediático para explicarle los detalles de su actitud avasalladora de derechos de los niños e irrespetuosa con las audiencias.
Tanto en el caso de Los Cartoneritos como en este Juan Grabois se peleó con productores, conductores y periodistas de muchos medios, justamente, por haber realizado coberturas irresponsables y por haberlas defendido cuando ya tenían elementos para poder reflexionar la propia práctica. De hecho esa falta de actitud reflexiva fue una de las dolientes demandas del militante a los insensibles vendedores de comunicación mercantilizada.
El diario Clarín tituló un día después sobre “La historia estremecedora de un nene de 12 años que dice que robó y mató” en relación al caso en cuestión. Lorenzo Pissarello señaló que “La historia de la que habla Clarin no se refiere al contexto del niño, a su sufrimiento, a los derechos que le son negados. Para Clarín lo único que amerita ser contado es la historia criminal de un niño. Y además relativiza sus dichos con el “dice” con lo cual se muestra que para los adultos los niños solo tienen voz cuando son divertidos o cuando se necesita que digan lo que los adultos no se animan a decir”.
Pissarello se detuvo en este análisis, porque al igual que Lanata no ahorra mecanismos de construcción de mensajes en donde lo que menos importa es el derecho de los niños. El periodista de APA seleccionó un fragmento de la nota en donde se muestran abiertamente las intenciones del medio: “El tono de voz choca de manera irracional y estremecedora con sus palabras”. El medio apela a las emociones, a lo que alarma, inquieta, lo que hace sentir y no pensar. El reportaje de Lanata no busca que reflexionemos sobre la cuestión sino que reaccionemos como espectadores emocionales. La entrevista hace eje en el Polaquito delincuente. “No tengo miedo a nada” dice el Polaquito! Y Lorenzo Pisarello agregó que “Si el polaquito no tiene miedo, entonces no es niño, a eso nos lleva la nota de Lanata. A este tipo de periodismo no le interesa informar sino vender, no le interesa problematizar sino encasillar, entretener, porque eso paga, le da show, rating y poder. La nueva hegemonía necesita reforzar sus propios intereses, golpe bajo, incapacidad de empatía, problematización, ¿por qué el polaquito tiene esa vida?, ¿Qué le paso al polaquito?, ¿y a su familia, a su mamá?, ¿cuántas veces estuvo en tratamiento y qué cosas vivió en ese proceso?.
Luego el periodista agregó que “Menos del 4 % de delitos involucran a delincuentes menores de 18 años, según la Corte Suprema de Justicia. Hay que visibilizar ciertas problemáticas que están pasando en Tucumán y en Argentina. Vengo entrevistando a un joven adicto que me contó que comenzó a consumir a los 8 años, y hoy tiene 32. En los barrios hoy se regala la primera dosis, una manera de crear demanda. No hay camas que alcancen en los hospitales. Y el instituto Roca está lleno, de pibes pobres, claro. Los ricos no van ahí. Y no es una solución el encierro, ya lo sabemos. Los adolescentes que son encerrados tienen muchas dificultades para terminar la escuela o insertarse socialmente”.
Para cerrar hizo hincapié en algunos datos del presente “El actual contexto amenaza la conquistas de derechos. Eso es el ajuste. Y lo que se hace es generar consenso, para eso se necesita buscar responsables de la crisis que justifican las medidas de austeridad. Y agregar respuestas fáciles, rápidas, específicas. Y así calmar lo que sentimos, porque las crisis se sienten, son emociones, que nos desesperan. Pensar que todo se resuelve con cárceles es un error”.
Iluminar las parcelas de realidad que hacen indigna la vida y destruirlas
Luis Pedernera es un experto independiente de Naciones Unidas (ONU) y habló de Los adolescentes en el debate punitivista desde una visión regional y compartió la experiencia en Campaña #NoALaBaja de Uruguay. Entre mate y mate el especialista uruguayo compartió conceptos forjados en una larga experiencia de defensa de derechos e iluminación de ideas. “El diletante habla de todo un poco sabiendo poco de todo”.
