top of page

Análisis "El libro de la Vida": los mandatos en la niñez y la importancia de discutirlos

Por Marcos Lobo


Tal vez usted, quien está leyendo, no lo sepa pero tres años antes de que se estrenara la famosa película de Pixar "Coco" (2017), en 2014 se había estrenado otra película que buscaba retratar el culto alrededor del día de los muertos en México de forma caricaturesca a través de la animación en 3D. Se trata de "El libro de la Vida", dirigida por Jorge R. Gutiérrez.



¿De qué trata la historia? El argumento principal es bastante simple: La Catrina, diosa de la "tierra de los recordados" y Xibalba dios de la "tierra de los olvidados" hacen una apuesta para intercambiar de reinos: de un grupo de 3 amigos, cada quien elige a un joven varón. Si al crecer, el joven elegido por el dios se casa con la chica de ese grupo (María), ese dios será el gobernante de la tierra de los recordados (el más alegre y festivo) y el otro de quedará con la tierra de los olvidados (el más oscuro y lúgubre). La Catrina escoge a Manolo, un joven bondadoso, apasionado por la guitarra y último descendiente de la familia Sánchez, famosa por su ininterrumpido linaje de hombres Toreros. Xibalba escoge a Joaquín, un joven egocéntrico, hijo del capitán Pendragon, gran héroe del pueblo de San Angel (donde trascurre la mayoría de la historia). Ahora bien ¿Qué hay detrás? Si lo pensamos bien, al ver la película, notamos que tanto en Manolo como en Joaquín están representadas dos formas distintas de reacción frente a la imposición de los mandatos familiares en lo particular pero que, a fin y al cabo, son mandatos de masculinidad en el fondo. Joaquín acepta el legado de su padre, quien murió en batalla, y pone su figura como el ideal al cual aspira llegar. Sin embargo, detrás de esa admiración se encuentra el miedo a no poder cumplir con las expectativas que tiene puestas el pueblo de San Angel en él, al ser el hijo del héroe del pueblo. Una de las primeras escenas de la película muestra como Joaquín se encuentra ante la tumba de su padre en el día de los muertos. Por detrás aparece Xibalba disfrazado de un anciano pobre que le pide un poco del pan a Joaquín (se le conoce como "pan de muerto" pues se coloca como ofrenda en las tumbas de los familiares en esta festividad). Este se niega a dárselo así que Xibalba le ofrece la medalla de la vida eterna a cambio del pan. Éste le explica que mientras alguien la utiliza no puede ser dañado o vencido. En otras palabras, Joaquín encontró la oportunidad de cumplir con la carga que se le ha impuesto por parte del pueblo y que se ha autoimpuesto también él mismo. Por lo tanto acepta el intercambio. El caso de Manolo es similar pero distinto al mismo tiempo. Al igual que todos sus antecesores, Manolo tiene una habilidad innata para las corridas de toros, incluso desde chico, momento desde el cual su padre Carlos lo impulsa a seguir con el legado familiar. Sim embargo, la verdadera pasión de su hijo es la Guitarra acústica (aparte del rechazo que tiene hacia la idea de matar toros). Esto naturalmente genera fricciones entre Manolo y su padre, quien siempre le recuerda que "la música no es algo propio de un torero de apellido Sánchez". Ya crecido Manolo va a tener su primera corrida de toros en un estadio con todos los habitantes de San Angel, incluida María. La misma se desarrolla sin mayores complicaciones hasta el momento en el que el toro cae. En ese momento Manolo se acerca a las gradas a recibir la espada por parte de su padre. Carlos, al ver la duda en la mirada de su hijo, le dice: -"Por favor M'ijo. Por mí. Por nuestra familia". Manolo toma la espada pero finalmente la arroja y grita hacia todo el estadio: -"Matar al toro está mal". Entonces todo el estadio lo abuchea y lo rechaza, con excepción de María, quien lo aplaude y muestra admiración por su acto de compasión hacia el animal. Al estar solo en el lugar, Manolo empieza a tocar las notas iniciales de la canción "Creep" del grupo Radiohead. Traducido, la letra dice: "Eres como un ángel, tu piel me hace llorar. Pero yo soy un fenómeno, soy un bicho raro, ¿qué demonios estoy haciendo aquí? No pertenezco a este lugar." El fragmento revela los sentimientos que Manolo tiene no sólo hacia su legado y su pueblo, sino hacia María, a quien quiere probarle su amor a toda costa. María, por su parte, lejos de cumplir con el papel fetichista de la "Dama trofeo", es un personaje activo e independiente. En varias ocasiones ella prueba que el amor no se rige por la meritocracia. Dicho de otra forma, ella sabe que no le pertenece a ninguno de los dos, por más actos heroicos que realice Joaquín en su nombre o cuantas canciones le dedique Manolo (dicho sea de paso, otro tipo de mandato masculino de los más arcaicos: el obtener a una mujer no por medio del afecto sino por las proezas para conseguir un estatus dentro de la sociedad en general y de sus pares masculinos en particular). Aunque genuinamente tanto Manolo como Joaquin sienten afecto por María, ambos proceden con esta lógica con el fin de ser correspondidos.




