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El celular es compañía e información para los adolescentes tucumanos


Mucho de lo que sabemos de la realidad, lo sabemos por las redes. Las redes sociales marcan el ritmo informativo y la búsqueda de entretenimiento de los tiempos que corren en una mayoría significativa de argentinos, sean adultos o jóvenes. En esta nota pensamos el rol que tienen los celulares, los portales noticiosos y las redes a la hora de acceder a información actualizada para niños y adolescentes. Pensar en el lugar que ocupan las redes y en el tipo de uso que los niños y adolescentes hacen de ellos nos sirve para imaginar prácticas concretas y posibilidades de incidencia, en cuanto a medios y discursos posibles. Hoy los celulares son acompañantes casi permanentes, ayudan a informar y socializar pero al mismo tiempo generan ansiedad y sensación de soledad, no todo lo que pasa en torno al vínculo entre niños y celulares/redes es positivo, y el desafío es no quedarse conforme y pasivo con la sola descripción de los aspectos negativos. No se trata de ver en detalle de qué modo las redes alienan, manipulan, construyen agenda, sino también de conocer qué están buscando los adolescentes cada vez que navegan en el celu y cuáles son sus motivaciones comunicacionales, deseos que se reconvierten y se transforman a medida que se profundiza el vínculo y abren universos y posibilidades novedosas. Charlamos con algunos niños y adolescentes y le solicitamos reflexiones críticas a investigadores. Además en este texto muchos de los argumentos teóricos de investigadores de este campo dialogan con las acciones concretas de los adolescentes entrevistados.


Comenzamos hablando con Julian acerca de cómo llega a la información, a enterarse de lo que está pasando en Tucumán y en el país a sabiendas de que los cambios en los consumos tecnológicos y la expansión de las Tecnologías de la información y la comunicación también influyeron en los modos en que los niños y adolescentes se informan, “comúnmente busco en el celular o en la computadora a menos que sea fin de semana que es el día en que mi familia compra el diario. A través de la radio por la mañana únicamente. Es el único horario en que escucho y la tele no la veo”. En cuanto a los medios consultados, Julian, de 16 años, contó que “si son noticias sobre la provincia busco algún sitio de noticias como el Tucumano o La Gaceta, le presto más atención al video que a la noticia gráfica”. Y que su interés temático gira en torno a la “Información sobre política o actualidad”. También le consultamos sobre qué hace con esa información a la que accede, “la comparto con mis compañeros. Sí, comúnmente compartimos noticias de política o de actualidad”.


Algunos estudios recientes como el de ETER (publicado en Pagina/12 en el artículo Los jóvenes, la red y los dueños de la lana) entre estudiantes de la carrera de Periodismo señala que el 39 por ciento de los jóvenes de entre 18 a 25 años señala que las redes sociales son su principal medio de información. Si bien el estudio fue realizado en CABA es útil para marcar una tendencia. Sobre de dónde proviene esa información, qué fuentes consultan a diario y qué medios son los que, desde las redes, marcan agenda.


Bastante más atrás del casi 40 por ciento que elige para informarse a las redes sociales está la TV, con un 28 por ciento, seguido por los diarios on line, con un 23 por ciento. Por acceso, por comodidad, porque la noticia se “cuela” en su muro o time line; sea como fuera, todo llega por redes y, mayoritariamente, mediante dispositivos móviles. Lo que sigue no es novedad: el 78 por ciento señaló que “mira” Facebook, en primer lugar, con 49 por ciento y Twitter, en segundo, con 29. Le sigue Instagram con un 9.4. En www.eterdigital.com.ar se puede acceder al relevamiento completo.


Iara de 18 Años, contó que “Para informarme utilizo internet a través del celular o de la Tablet, generalmente no escucho radios informativas sino las que pasan más horas música, por lo tanto no accedo a información a través de ese medio de comunicación. Por la TV si accedo a información a través de los noticieros. Suelo leer sitios de noticias, ellos como Contexto y La Gaceta. Depende el contenido de la nota pero generalmente presto atención a las que son largas ya que hay mayor información sobre lo ocurrido. En mi caso le presto más atención a la nota grafica que el video porque si no entiendo algo rápidamente lo vuelvo a leer. Me interesan son los relacionados al rescate animal y la penalización del maltrato y explotación del trabajo animal. Comparto noticias a través de Facebook con mis amigos aunque no comento en foros”.

Baltazar de 12 años, dijo que “para informarme de las cosas que pasan uso el celular o la compu. No leo páginas de noticias, aunque a veces algunas sí como La Gaceta. Me gustan más las noticias largas. Le presto más atención a la nota gráfica si están relacionados con el deporte. No comparto las noticias ni comento en los foros”.