Comenzó hablando de la lucha contra la cárcel, para construir un marco de comprensión. “Porque esta lucha es ante todo una lucha social y política. Y también contra la pobreza. Los que caen en la cárcel son pobres. En la lucha por el #No a la baja se juega un poco de civilización. Qué tanto estamos dispuestos a ceder de los avances civilizatorios. La baja es una derrota de la civilización. Suecia tiene un límite máximo de penas de 10 años, y miremos Uruguay que tiene penas de 30, Argentina que tiene intención de recluir chicos. El sistema penal es un poco un espejo de lo que somos como sociedad. No podemos mostrarle a los chicos que el futuro innegable que les tocas es lo que está escrito a la entrada del infierno de la Divina Comedia cuando Caronte cruza a los pecadores en una barcaza y en el arco que los recibe se lee “Pierdan la esperanza los que entran”. Ese mensaje no puede ser tolerado para nuestros niños y adolescentes”.
Sobre la situación actual de la Convención sobre los Derechos de los Niños (CDN) y sus premisas, Pedernera expuso que “estamos en un estado de situación híbrido. Si lo pensamos en términos lineales en relación a los derechos del niño. Los años 90 fueron de efervescencia de la CDN que llevó a rápidas ratificaciones del tratado en nuestra región. Y también una rápida instalación del lenguaje, la terminología y todos los avances que eso significaba. Niños, niñas reemplazó a menores. Pero hoy estamos en una tensión que tira para los dos lados. Los empujes criminalizadores siguen siendo fuerzas reaccionarias fuertes. Hoy los niños se siguen viendo como propiedad de la familia, no como sujetos con voluntad propia. Como futuro, no como presente, como personas habladas por otros, no como personas con voz propia”.
Y explicó que “la actitud en relación a los adolescentes depende de cada sociedad, de la composición de cada sociedad. En 2011 en Uruguay, cuya población está envejecida, se juntaron firmas para que a los menores de 16 años se los juzgue por jueces adultos y se los envíe a cárceles de adultos. En Honduras casi el 50 por ciento de la población son menores de 18 años, en ese escenario los adultos se posicionan con temor hacia ellos”.
Y como en un paréntesis le dio lugar a la filosofía y a la poesía para traer otros sentidos a la mesa. Recordó a Michel Fize, un francés que escribió un libro sobre adolescentes, Pedernera dijo que para Fize “la raíz etimológica que dice que es una etapa de la vida en donde se adolece, se sufre no es la más relevante. Fize dice que adolescente viene de una palabra indoeuropea que es ALEGRE, su significado es nutrir, una palabra que se descompone entres palabras distintas. Una que implica estar creciendo, otra que habla de Crecer y por último dejar de crecer. Es una palabra que remite a una potencia de vida. No es una patología ni un peligro a combatir. Esa idea impuesta nos impidió conocer la etimología del verdadero concepto de la palabra”.
Luego Pedernera resaltó que “el tema de la Baja de Edad de Punibilidad da rápida visibilidad, genera consenso inmediato frente al peligro de la adolescencia y da minutos en la tele para políticos conservadores. Son temas que se disparan en coyunturas específicas, basta con un caso para que se extienda la chispa de la generalización. Cualquier caso sirve para que toda la sociedad se haga una idea de que la violencia que se vive es inusitada. Ahora bien, cada ley que avanza en más punición, lo único que genera es un escenario en donde hay menos garantías. Y lo que es peor, no hay vuelta atrás. En Uruguay Las leyes duras planteaban que los adolescentes tienen que estar un año como mínimo en la cárcel sin posibilidad de salir, mantener los antecedentes encerrados. Además contemplaba un proceso abreviado si estaban de acuerdo el fiscal y el defensor de dejarlo preso. Hoy se lucha contra la Ley Penal 19.055, muchas organizaciones luchan para que se derogue dado que en su impulso punitivista también pone en la cárcel a las madres de los adolescentes por delitos cometidos por sus hijos. El Comité Internacional de Derechos Humanos ha pedido que se derogue esa norma. Son normas que aún no están derogadas, el camino de la criminalización no tiene vuelta atrás, solo se pierden derechos y libertades. La situación Penal es como la del rey Midas, lo que la cárcel toca lo convierte en delitos y delincuentes. No hay otra forma de interpretarlo”.
El experto en derechos de los niños habló de los Mitos que se usan para justificar la Baja “La idea de que cuanto más duras las penas, más se combate el delito. El mito dice que los delitos los cometen personas cada vez más jóvenes y niños. Eso es falso, solo el 3 por ciento de los delitos los cometen adolescentes. Y además los adolescentes cometen delitos contra la propiedad (hurtos y robos). En general no cometen delitos de sangre, estos son los que menos ocurren, y cuando ocurren solo ocurren dentro de determinadas características”, se explayó Pedernera.
