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Producir contenidos infantiles con enfoque de género


Los niños y niñas consumen mensajes mediáticos de manera permanente y por múltiples canales. Lejos de asumir una actitud pasiva, con esos mensajes que consumen producen los suyos propios, o bien utilizando sus propios dispositivos, como parte de proyectos educativos, en sus contextos cotidianos o simplemente echando mano a los textos que les llegan y a los significados que viabilizan, en el marco de conversaciones con familiares, pares, o adultos e general.


Como explica Valeria Dotro, directora de contenidos de Latinlab (www.latinlab.org) “en su interacción cotidiana con entornos tecnológicos, los chicos y chicas de hoy construyen nuevas identidades, modos de relacionarse y estar en el mundo. Frente a una industria televisiva en la que priman la globalización y los estereotipos, el desafío es crear propuestas más amplias en términos culturales, menos limitadas por los preceptos del mercado, y más respetuosas de la heterogeneidad”.


Valeria Dotro es licenciada en Ciencias de la Comunicación y Magister en Sociología de la Cultura y consultora e investigadora en comunicación, medios e infancia y productora de contenidos audiovisuales infantiles. También es docente y se dedicó durante más de 10 años a la investigación y tareas de capacitación en torno a la relación entre infancia y comunicación. Dotro sostiene que “en un contexto contemporáneo de globalización y mundialización de la cultura, donde el mercado opera fuertemente a través de los medios de comunicación y las nuevas tecnologías, estos funcionan como instancias de legitimación cultural, definición de normas y orientación de conductas, estéticas y modos de ser. Los chicos y chicas interactúan en su vida cotidiana con entornos tecnológicos donde configuran sus maneras de ser, de conocer, de aprender, de relacionarse y de estar en el mundo. Celulares, Internet, videojuegos, televisión brindan nuevas experiencias de lo cotidiano, espacios de visibilidad para la conformación de identidades y reconfiguran sus formas de sociabilidad y sus experiencias. En este marco, la televisión continúa teniendo un lugar central, ya sea a través de su propia pantalla como a través del consumo que chicos y grandes hacen de los contenidos de la televisión en otras pantallas: computadoras, tabletas o celulares”.


La especialista, quien participó en el proceso de creación del Canal Pakapaka de Argentina, donde fue su responsable de contenidos hasta diciembre de 2016 recomienda historias audiovisuales donde los niños puedan explorar el mundo y los cuentos, con sus brujas, monstruos y animales fantásticos.


Preguntarnos por la especificidad de los contenidos hechos para niños es corrernos de algunos lugares comunes. Valeria Dotro plantea algunas reflexiones provocadoras para organizar con enfoque de género criterios que le den calidad a los contenidos audiovisuales pensados para las infancias ¿Los niños nacen con una pelota pegada en los pies y con pasión por la aventura?, ¿Será que las niñas son frágiles desde que nacen y adoran el color de rosa desde el primer día?, ¿Qué responsabilidad tenemos los adultos a lo hora de asignar roles y estereotipos a los niños y niñas?, ¿Y a los que producimos para ellos?, ¿Qué lugar nos toca en la difícil tarea de empoderar a las niñas?


Que los contenidos que produzcan los realizadores incorporen una mirada de género, no es un detalle optativo (o menor), es parte de un desafío permanente. Porque aunque no parezca creíble hoy nuestros niños y niñas siguen estando expuestos a múltiples discursos y apelaciones mediáticas que naturalizan el patriarcado y el orden machista. A veces de formas horrendas, tremendas y medievales como las que justifican la violencia e incluso la violación de mujeres, otras más sutiles como las que dan por dato obvio la realización (felicidad) de las mujeres a través de la maternidad, o como ocurre en la mayoría de los casos en que escuchamos a artistas, periodistas, médicos, docentes, ingenieros, arquitectos y políticos en campaña utilizando recursos más pasatistas pero no menos peligrosos cuando atribuyen a las mujeres, (posiblemente con buenas intenciones), modales sutiles, dones bondadosos, inexistencia de maldad cuando se mueven en “Modo Madre”, formas de expresión subordinadas al hombre, vinculadas al mundo privado (nunca al público), al consumo, a la resolución de situaciones cotidianas y tareas domésticas de rutina vinculadas al hogar y al cuidado de los demás.


Los adultos podemos contribuir a construir espacios de diálogo y construcción de conocimientos que ayuden a reconocer, valorar y respetar los derechos de las niñas en un mundo fuertemente atravesado por una mirada que desvaloriza a las mujeres desde que son pequeñas.