Eugenia tiene 15 años y vive en Santa Maria, Catamarca en donde asiste a una Escuela Pública, “me informo a través del el celular y la TV. No leo noticias en general, pero me gusta ver vídeos si me llaman la atención. Sobre todo me engancho con los temas sociales o las cosas que ocurren en la sociedad, no tanto todo lo de política y ese tema. No soy de compartir en redes”.


Enzo de 12 fue muy claro “para informarme casi siempre uso mi celular, accedo a esos medios por que el celular es mío, accedo a información a veces cuando los mayores como mi abuelo escuchan la radio. No leo, pero sí veo en la televisión canales informativos. Voy directo a ver el video. Los temas que me interesan son los resúmenes deportivos. De vez en cuando comparto, pero no siempre. En las redes no comento porque mi opinión puede resultar incorrecta y las redes sociales están llenas de gente que sabe de engaños”.


Relatos como estos hay a montones, y ya es casi redundante bucear el vínculo entre adolescentes y redes para comprobar que el nivel de presencia en sus vidas como espacio de socialización es permanente. Lo que motiva esta indagación es la pregunta por el lugar que la información tiene en los niños y jóvenes que acceden a ella a través de las redes. Cómo la ponen en juego, cómo la socializan, si esa información es un insumo para la participación en la vida pública y si la función informativa convive con la búsqueda de entretenimiento a la hora de incorporar el uso de las redes en las rutinas cotidianas.


La información y el espectáculo conviven en un mismo medio


Gabriela Palazzo, profesora adjunta de Introducción a los Estudios Literarios (Letras) y Análisis del Discurso (Cs de la Comunicación) e Investigadora Asistente del CONICET señaló que “la información difundida por las redes sociales se consume, entre adolescentes y jóvenes, con expectativas similares a las que generan otro tipo de géneros, es decir, como un espectáculo efímero. La información está en espacios no informativos como los vlogs, Instagram o Facebook; se recorta, se copia o se hace captura de pantalla y se pasa por Whatsapp y es a partir de esos formatos desde donde llega a los chicos, o bien desde donde se elige informarse”.


La investigadora agregó que lo que hoy deducimos como tendencia en el hábito de uso es parte de las hipótesis de trabajo más presentes entre los estudios que hoy intentan conceptualizar los fenómenos vinculados a las redes sociales y la asimilación entre los adolescentes y jóvenes “No podría hablar de impacto ya que necesitaría un estudio que lo respaldase, pero puedo suponer que mucho de lo que se produce como información pasa de un dispositivo a otro sin lectura profunda o análisis, pero eso también es un fenómeno entre adultos. Me parece que sí hay una banalización de la lectura de la información en general, porque convive en los mismos espacios, con similares formatos y estilos lo que es de vital importancia junto con lo farandulesco o más trivial”.


Para Pablo Boczkowski y Eugenia Mitchelstein, autores de “TE AMO, TE ODIO, DAME MÁS” “todo periodo histórico tiene una tecnología de la comunicación que lo define. La imprenta marcó la cultura desde el siglo dieciséis al diecinueve, y la telefonía de línea y la radiodifusión caracterizaron la vida cotidiana del siglo veinte. A menos de dos décadas de haber comenzado, en el siglo veintiuno puede vislumbrarse una transición hacia lo digital como el soporte tecnológico dominante; una transición aun incompleta, marcada por la incertidumbre. La época actual está signada por la dependencia de los dispositivos y las redes sociales que incorporamos a nuestra vida cotidiana. Mediante artefactos como los teléfonos móviles y plataformas como WhatsApp y Facebook nos informamos, entretenemos y comunicamos, incluso cuando estamos a metros de distancia en espacios públicos o dentro del hogar”.


Los autores cuentan que en sus investigaciones se pone como opción la frase “no puedo pasar un día sin entrar a las redes” y más del el 53% de los usuarios de redes sociales responde estar “algo” y “muy de acuerdo” con el enunciado.


Seguimos relevando respuestas de niños y adolescentes, Benjamín Farina de 13 y alumno del Instituto Técnico de San Miguel de Tucumán y Máximo de 11 años también contaron que las Noticias las leen por celular y no por TV o Radio, que los medios consultados son El Tucumano y siempre notas gráficas cortas. Julián dijo que prefiere las noticias policiales y que nunca las comparte. Máximo dijo que “le presto atención a las dos, a los videos y las escritas, me gustan cuando hablan de Tecnología, pero no comparto las noticias y no comento en foros o en Facebook las noticias”.


