Lourdes Plata Robles: "Los adultos revisamos la mochila pero no revisamos sentimientos"
Suele ser una pregunta que nos atraviesa mucho antes de ser padres y madres, y que nos interpela directamente una vez que nos adentramos a la aventura de criar un niño o niña. ¿De qué hablamos cuando hablamos de crianza ?. No hay paradigmas sólidos de donde agarrarse, hay sí algunas convicciones que nos ayudan a reflexionar. Que lo niños son sujeto de derecho y seres con autonomía creciente está entre la lista de ideas con las que salimos de la línea de largada. Charlamos con Lourdes Plata Robles, psicóloga, trabajadora de la Maternidad desde el 2002, con una Maestría en Psicología Social y una Diplomatura en Gestión y Recursos humanos.
¿De qué se tratan los desafíos de la crianza hoy y como hacemos para construir vínculos de calidad entre los adultos y los niños en este mundo atravesado por las nuevas tecnologías, que tienen actualmente una función muy importante por cómo van construyendo las nuevas subjetividades a fuerza de entrar en nuestras vidas?
Es interesante como lo social impacta en nosotros, en las subjetividades y los papás que nos cuestionamos la manera en que criamos a nuestros hijos, nos debemos preguntar qué estamos haciendo cuando por trabajo pasamos muchas horas fuera de casa por una cuestión económica y social, y qué pasa con nuestros hijos cuando no estamos en ese tiempo, con quién están nuestros hijos o cómo los entretenemos y aquí es acertado este concepto que se utiliza, que es el “chupete electrónico”, cuando no estamos o queda alguien al cuidado de los niños, lo fácil es colocarlo frente al aparato, frente a un televisor, a una computadora, una Tablet y los niños pasan mucho tiempo con eso. Y qué esta pasando con nosotros en relación a esos niños, estamos invirtiendo nuestro tiempo en cosas que consideramos importantes y de pronto no pensamos que lo más importante son los hijos y el tiempo.
Tenemos que plantearnos lo que es el uso y abuso de la tecnologías, en el sentido que usarla no está mal, que nuestros hijos puedan ver un video y usar la Tablet, si este tiempo es un tiempo que nosotros lo hayamos pactado. O sea poniendo límites y no una cuestión donde pasan muchas horas frente a los aparatos, o donde tienen organizado su vida cotidiana alrededor de estos. Entonces, está bueno que las usemos, poder ver un video, una película y después podemos charlar, podemos polemizar, podemos hablar de lo que paso y podemos mirarlo al niño a los ojos, tocarnos desde otro lugar, no solamente estar conectados a través de otro aparato.
A veces los padres tenemos esta fantasía de que no tenemos tiempo para estar con los hijos, que estar con los hijos implica tener todo un día para dedicárselo ¿Cómo hacemos para que el tiempo que tenemos aunque sea poco sea de calidad?
Poder sentarnos, poder mirarlo, porque quizás también tenemos media hora para estar con nuestro hijo y estamos contestando los mensajes de WhatsApp y no los miramos. A veces los mismos niños en el consultorio me dicen “yo quiero jugar con mi mamá y ella me dice sí, que juguemos. Pero ella cree que yo voy a estar jugando y ella va estar en el sillón contestando los WhatsAapp”. Un niño de cinco años planteándolo, entonces tenemos que pensar en el tiempo que estamos con ellos. Puedo tener 20 minutos para estar con mi hijo, para conectarme, para que juguemos, para que inventemos algo. También podemos compartir una actividad realizada con los los mismos aparatos si luego hablamos de eso e intercambiamos ideas. Para que no estemos todo el tiempo sin poder mirarnos.
Los adultos nos ponemos por afuera de ese vínculo y tendemos a culpabilizar al otro de esa nueva situación, como si nosotros no fuéramos responsables de lo que estamos generando. Por ejemplo cuando decimos que a los chicos de ahora no se les puede poner límites o los chicos de ahora son nativos digitales solo se comunican por medio de la tecnología. ¿Hay un cambio en el vínculo entre niños y adultos?
Antes te miraban y ya sabias que hacer, y también está el dicho que dice siempre todo tiempo
pasado fue mejor, y de pronto no nos hacemos cargo de lo que nosotros estamos haciendo o decimos, “claro pero esta mucho tiempo con la tecnología”. Y yo me pregunto ¿quién le pone el tiempo?, esta cosa de culpar al aparato, cuando nosotros somos los que manejamos los tiempos de nuestros niños, tenemos que poder pensarlo.