El Segundo Mito, “cuando los políticos hablan de centros de detención pareciera que nos están hablando de colonias de vacaciones o de lugares dignos. Nunca los niños y adolescentes entran por una puerta y salen por la otra. Básicamente porque hay una sola puerta y si el joven salió es porque siempre un adulto facilitó un método de escape. Yo les diría a los políticos reaccionarios que pasen una noche en esas mazmorras donde los adolescentes pasan años sin posibilidades de participar de actividades recreativas, educativas, culturales, lo cual es una vulneración de los derechos que proclama la CDN”.
El tercero es el Mito Re, “esa idea absurda de Reeducar privando de libertad. Es como enseñar a jugar al fútbol adentro del Ascensor. Hay que evitar el discurso RE que se presupone reeducador, resocializador, rehabilitador, que promueve la reinserción social, etc. La cárcel es un mal, debe ser excepcional, lo dice la CDN. Hay reglas de ONU que hablan de abolir sistemas carcelarios para niños. Nos encontramos en terreno fértil para que la cárcel tienda a desaparecer cuando nos referimos a derechos de los niños”.
Para deconstruir el Cuarto Mito, Pedernera pidió aferrarse a datos científicos y buenas mediciones del impacto que generan las diversas políticas, dado que los datos de la realidad son incontrastables. “Hay información sistematizada que tira abajo cualquier argumento que intente sostener la baja, eso es básico en una campaña de #NoALaBaja. Los diagnósticos son importantes, porque a pesar del crecimiento económico, los niños siguieron siendo los más pobres de la población. Son los más expulsados del sistema educativo, en algunos casos la finalización del ciclo escolar llega al 20 por ciento cuando en algunos países ingresan el 99 por ciento a las escuelas”.
Y habló en clave tecnócrata para argumentar en el mismo terreno y en la misma clave que lo hacen los políticos neoliberales “las propuestas de la baja de la Edad son caras y generan más criminalidad. Ese es un dato que en Uruguay usamos mucho y lo disfrutamos porque es un dato técnico, no tan basado en principios ideológicos, como les gusta a los liberales. Los estudios confirman que una persona privada de libertad en Uruguay cuesta 2000 dólares mensuales y las tasas de reincidencia rondan el 70 y el 80 por ciento. Es una mala respuesta política, así de simple. Las penas no privativas de libertad cuestan 300 dólares por mes por adolescentes y las tasas de reincidencia con suerte llegan al 30 por ciento.
Entonces viéndolo desde la lógica del costo/beneficio, ¿qué es mejor? ¿Enterrarlo de cabeza en una cárcel para que las posibilidades de reincidencia se amplifiquen o pensar abordajes no privativos de libertad que deberían ser el eje de las políticas públicas cuando se llega a la esfera penal para pensar cómo salir del brete en el que se encuentran?, porque además generan mayor criminalidad. No es menor ese detalles”.
Pedernera destacó que “las propuestas de baja de edad violan la CDN porque hacen de la privación de libertad la regla y no la excepción”. Y agregó que además estas medidas de castigo “profundizan la fragmentación social. El sistema Penal opera a distancia, cuanto más lejos está de la persona a la que se inflige dolor más fácil es tomar una decisión que implica sufrimiento para el otro. Cuanto más sé de la persona de la que tengo que disponer dolor, menos recurro al Sistema Penal. Todos los conflictos pueden ser abordados desde aristas no punitivas, no privativas de a libertad. El sistema penal no resuelve la cuestión del delito y lo que sí consigue es arruinarle la vida a los pibes”.
Sobre el final se mostró pesimista, pero destacando en esa condición un arma del pensamiento crítico. “Estamos en una coyuntura complicada, en Uruguay me dicen pesimista porque yo tengo una idea diferente a la del poeta y escritor romántico Eduardo Galeano sobre la Utopía. Para el la utopía siempre servía para caminar y para avanzar. Para mí la utopía no sirve para caminar, sino como decía Walter Benjamin, que hablaba de Utopía Negativa, sirve para iluminar las parcelas de realidad que merecen ser destruidas definitivamente. Hay hoy cosas en América Latina, a 26 años de ratificada la CDN que son intolerables para la infancia, y debemos iluminarlas y destruirlas”.
Los medios trabajan para el consenso punitivo
A su turno Emanuel Gall, miembro de la Agencia de Noticias sobre Infancia de Tucumán (ANITA) habló de “Medios, estereotipos e infancias”. Para analizar el caso del Polaquito, el caso Camila y el de la cobertura del asesinato del estudiante Matias Picineti, se refirió al hecho de que los medios construyen mensajes, no reflejan, representan. No son LA REALIDAD, no son una ventana al mundo. Partir de esa idea es lo único que nos permite reflexionarlos críticamente para poder superar modos vulneradores de derechos a la hora de representar la realidad que vivimos. Y a la hora de re funcionalizar los medios y buscarles vetas de inclusión, o de trabajo comunicacional democratizante.