Valentino a su vez hace un uso prioritario del celular para informarse de las cosas que pasan. “Yo veo las noticias por TV, no leo páginas de noticias, pero a veces algunos como La Gaceta. Me gustan más las noticias medianas (ni muy cortas ni muy largas) y desde ya que le presto más atención al video, siempre que hablen de deporte. En general no comparto las noticias ya que no suelo verlas todos los días”, declaró.


Fabrizzio de 11 años explicó que “yo para informarme uso mi celular o en otros casos mi tablet. Utilizo los dos métodos en mi caso cuando voy al colegio escucho la radio y cuando vuelvo a casa veo la tele y me informo. Si algunas veces leo deportes o temas sobre accidentes, me gustan las noticias más largas. Yo le presto más atención a los videos. Por ahora me interesa más lo que está relacionado con deportes, pero no comparto noticias y no comento sobre ellas”.

Simón 17 contó que “Uso el celular también el diario papel y en menor medida la computadora. También me informo por la TV, por canales como TN, Infobae, Clarín, entre otros y prefiero una noticia que pueda leer rápido. Me gustan mucho más las notas que los videos sobre todo noticias policiales del país, entretenimiento o tecnología”.


Fabrizio 15 explicó que “en general me informo a través de portales digitales, a los que puedo ver mediante tablet o celular. Siempre consulto los dos. Últimamente también por TV. No me afecta si el material es largo o corto, mientras esté bien desarrollado el tema no me importa, aunque sí me atraen mucho los Videos que muestran temas de Política o avances en tecnología. Me gusta opinar en redes sociales, soy de opinar cuando un tema me atrae.


Lucca de 16 compartió que usa la Pc y a veces el celular para estar informado, a veces la TV y casi siempre la radio. Me gusta saber lo que está pasando en política e internacionales. Nunca veo videos y no comparto contenidos ni comento en las redes.


Joaquin agregó que además del Celular y la PC también escucha radio y mira TV “aunque hace tiempo que no confío en lo que generalmente me muestran las imágenes. Intento leer varios, pero como medio prefiero a Página/12. Leo todo tipo de notas, Largas y cortas. Me gustan más las Notas gráficas sobre todo de temas relacionados a la Política, Tecnología y Sociedad. Soy de charlar con amigos más cercanos y con la familia. No participo de ningún Foro ni del Face, aunque sí los reviso porque siempre puedo encontrar contenidos interesantes en las redes.”.


Leandro de 15 años “lee noticias a través del celular y la computadora mayormente, muy rara vez ocupo el diario en papel pero no frecuento ni la TV ni la radio. No suelo leer noticias de un medio o una página en específico, leo cualquiera que me parezca interesante sin importar su largo o el medio en el que está publicada. Presto la misma atención hacia ambas, video y nota y los temas que me llaman la atención son los que hablan de problemas políticos, de guerra, datos curiosos o extravagantes y noticias acerca del mundo de la informática, programación, innovación en la tecnología, el quehacer del mundo del gaming y los videojuegos y también de avances de obras o películas de mi interés.”


Tiziano 14 contó que “yo uso principalmente el celular y la computadora, como en mi casa no compramos diario papel solo lo leo cuando estoy en casa de otra persona. En mi casa no hay tele, y la radio solo la usamos para poner música. Leo en varios sitios de noticias, pero principalmente los diarios grandes y reconocidos como Clarín o La Gaceta, intento leer distintos diarios que tengan diferentes orientaciones políticas. El largo de la noticia no es algo a lo que preste atención. Leo noticias gráficas sobre temas políticos de actualidad y noticias sobre opciones para estudiar o para viajar como becas, work and travel, etc. No suelo compartir noticias con mis amigos ni comentar en foros”


Pablo Boczkowski y Eugenia Mitchelstein señalan que el entorno actual marca una dependencia digital palpable en el sentido de que impone ritmos casi biológicos en las actitudes y gestos de los usuarios. Construye básicamente la sensación de que lo que no vivís en las redes es información perdida, o una experiencia de carácter fundamental. La desconexión o salida de las redes genera una profunda sensación de vacío y falta que, aunque ficticia, se vive como algo muy real. Y angustia.


Los medios y las nuevas maneras de narrar


Este escenario hoy forma parte de las expectativas de los medios que generan estrategias en función de estos hábitos extendidos que promueven otros modos de lectura y acceso informativo. Pablo Boczkowski y Eugenia Mitchelstein sostienen que “se presentan desafíos importantes para los medios periodísticos, la industria del entretenimiento, y la actividad política. Por un lado, la combinación del celular y las redes se ha vuelto esencial para llegar a los usuarios. Por el otro, para el público el contenido noticioso no es un factor primario en su interés de acceder a las redes. La dependencia digital no está motorizada por el deseo de informarse sino de sociabilizar. Esto plantea una situación de fuerte asimetría: mientras las redes pueden prescindir exitosamente del contenido noticioso -como por ejemplo lo hacen en gran medida Instagram y WhatsApp- es difícil para los medios imaginarse un futuro sin las redes”.