Y no solo los padres tienen ese desafío sino también los maestros. ¿Cómo hacer con un chico que viene a la escuela y que ya tiene una estimulación audiovisual muy grande porque está en contacto con tecnología y de repente la escuela tiene otro ritmo. Por un lado está bueno porque la escuela marca pautas mucho más clara que hasta a veces los padres en casa no podemos hacer, pero también tiene como una distancia muy grande entre los modos en que la escuela enseña y los modos en que los chicos vienen aprendiendo?
Sí, tenemos que pensar que son niños que al estar en contacto con estas tecnologías su cerebros ya son distintos a los nuestros, uno se admira, “¡qué bárbaro un niñito de 2 años ya maneja la pantalla con el dedo!”, y es un proceso que para nosotros quizá nos llevó mucho tiempo, pero significa eso, que sus cerebros ya están configurados desde otro lugar por el uso de la tecnología, entonces los maestros, a partir de esta situación también tienen que aggiornarse a los tiempos, porque los procesos cognitivos de estos niños que hoy acceden a las imágenes de inmediato y no tienen posibilidad de frustrarse porque todo es inmediato, de golpe se encuentran en una clase con programas que son de hace cuarenta años y no están adaptados a los tiempos actuales, es un desafío y muy difícil para los maestros.
¿Con qué preguntas o inquietudes concurren los padres al llevar a los chicos al consultorio?
Quizás aparece esto del déficit de atención, quizá son niños con dificultad para conectarse con problemas muy graves para vincularse, digamos son niños que se distraen son niños hiperactivos, el tema de lo que es el TGD, los trastornos de desarrollo son los principales motivos por lo que los papas consultan y cuando comenzamos a indagar en las entrevistas aparece esto del abuso y el tiempo que pasan frente a los aparatos y a la tecnología.
Cuando estuvo muy de moda el déficit de atención en los 90’, se tendía a darles una medicación a los chicos para bajarlos a los chicos de esta excitación, ¿esto sigue así?
Se sigue medicalizando a los niños y es bueno que podamos reflexionar y pensar en relación a este tema, hablar y reflexionar alrededor de este tema porque no es bueno hablar o rotular a estructuras que todavía no están cerradas, que es lo que pasa cuando hablamos de niñez, entonces esto de medicar a los niños es bastante polémico y yo como psicóloga no estoy de acuerdo.
¿Te piden soluciones médicas los papás o te dijeron, te propusieron medicar al niño?
Yo estoy de acuerdo con pedir interconsultas con otros profesionales, pero no estoy de acuerdo cuando tenemos interconsultas con psiquiatras, el tema de medicalizar en la infancia, o de hablar de estructuras cerradas en cuanto a una esquizofrenia, una depresión, patologías bipolares, no estoy de acuerdo. No creo que eso sea así. Recién en la adolescencia se puede hablar de una estructura cerrada, no en la niñez.
Vi un video de una especialista que hablaba que siempre que hay un indicador que nos pueda llevar a un diagnostico en la infancia hay que prestar atención al vínculo con los padres. Como si hubiera que prestar especial atención a la cuestión vincular de los adultos y los niños en el seno de esa familia, no tanto un problema que hay en sí mismo en el niño, ¿eso cómo lo ves?
Es bastante polémico en relación a que se puede culpabilizar. Sí me parece que hay que hacerse cargo, pero nunca culpabilizar a los papás que ya vienen con una carga y preocupación. De pronto uno como terapeuta no puede sumarles ese problema, me parece que de lo que se trata es de pensar nuevas formas de crianza, más que de culpabilizar, o sea que como adultos nos hagamos cargo pero que tampoco como profesionales echemos la culpa. Los padres vienen con angustias y un conflicto y que salgan del consultorio peor de lo que llegaron, no es la intención, sino la idea es que ese niño pueda estar en un ambiente más saludable.
En tu trabajo en la maternidad, ¿qué tipo de tareas haces con las mujeres que van a tener a sus bebes?
Lo que nosotros hacemos tiene que ver con la salud sexual y reproductiva. Trabajamos con programas de adolescencia, con programas que tienen que ver con las formas de cuidarse sobre todo y más que nada desde lo social, encaramos por ese lado prevención y promoción de la salud. Encaramos el cuidado de salud y por supuesto acompañamos a las mujeres en el momento de parir a sus hijos, piscoprofilaxis de urgencia.