¿Porque en la discusión por la baja los medios cumplen un rol? A diferencia de otros actores, los medios No son frontales, son actores que atraviesan toda la escena. No hablan como lo hace la policía, ni los referentes de ONG o Movimientos Sociales, no hablan como lo hace la justicia, ni siquiera los académicos, ni los investigadores especializados. Tampoco como lo hacen los funcionarios del sector (SENAF, MDS, etc). Los medios atraviesan toda la escena y van moldeando los límites de ese debate. Lo hacen a través de múltiples mecanismos. Seleccionan agenda, fuentes, modos de contar, lenguaje y tecnología/Plataformas.
No se expresan en la discusión sino que construyen el escenario donde se da la discusión. Le ponen la coloratura al teatro de operaciones, modulan las voces, distribuyen los elementos de la escenografía. ¿Todavía no entiendo que es lo que están planteando los que defienden los derechos de los niños?, Unicef NO SABE nada de periodismo. Dijo un coreógrafo mediático llamado Jorge Lanata al verse invadido en su terreno celestial (tras recibir una batahola de críticas por su cobertura del caso Polaquito) que lo tuvo siempre como intangible, intocable, No criticable en el (su) reino del SHOW mediático.
El referente de ANITA dijo que “Los medios construyen la realidad, eso es un aporte de la semiótica allá por los 70´, y solo podemos partir para hablar de medios del principio de representación. Manipulación como idea no alcanza, tampoco sirve para tomar una postura. Desde el vamos tenemos que comprender que todos manipulamos códigos y herramientas. Y eso en sí no es criticable, forma parte del vínculo natural con el entorno y de la misma producción de cultura. De hecho no habría cultura sin manipulación. Debemos comprender la representación. Eso reclama una gran lucidez ética cuando producimos mensajes que además son masivos”.
El Contexto actual también tiene consecuencias comunicacionales. Cuando queremos dimensionar el escenario deberíamos tomar múltiples factores: Ajuste económico, medios concentrados (más concentrados que hace dos años), política represiva en aumento y legitimada (nunca la policía dejó de reprimir, pero antes no tenían el acompañamiento estatal) y discursos centrífugos que construyen consenso en torno a la idea de que “los derechos son lujos que no podemos permitirnos” (o sea discursos Pro mercado y anti políticos). Al mismo tiempo el Discurso de la corrupción esta exitosamente asociado al gobierno anterior. Todo lo que hace el Poder Judicial tiene un viso de legitimidad que les da mucha impunidad al poder judicial y a las fuerzas represivas.
Cuando Loïc Wacquant, describió el modo en que el neoliberalismo desorganizaba furioso la vida de las familias trabajadoras, asalariadas o desempleadas en todo Occidente fue tajante en el uso de la metáfora: “Donde se retira el Estado Providencia, lo reemplaza el Estado Penitencia”. Hoy día la escena es construida por un abanico de propuestas estatales a nivel nacional que basan sus políticas en el ajuste permanente para los sectores más vulnerables y en la transferencia constante de riquezas para los sectores pudientes. O sea, un Estado que castiga, de por sí, quitando derechos a quienes debería proteger y potenciar. La solución a un laberinto sin horizontes de esa naturaleza es la política de mano dura para los sectores populares, para las familias de los barrios periféricos de las grandes ciudades, para las personas que se encuentran en los bordes de los circuitos considerados productivos por el sistema. A mayor desigualdad social, mayor necesidad de punición.
A este verdadero combo de disciplinamiento social le cabe una distribución de roles entre los diversos actores de poder y una máquina aceitada, que cuando se la dilucida, espanta. El gobierno distribuye migajas de susbsistencia manteniendo el monto de los programas sociales con sumas que siempre corren por detrás de la inflación (o sea, la plata no alcanza para comer); la policía persigue pobres y desarrolla una verdadera razzia en los barrios más golpeados, cazando niños como parte de un accionar ya fetichizado (esta misma semana acribillaron a dos niños/adolescentes en presunta situación de robo en Buenos Aires); y a su vez los medios de gran audiencia desarrollan una batería de mecanismos de estigmatización social que encasilla a los niños pobres en roles previsibles, y prepara a los sectores medios para que brinden un consentimiento pasivo hacia las políticas de mano dura y de baja de edad de punibilidad.