Valeria Dotro / Propuestas para producir contenidos audiovisuales para niñas y niños


Dotro resume en “Contenidos Audiovisuales para la Infancia. El Desafío de la Calidad” http://www.vocesenelfenix.com/sites/default/files/pdf/21_2.pdf este compromiso expresando que “La televisión infantil debe ampliar los repertorios culturales de los chicos y chicas cuando abre una ventana a otros mundos y otras culturas y las pone en diálogo con la propia, cuando combina lo universal con lo local y cuando crea espacios para que los chicos se reconozcan y reconozcan a otros, con otras culturas, otras historias. A partir del estudio Children’s Television World Wide: Gender Representations, de la Fundación Prix Jenuesse, Dotro enumeró algunas características de la TV destinada a niños en casi todos los países. En este estudio se analizaron 2.402 horas de TV dirigida a los niños de 24 países (2007), Argentina incluida. Lo que se observa como elementos comunes características de la televisión infantil son estos atributos. La TV infantil es:


animada: porque está compuesta principalmente de animación, un formato que puede ser más universal y menos específico culturalmente;

globalizada: porque el 60 por ciento de los programas que se exhiben provienen de Estados Unidos y el 28 por ciento de Europa;

masculina: porque de los personajes principales, el 68 por ciento es masculino, una proporción que aumenta cuando los personajes son animales o fantásticos;

blanca: porque el 72 por ciento de los personajes es blanco, especialmente en el caso de los personajes masculinos y en general cuando son líderes. Las mujeres, con mayor frecuencia, se presentan en grupo, no lideran y cuando aparece un personaje femenino como líder, en general es pelirroja”


Y, sobre todo, dirá la especialista Dotro “la mayor parte de los contenidos producidos por la televisión comercial y globalizada potencian la representación del niño consumidor, es decir, un niño interpelado por los medios y el mercado como sujeto activo en el consumo: un consumidor/cliente, una presencia aquí y ahora, con una visibilidad inédita. Un niño/a reposicionado gracias al mercado, que existe como consumidor autónomo, con deseos que impactan en su familia. Pequeños clientes con autonomía de decisión”.


Desde el punto de vista de la producción cultural la mirada acerca de las niñas también requiere de una fuerte reflexión. Dotro explica que “Juguetes, libros, series de tv, publicidad, útiles para la escuela, suelen reproducir, casi mecánicamente, una diferenciación muy fuerte entre mujeres y varones, cargada de estereotipos de género. Es común ver en series audiovisuales, por ejemplo, a niñas que encarnan roles maternos, juegan con muñecas, se visten de determinada manera y tienen actitudes pasivas. En cambio, los varones son aventureros, apasionados, manejan autos, pelean y pocas veces se enamoran. Esta diferenciación es claramente producto de una construcción social que nada tiene que ver con la naturaleza, pero que además, en su reproducción permanente termina siendo perjudicial no solo para las niñas, sino también para los niños y para la sociedad en general”.


La repetición de estas representaciones termina por fortalecer las desigualdades entre mujeres y varones y las relaciones de poder que subordinan al género femenino respecto del masculino.


A la hora de producir contenidos para niños y niñas se debe atender desde el mismo proceso creativo a cada una de las elecciones que hacen para abordar los diferentes temas, los protagonistas, las acciones que tienen esos protagonistas, los modos en que son presentados y de qué manera todo eso está colaborando, por un lado para desarmar estereotipos de género, y por otro, para empoderar y fortalecer el lugar de las niñas.


Qué considerar para producir contenidos audiovisuales infantiles:


– Incorporar más protagonistas femeninas con roles que rompan los estereotipos habituales.

– Tener en cuenta la cantidad de niñas y niños en las producciones. Que haya un equilibrio entre ambos y que los liderazgos también sean equilibrados.

– Romper con los estereotipos tanto físicos y estéticos: delgadez, belleza, etc., como con los vinculados a las emociones (niñas sensibles y enamoradizas / varones fuertes y apasionados)

– Diseñar personajes femeninos que logran los objetivos que se proponen.

– Generar historias en las que varones y mujeres se respeten mutuamente y valoren las diferencias entre ambos.

– Crear historias en las que se de cuenta de las dificultades de las mujeres en las diferentes culturas.

– Evitar asociar a niñas y niños con determinadas paletas de colores (rosa/fucsia para las niños y azul/celeste para los varones)


Los contenidos audiovisuales pensados para el público infantil pueden y DEBEN colaborar de una manera significativa en el logro de una sociedad más justa, en la que niños y niñas tengan las mismas oportunidades para crecer, desarrollarse, elegir, y armar sus propios proyectos de vida.

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