Qué expectativas tienen las mamás que van al hospital que ya tuvieron varios hijos y te quieren consultar, ¿son permeables a las propuestas de cómo cuidarse? Hoy tenemos leyes que facilitan ligaduras de trompas, la vasectomía o métodos que generan muchos mitos, muchas fantasías ¿ves que van cambiando en algo en las consultas y la demanda de los pacientes?
Es muy complejo pensarlo teniendo en cuenta que la población con la que trabajamos son mujeres de sectores vulnerables y esto del cuidado del cuerpo pasa por una cuestión de clase, entonces es bueno pensarlo si hablamos de género y hablamos de clases es como más difícil en el sentido que son mujeres que por ahí no tiene ni para comer, entonces esto de decir el cuidado del cuerpo y el no voy a tener más hijos, lo pienso de un lugar de una mujer de clase medio que pueda tener el tiempo de decir voy a dedicarlo al médico a mi cuerpo, a planificar, pero me parece que es un lugar interesante el hecho de que podamos sembrar la semillita de esta realidad social, poder sembrar esto del cuidado del cuerpo y cuando uno habla con ellas poder plantearle esta cuestión, como necesidad y como un derecho.
Me parece interesante que en materia de políticas públicas hasta hace un par décadas no había nada muy consolidado al respecto y es importante que hoy esas mujeres tengan esta oportunidad.
Seguro el derecho a la salud sexual y reproductiva que por ahí hay muchas mujeres que no saben que es un derecho y está bueno cuando nosotros hacemos intervenciones en casos puntuales de mujeres que quizás no volvamos a ver, plantearle esta semillita y poder hablarle de sus derechos.
Esto repercute en el tema de la educación con respecto a la salud sexual y reproductiva en el aspecto de que hoy la sexualidad sea mucho menos tabú mucha más conversable en las familias y demás, ¿repercute también los parámetros de crianza de los hijos?
Si, se lo ve, inclusive los niños con el tema de lo que es la diversidad tienen una apertura mucho más amplia de la que tuvimos nosotros o nuestros propios vínculos con nuestros propios pares y esta cosa de que desde que son chiquitos se les va hablando, van conociendo, se le va mostrando a través de los medios, de la propaganda. Los chicos ya tienen otra cabeza por esto de la inclusión de lo que es la diversidad de lo que son los derechos y esta cuestión de años que tuvimos de lo que es el patriarcado de lo que son las figuras como de prestigio de la mujer.
Encuentro una tensión, por un lado estamos construyendo subjetividades de chicos más democráticas, más abiertas más plurales, diversas y demás, lo cual es festejable pero por otro lado nos cuesta poner límites, ¿puede ser así?
Por eso hablaba del uso y el abuso en el caso de las tecnologías, por eso esta cuestión de usarlo pero bien usado de poder ver una película, y poder hablar poder polemizarse en el seno del hogar y poder mirarse, plantear lo que piensa cada uno, lo que siente y hablar de los sentimientos, en estos que tiene que ver con la educación. Los adultos revisamos la mochila pero no revisamos sentimientos, nos guiamos siempre en función del rendimiento, nadie pregunta esta cuestión de los afectos, ¿cómo estuviste con tu compañero?, nos importa cómo te fue en matemática que errores tuviste pero no como te sentiste.
¿Qué le preguntamos a nuestro hijo cuando vuelve de la escuela?.
Es fundamental crear un espacio de confianza, de golpe si somos unos papas súper exigentes competitivos y no podemos crear un espacio en donde nuestros hijos nos puedan hablar de sus sentimiento es para cuestionarnos también que nos está pasando.
La institución tiene apertura a que asistan adolescentes solas embarazadas o no, que hagan consultas, que pidan métodos anticonceptivos y demás?
Tenemos un consultorio de adolescencia, tenemos una médica que es especialista en adolescencia, tenemos psicóloga, tenemos trabajadores sociales que están en el tema de lo que es adolescencia. Sí, tenemos, se llama el Consultorio amigable de adolescencia.
¿Cuáles dirías que son los desafíos en pos la crianza y en establecer vínculos con nuestros hijos generando vínculos de confianza y más saludables?
Pensar eso que les decía del tema de los límites, pautar horarios, horas y tiempos en que los niños van a estar con la tecnología y tener presentes palabras como el amor y los limites como para dejarlos pensando sobre ¿qué nos pasa con eso?