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Emiliano Bisaro: “Hay que recuperar un sentido de lo público para no asociarlo a los pobres sino a t


Emiliano Bisaro, sociólogo y miembro del Consejo directivo de ATE Capital y de Fundación German Abdala conversó con LDZ sobre cómo afectan a la infancia las políticas de ajuste implementadas por el gobierno de Cambiemos y sobre los desafíos que plantean los 30 años de la Convención de los Derechos de los Niños.


¿Cómo afecta el ajuste que ya lleva 4 años en los niños específicamente?


Hay algunas cuestiones iniciales que parecen obvias pero son significativas de señalar. Las políticas neoliberales afectaron a las familias, a los papás y mamás que se quedaron sin empleo y eso tiene consecuencias directas en la niñez. Todo sabemos que la pobreza en la niñez está llegando al 50 por ciento, es de un dramatismo muy importante, pero a su vez hay un empobrecimiento de las Políticas públicas que deberían atender a ese sector. La AUH, la escuela, el centro sanitario, todo esto se ha empobrecido significativamente entonces las herramientas de las PP para poder dar respuesta están empobrecidas. La capacidad de dar respuesta es muy débil desde el punto de vista del estado, y esto sucede no solo porque no hay plata, la plata está pero se va para la bicicleta financiera. Esto está teniendo efectos muy graves en la niñez, la pobreza, la deserción escolar, el aumento de la violencia, en la sociedad, en los barrios, pero también dentro de la familia. Lo estamos viendo hoy pero todavía puede profundizarse si no lo empezamos a tratar ya mismo.


¿Qué pasos urgentes habría que dar?


Hay cuestiones que son inmediatas, hay que poner plata en los hogares más vulnerados, más castigados, eso es lo primero. No obstante hay una discusión interesante respecto a la niñez. Porque el gobierno de Cambiemos es portador de un proyecto social que incluía a la niñez, que se expresaba en frases como las de Esteban Bullrich que decía que la Educación servía para formar a los ceos del futuro, los Marcos Galperin, por un lado, mientras que para aquellos (la mayoría) otros la educación debía ser la llave para aprender a ser felices sin saber qué van a hacer el día de mañana son sus vidas, de que van a trabajar el día de mañana, la educación como un camino para ser felices en medio de la incertidumbre. Eso es terrible y es cargarse a buena parte de la tradición política argentina en relación a la infancia. El peronismo decía, “los únicos privilegiados son los niños”, la corriente sarmientina trataba de construir igualdad en el marco de la escuela pública, en cambio el macrismo habla de que debe haber dos tipos de infancias, a dos velocidades y en dos planos. Lo que Macri decía cuando expresaba “Cayó en la escuela pública” era esa idea, ahí van los chicos que padecen, digamos. Macri cree que hay una escuela buena, la privada. La tradición argentina decía que la escuela pública es la jerarquía, es para donde hay que ir. Eso hay que tratar de recuperar, un sentido de lo público donde lo público no es lo de los pobres, sino que es de todos. Y dejar de naturalizar la desigualdad, como sociedad nos debemos un proyecto que aspire a la igualdad.


En los últimos tiempos se ha trabajado algunas ideas reaccionarias y se ha justificado la doctrina Chocobar que avala la eliminación del otro por portación de rostro. Pero lo que asusta es el consentimiento social de esa mirada que se baja desde el Estado. ¿Cómo lo ves?


Veo que se trata de la promoción de la intolerancia respecto al otro, que se promueve desde el gobierno. Es la mirada que promueven el gobierno y los sectores sociales que se ven amenazados respecto a sus intereses. El caso más sofisticado es el de la búsqueda de bajar de la edad de punibilidad en el sistema penal juvenil. Me acuerdo cuando armaron una reunión con técnicos formados para que sean aconsejados respecto al tema. Los técnicos formados que ellos eligen rechazan la posibilidad o la alternativa de bajar la edad de punibilidad, no obstante insiste el gobierno con eso, con una búsqueda que tiene que ver con el punitivismo. Es un cinismo que promueve los peores valores que hay dentro de la sociedad.


Y una expansión de la cultura policía entre pares, no? Donde nosotros como ciudadano tenemos que estar atentos a lo que hace el vecino, como si fuésemos un GPS de la necesidad de limpieza social del estado.


Si, absolutamente es asÍ. Tenemos expectativas de que cambie el gobierno y con ese cambio de modifiquen las miradas de la niñez, de los sectores postergados, los trabajadores que tanto sufrieron estas políticas. Sabemos que la recuperación de los derechos perdidos no va a ser inmediata, pero estamos esperanzados de que cada día vamos a dar un paso para que los sectores mayoritarios vivan mejor.


¿Qué reflexión te surge de los 30 años que se cumplen de la Convención de los derechos de los niños?


Fue un avance cuando surgió la CDN. Hay que aprovechar los 30 años para dar una serie de discusiones. Porque la CDN expresó la defensa de los derechos del niño en determinados contextos, a nuestra manera de ver hay interpretaciones de la CDN que tienen dos marcas que hay que tratar de discutir. Una tiene un sentido liberal donde los derechos son individuales, centralmente y donde son asistidos individualmente. Lo describo de manera predominante, hay derechos colectivos pero centralmente se habla sobre el derecho del niño vulnerado, y el otro tema es el discurso jurídico, hay una primacía del discurso jurídico por sobre otras consideraciones. Sabemos que la gran mayoría de los problemas de la niñez son sociales y sin embargo la CDN intenta crear la tendencia de que la resolución de los problemas son judiciales y que la máxima institución son organismos con abogados especializados. Cuando en realidad necesitamos más políticas sociales inclusivas, donde en realidad necesitamos más trabajadores sociales que abogaos, necesitamos más trabajadores y gente vinculada a los territorios que gente vinculada a los tribunales. Pero bueno, es un buen momento para reflexionar sobre los derechos de los niños y la CDN, y tenemos muchos temas pendientes.


¿Bueno y para eso es propicio pensar desde la posibilidad de contar con un marco político nuevo, no?


Si, para nosotros es una alegría enorme, yo hablo desde el consejo directivo de ATE capital, que nuclea a los trabajadores nacionales, nosotros durante estos 4 años sufrimos, por nuestro sueldo, por los compañeros que fueron despedidos, porque nos dijeron que éramos la grasa militante, que éramos lo que sobraba del estado, que éramos vagos, y no fue solo el salario que se achicó, sino fue la constante descalificación, para nosotros fue una muy buena reivindicación que el pueblo haya votado otra cosa. Hubiera sido muy doloroso que se hubieran legitimado todos los agravios para los estatales, mejor dicho para el pueblo argentino en su conjunto. Así que tuvimos esa alegría no?

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