Haciendo lo que hay que hacer: ¡Música!
"Haciendo lo que hay que hacer", fue el slogan elegido por el actual gobierno para su campaña de reelección de cara a las elecciones presidenciales de este año. Dicha frase podría entrar en un serio cuestionamiento si se pusiera el foco en, por ejemplo, algunas medidas educativas infanto-juveniles.
No obstante, en nuestra provincia supo haber un grupo de jóvenes que, desde su lugar, entendieron hace un par de años qué es lo que se tenía que hacer por los niños, niñas y adolescentes: música.
Así nació el festival solidario "Música para las Escuelas", que hoyo domingo 15 tendrá su sexta edición dentro de la agenda cultural y solidaria de la provincia. Desde las 16.30, el Museo de la Universidad Nacional de Tucumán (MUNT), ubicado en San Martín 1545, abrirá sus puertas para albergar este proyecto que busca recaudar fondos para la compra de instrumentos musicales que serán donados a una escuela de alta montaña de Tucumán, en esta edición la institución elegida es la E
scuela N° 336 de Salas. La entrada es libre y gratuita. Se puede colaborar con la compra de bonos y en la compra de alimentos y bebidas.
Habrá dos pistas para que diversos artistas tucumanos, de una amplia variedad de géneros, suban a escenario a colaborar y encender el festival. La banda de cumbia “Plazoleta All Stars”, “Verde Jade” con su ska, “La Jugarreta Tango”, el folclore de “Las 4 cuerdas”, el baile de “Zona Cero Crew”, más de 5 DJs a lo largo de la jornada y una gran variedad de artistas serán los encargados de animar el evento.
Conmovido por lo que se consigue año a año, Matías Vega, organizador de esta movida, nos cuenta que "Música para las Escuelas nació del corazón: en un viaje que hice a Amaicha del Valle, terminé en un escuela charlando con sus estudiantes y me di con que a ellos les gustaba la música tanto como a mí, pero que no tenía la posibilidad de practicarla con frecuencia. Ahí pensé que esto tenía que cambiar, que se podía y se tenía que hacer algo. Así nació esta idea, que hoy cumple su 6to año, cuenta con ayuda de más de 200 personas, ya sea en calidad de músicos, fotógrafos o voluntarios y que, además, este año está por convertirse en una fundación".
Además, Matías se siente profundamente agradecido porque quienes colaboran con la realización del festival entienden el trasfondo del mismo: "Los músicos y fotógrafos aceptan laburar gratis, al igual que los voluntarios que ocupan su tiempo en tareas como difusión, compra de los artículos necesarios y búsqueda de sponsor; porque entienden que esto es por poder dar una mano en algo tan lindo como lo es el arte".
Finalmente, el joven de 30 años, baterista, chef y actor, marca una diferencia entre caridad y solidaridad, y porque optan por la segunda: "Caridad sería ir, darles los instrumentos y no volver a saber nada. Nosotros apostamos en que desde la escuela se comprometan con el proyecto y con la música, esto se puede ver, por ejemplo, en el hecho de que en cada nuevo festival que se realiza, se invita a la escuela que fue beneficiada en la edición anterior, a subir al escenario y tocar algunas canciones".
Encaja de manera perfecta el popular refrán ‘del dicho al hecho hay un largo trecho’. Porque no alcanza solo con decir que se están haciendo las cosas que hay que hacer, sino que efectivamente hay que hacerlas. Así lo entendieron Matías Vega y los colaboradores de “Música para las escuelas”. No dicen, hacen.