A su vez asistimos a una película en la cual se da un maridaje perverso entre Estado y Empresas mediáticas, donde de manera activa el Estado recuperó un rol fundamental como facilitador de un proceso de Concentración de la propiedad de licencias mediáticas. El mercado mediático está más concentrado que nunca, la fusión CLARIN/TELECOM muestra como nunca antes la desigualdad sideral en la capacidad del oligopolio de producir voces únicas, contenidos de alta calidad e impacto, incidencia garantizada, poder de lobbie, acceso a fuentes, poder de fuego a la hora de construir agendas, para de ese modo legitimar discursos y visiones específicas y obstruir las verdaderas posibilidades de la ciudadanía de acceder a voces plurales, con participación de un abanico amplio de voces y miradas. Prácticamente no quedan en el país medios ni soportes que escapen al radio de acción de este verdadero conglomerado de la comunicación Monocorde.
El escenario es entonces el que se dibuja tras la Derrota del intento de desconcentración de la propiedad delos medios que implicó la LSCA 26.522. La Ley, que paradójicamente aún se encuentra vigente se propuso con resultados disímiles abrir las voces y construir PALABRAS legitimidas entre sectores que nunca habían podido acceder a la gestión de los medios. Era un proceso perfectible con muchas lagunas que sin embargo dejaban las puertas abiertas para muchísimos aportes de actores clave del sector (universidades, productores, medios alternativos, comunitarios, investigadores, etc) y proponía, mediante muchísimas estrategias la búsquedas de un Universo Comunicacional diverso, plural, multicolor, federal, y atado a los principios de Protección de Derechos que se desprenden de los Tratados Internacionales y las Leyes más avanzadas.
Gall continuó contando que según Brenda Focás Doctora en Ciencias Sociales (UBA). Investigadora /docente (Idaes-Unsam/Conicet). Coautora del libro Inseguridad, medios y miedos: una mirada desde las experiencias y las prácticas en América latina, Jorge Lanata parece desconocer que las audiencias en Argentina no son las mismas que hace veinte años. Estudios recientes en Argentina muestran que las personas que miran televisión tienen una mirada crítica sobre lo que consumen, y más aún, la desconfianza sobre las condiciones de producción de la noticia es total. El fructífero debate por la ley de medios audiovisuales permitió evidenciar la concentración mediática, los vínculos empresariales y, en especial, la construcción de la noticia en pos de determinados intereses. También la creación de la Defensoría del Público colaboró en el reconocimiento de los derechos que tenemos como consumidores de información mediática. En ese marco la proliferación de Guías de Buenas Practicas periodísticas se propusieron acompañar la práctica periodística con saberes sistematizados sobre leyes, tratados internacionales, orden jurídico y también sobre premisas para el desarrollo de contenidos periodísticos que no impliquen la vulneración de derechos ni promuevan el avasallamiento de la dignidad de los sectores más vulnerables, con el fin de llevar al mínimo posible la victimización de las personas con herramientas simbólicas y comunicacionales.
El contexto actual promueve un “Dejar hacer, dejar pasar” también en el plano de la comunicación, en donde se impone un falso principio de Libertad de Expresión, que en general justifica y legitima la mirada de los poderosos en detrimento de la dignidad y los derechos de los más vulnerables.
En una de las tantas operaciones basadas en esta falta de intervención estatal o mínima regulación al poder avasallante de los multimedios, se promueven ejercicios diarios (tanto en programas periodísticos o de info entretenimiento) que legitiman el avance de la represión de la protesta social (en un contexto de aumento de conflictividad) y la baja de Edad de Punibilidad como salida demagógica punitivista al complejo problema de la Inseguridad.
Para cerrar el periodista de ANITA comparó tres casos recientes en donde desde los medios se vulneran los derechos de los niños. En los tres casos se usan casi los mismos mecanismos (fuentes de autoridad previsibles, falta de conversación legítima con los niños, y propensión al show). Solo hay diferencia de matices, que sin embargo merecen ser comprendidas porque habilitan distintas maneras de construir audiencias y producir subjetivaciones “en el caso de esta cobertura del Polaquito lo más destacado es que la Policía no fue fuente, sino PRODUCTORA. Un rol que ya no sorprende pero que debemos re pensar críticamente. La policía extorsionó a un niño para que declare en contra de sí mismo. Más allá de la vulneración de derechos, debemos pensar en las implicancias políticas de este accionar y en el avance hacia la explicitación del rol Político de la Policía. En el CASO CAMILA, lo que empezó respetando el canon periodístico derivó en show mediático y luego en campaña solidaria). En el CASO PICINETI, los medios se erigen como voz de la clase media, y lo que queda explicitada es la mirada de ese sector en relación a la violencia adolescente.
