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“Jugamos con varones; los partidos son parejos porque hemos entrenado a la par”


Candelaria Madariaga es tucumana, juega fútbol salón en el Club Argentinos del Norte, y ha salido campeona y subcampeona con sus colores en varias oportunidades. Es fiel seguidora del fútbol de nuestra provincia, de primera división y de la liga europea.


“Siempre jugué al futbol desde chiquita; me metí porque tengo tres hermanos varones y era difícil jugar a otra cosa…pero es complicado ser mujer y practicar este deporte, como otros, porque están más en la rama masculina, como pasa también con el rugby”, cuenta. Y “agrega “Me paso que no me dejaran jugar o me excluían en la plaza; cuando me quería meter no me dejaban por el hecho de ser mujer”.


En 2014 Candelaria empezó a jugar fútbol salón. Relata que ha crecido mucho la rama femenina, hay muchos equipos porque en realidad “El deporte no tiene ningún impedimento y está bueno que se abra para todos”.


La jugadora cuenta que cuando se incorporó al deporte, en el Club San Martín de Tucumán, tenía 18 años “Éramos todas grandes. Yo era la más chiquita con 18, todas tenían por arriba de los 25 y habían comenzado de grandes porque antes no había escuelitas; ahora sí se está abriendo; yo soy profe en una escuelita, pero antes era todo para varones y las escuelitas para niños. Ahora ya comienzan de 7 u 8 años, dicen que se quieren dedicar y participar en torneos, aunque todavía no hay torneos para niñas, sino de 15 años para arriba”.


Si bien la brecha de género en el fútbol es notoria, y las mujeres aún pelean por niveles elementales de igualdad, la liga tucumana de fútbol 11 cada vez tiene más equipos, y según candelaria “está con buen nivel; Atlético y San Martín sobresalen pero hay mucho equipos nuevos que están sumándose. Ya hay chicas que se están sumando a esos clubes desde los 10 años. La liga todavía no es demasiado competitiva pero está creciendo”.


Las dificultades de acceso de las niñas al fútbol no tienen un arraigo biológico. Como toda construcción social, la desigualdad de género es producto de estereotipos. En ese sentido, los niños y niñas no tienen diferencias físicas notorias o que justifiquen la separación en el deporte. De hecho algunas escuelitas incluyen nenas y nenes en los mismos partidos y entrenamientos. Para Candelaria Madariaga “Puede ser que por la contextura física al crecer se puedan separar. De los 8 a los 15 las mujeres se desarrollan primero y en las escuelas la mujer incluso le saca altura al varón y es más fuerte; no hay justificativo para separar. Recién después de los 18 el hombre puede ser que desarrolle más la fuerza o la velocidad”. Sin embargo, cuenta “Nosotras jugamos y entrenamos con varones y los partidos son parejos porque nos hemos entrenado a la par. Las ligas separan pero para la formación o entrenamiento no es necesario”.


En cuanto a la posibilidad de dedicarse profesionalmente al deporte, Madariaga explica que “En Argentina todavía esa igualdad está faltando. Observando países como Estados Unidos o algunos de Europa, allá las mujeres viven del fútbol, tienen sueldos iguales a los de los futbolistas hombres, en Argentina esa falencia afecta que las mujeres no pueden subsistir de ese deporte”. Y da un ejemplo contundente: “Las chicas de la selección argentina de fútbol 11 participaron de la Copa América y no les pagaron un sueldo acorde a lo que les pagan a los hombres. No es difundido lo que hacen el torneo, no hay difusión ni apoyo económico; no se pueden dedicar 100% al fútbol porque deben trabajar de otra cosa y estudiar”.


Sobre la maternidad, Madariaga cuenta que “Hay varias compañeras en fútbol 11 que son madres jóvenes, fueron mamá y se siguen dedicando al deporte, incluso hay algunas hijas de ellas que también lo hacen”.


De cara al Mundial de Rusia, Candelaria cuenta que es fanática de mirar partidos, y explica que para ver el mundial femenino habrá que esperar hasta 2019. “La selección argentina de fútbol femenino no está clasificada pero va a repechaje, salió 3ra. en la Copa América, así que no se sabe contra quién pero va a jugar repechaje contra un equipo de Europa”. Sin dudarlo define que la jugadora que más le gusta es la 10, Vanini, y destaca a la selección de Brasil: “Son todas buenas, pero Marta en particular, la que ganó el balón de oro, es una crac”.


Finalmente, comparte el secreto a voces de su pasión: “A los delanteros los que más nos gusta es meter el gol, pero también tirar algún lujo, caño, sombrero, una jugada vistosa y el aplauso de la gente, que es lo que más da satisfacción”.

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