En cuanto a la industria del entretenimiento, los autores continúan en la misma línea reflexiva “la dependencia digital genera otro tipo de desafío: dificulta la posibilidad de sumergirse en experiencias como un libro, una obra de teatro, un concierto o una muestra de arte. La creciente presencia del multitasking en la vida cotidiana ayuda a que la televisión y la radio convivan con, y se retroalimenten de, las redes. Usar en simultáneo múltiples dispositivos, cambiar rápidamente de pantallas y dividir nuestra atención se ha vuelto la norma en cómo nos relacionamos con el contenido audiovisual. Pero el consumo de bienes culturales que obligan a interrumpir el flujo de nuestras actividades cotidianas, que en cierto sentido definen a la llamada alta cultura, compite con nuestro apego al universo digital”.


Aunque no todo es una dependencia entendida como un factor negativo en los modos de socialización. Como aspecto positivo Gabriela Palazzo planteó que “también se da que los jóvenes son los primeros en solidarizarse y no tienen límites en eso y en general lo hacen sin prejuicios porque hay temas que están instalados en la agenda cotidiana a través de múltiples entradas. Me parece que las nuevas maneras de construir lo público estarían vinculadas al aumento exponencial en las posibilidades de comunicar una idea, un evento, una movida, una acción solidaria, pero en esto también tiene mucho que ver la escuela, los centros de estudiantes, etc. Esas posibilidades son fundamentalmente las TICs, en las que los jóvenes son y han sido un engranaje central”.


De todos modos Palazzo matizó afirmando que “más allá de la lectura periodística, las nuevas generaciones tienen menos tolerancia a las lecturas extensas, porque hay una alfabetización audiovisual, una generación videoformada (al decir de Balardini), la lectura hipervincular, etc., que han ido modificando las formas, tiempos y tipos de lectura. Trasladado a la información periodística creo que puede estar pasando lo mismo; (personalmente también creo que el género "noticia" y la lectura o escucha de programas de noticias no fueron los más visitados por la juventud, incluso antes de la aparición de Internet, pero no tengo datos empíricos). Algo que sí ocurre con frecuencia es que no se cuestiona la verdad o falsedad de la información; simplemente se la ve o lee (principalmente el titular, no siempre la noticia completa) y se la distribuye. El periodismo pierde calidad en tanto sus contenidos se valoran o legitiman con los mismos parámetros que otras formas comunicativas más relacionadas con lo lúdico, el entretenimiento, etc”.


La diversidad de agendas y fuentes la la medida de las corporaciones


En este mismo sentido el artículo Los jóvenes, la red y los dueños de la lana que escribió la investigadora India Molina pregunta “¿De qué medio proviene la información que te llega a través de redes sociales?”, y a través de una investigación entre 900 jóvenes de CABA sistematizó esta información: el 39 por ciento señaló que no podía especificar la fuente. Del 61 restante, más de la mitad indicó a los diarios tradicionales en sus versiones digitales (Clarín, La Nación, Infobae y PáginaI12). Otro 39 por ciento proviene de canales de noticias o noticieros (TN, C5N, Crónica, Telefe y Canal 13). El recuento revela, entonces, que la mayoría de los jóvenes usuarios de redes sociales es alcanzado por corporaciones mediáticas. En cuestiones de agenda setting, al final son siempre los mismos. Y agrega en voz de Natalia Aruguete que “sigue habiendo un diálogo entre los medios tradicionales y los nuevos públicos porque la agenda alternativa no puede hacer frente a cómo se propaga la información emitida por estos medios que tienen muchos seguidores y, por tanto, gran poder de viralización”.


La investigadora y académica Palazzo desestimó que exista una relación mecánica entre evolución tecnológica y pensamiento crítico en los jóvenes. “No creo que el entorno digital permita una mirada más crítica per se, ya que se está inmerso en él, se lo vive, se lo usa, contribuye a moldear las identidades, lo que no significa que se lo comprenda. Ahora bien, las mismas herramientas digitales deberían contribuir a la metarreflexión, a iluminar zonas de confusión discursiva, a aprender a distinguir lo cierto de lo falso, los contenidos de baja y alta calidad, etc, y a reducir la vulnerabilidad a la que están expuestos los chicos”.


Palazzo cerró su reflexión, sosteniendo que “la dependencia de los dispositivos tecnológicos, fundamentalmente el celular, favorece el ensimismamiento, aleja los cuerpos, reduce las posibilidades de discusión y diálogo, pero no sé si eso redunda en individualismo. Quizás, sí, en soledad”.

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