El Derecho como Herramienta para recrear la Democracia
Para finalizar Florencia Vallino, coordinadora del Área Derechos de Niñez y Adolescencia de Andhes habló de Participación y organización social para la incidencia. Se refirió a distintas maneras de entender el derecho. “Desde ANDHES lo comprendemos como dialéctica social, el derecho objetivo y la norma producto de los distintos procesos históricos de construcción. Y por otro lado la práctica del derecho en donde distintos actores, instituciones e intereses se llevan adelante, se realizan desde una realidad concreta. Desde esta perspectiva el derecho es conservador, una minoría define ese derecho y entonces en sociedades como las nuestras donde el derecho regula la vida en general, ciertos espacios se vuelven estratégicos. La Facultad de Derecho, Colegio de Abogados, Poder Judicial, en cuanto dicen que aplican el Derecho y en esa aplicación lo van redefiniendo. Lo hacen al momento de pensar la aplicación de la norma”.
Luego la abogada de ANDHES abrió un camino para reflexionar sobre el sentido de la norma “Cuando se aplica siguiendo sentidos diferentes a su espíritu, debemos pensar en qué intereses se deciden priorizar, quiénes son esos actores qué piensan y definen el derecho, quiénes son esos sujetos que participan de la discusión. Definir qué es lo legal o ilegal tiene una importancia fundamental en cuanto tiene el poder de castigar y criminalizar determinados grupos y también porque va a definir el bien común o cómo debería ser la Política Pública en materia de infancia”.
Se refirió a algunas características propias del derecho. Por un lado los elementos que lo definen, un derecho que identifica a qué sectores va a beneficiar y es bastante selectivo para hacer respetar la ley a algunos sectores y no a otros. “Hay que comprender que quienes acceden a posiciones de poder buscan sostener esas posiciones, mantener posiciones de poder para seguir siendo los decisores y seguir cerrando la puerta de la participación a otros. El derecho reproduce una dinámica de exclusión, para proteger a algunos y castigar a otros”, señaló Vallino.
¿Con qué claves salimos de esta coyuntura? Disparó la expositora. “Debemos pensar el Derecho internacional de los Derechos Humanos (DD.HH, y considerar los DD.HH como derecho objetivo, buscar que eso se haga práctica. Por otro lado incorporar a los niños y niñas como actores sociales protagónicos, como sujetos en la discusión del derecho y de las Políticas Públicas. Abrir espacios institucionales para Re Democratizar la misma Democracia. Y en tercer lugar prestar especial atención a la práctica del derecho, al ejercicio mismo del derecho”.
Conocer el derecho, reflexionarlo y resignificarlo es parte de esta perspectiva, tiene que ver con reposicionarnos como sujetos políticos. Una herramienta a destacar es el informe Sombra, se trata de un diagnóstico alternativo de los niños, niñas y adolescentes que se va a presentar al Comité de los derechos del Niño este año y es una manera en que los jóvenes han podido identificar qué demandas tienen. Utilizar canales como el derecho internacional de los DDHH como el comité de los DDNN, para poder participar, hacerse escuchar y denunciar ahí cuáles son esas vulneraciones en sus comunidades y realidades.
Para finalizar un grupo de adolescentes de diferentes organizaciones y barrios compartieron su experiencia en el armado del Informe Sombra, fue el resultado de un encuentro que se llevó a cabo en Horco Molle en donde trabajaron sobre las demandas que existen en los barrios, analizaron las problemáticas generales que viven los jóvenes en los barrios, y producto de ese trabajo construyeron una agenda propia de temas prioritarios para ser tratados en los barrios.
La mesa fue una instancia más de la campaña #NoALaBaja Tucumán, y dejó las puertas abiertas para que más voces sumen argumentos a favor de más educación, más salud, más recreación, más cultura, más infraestructura para los pibes de los barrios vulnerables, y ayuden a modificar miradas y prejuicios que con poco esfuerzo creen que la solución pasa por los mitos y la magia. Más Democracia es la consigna para mejorar la calidad de vida de toda la población, menos punición es una necesidad ética para mejorar la calidad humana de todos los ciudadanos.