¿Cómo resulven ambos sus conflictos internos? Si bien Joaquín y Manolo son rivales, nunca dejan de ser amigos y es en sus conflictos en el que se ven identificados de forma mutua: _ M: Tenemos sombras muy grandes que cubrir. _ J: Gigantes. Es cerca del clímax en el que ambos enfrentan su prueba final: Mientras que Joaquin se enfrenta al Chacal, el bandido respondable de la muerte de su padre y que busca la medalla de la vida eterna, en la tierra de los muertos, Manolo para poder volver a la vida debe enfrentar a todos los toros asesinados por la familia Sánchez (combinados en un toro esquelético colosal) pues según Xibalba este es su mayor miedo. En otras palabras, simbólicamente, ambos están enfrentando sus legados familiares en los momentos en que los mismos adquieren el mayor peso que jamás hayan sentido. Ambos enfrentarán sus desafíos, pero lo realmente importante está en el cómo lo hacen: Al igual que en su primera corrida, Manolo logra derribar al toro, pero ahora tiene 2 objetos para elegir: la espada o la guitarra que le regaló María cuando eran niñes. Manolo finalmente toma la guitarra y, al leer la inscripción que le puso María a la guitarra ("siempre toca con el corazón"), este empieza a tocar para el toro: "Toro, me da pena, y te suplico perdonar A todos los que un día te vinieron a matar Sufriste la injusticia de otros tantos como tú Te ofrezco mis disculpas, respeto y gratitud ¿Me perdonas? Toro ¿Me perdonas? Mi verdad está en esta canción Si nos quisimos matar Te ruego que hoy me puedas escuchar Si puedes perdonar, si puedes perdonar La paz llegará Si puedes perdonar el amor vivirá Siempre vivirá". El toro conmovido se desintegra convertido en muchos pétalos brillantes y Manolo ve como su padre se acerca diciendo: _ Una vez te dije que un hombre Sánchez jamás se disculpa... _ Papá, yo… _Pero tu cambiaste todo eso. Debí haber sido un mejor padre para ti. De verdad lo siento M'ijo. Así, Manolo logró superar su obstáculo: su mayor miedo no era enfrentar al toro, su mayor miedo era ser él mismo. De vuelta en la tierra de los vivos, Manolo se enfrenta al Chacal. En cierto punto se cree que murió, para que pocos segundos después nos demos cuenta de que Manolo tenía la medalla en su ropa. Esto porque Joaquín estaba dispuesto a sacrificarse por su amigo con tal de que este siguiera vivo. Al final María se acerca a Joaquín y le pregunta si se encuentra bien, a lo que responde sosteniendo la medalla: _ Jamás vi con tanta claridad las cosas. Posteriormente le devuelve la medalla a Xibalba. Así Joaquín abandonó su ideal y descubrió que el verdadero heroísmo se encontraba en dejar el egoísmo de lado. ¿A qué conclusión llegamos? ¿Es una historia de amor? Si, lo es. ¿Tiene un mensaje a favor de los derechos de los animales? Por supuesto que si. Pero, sin dejar de lado la importancia de los anteriores tópicos, quien les escribe encuentra interesante el cómo la película plantea la importancia de poner en discusión como las tradiciones familiares, las creencias (y los estereotipos de género por momentos) generan tensiones en las infancias que, si se mantienen, pueden llegar a generar problemas como inseguridades, miedos, baja autoestima o crisis de identidad. La cuestión, valga la redundancia, es cuestionarnos acerca de lo que muchas veces estamos dejando de lado con tal de que las siguientes generaciones mantengan ciertas creencias y prácticas que las generaciones anteriores tienen como absolutas e inalterables (hablando en términos generales). La solución es prestar oído a lo que las infancias tienen para decir sobre esas creencias y prácticas, validar su perspectiva acerca de esos temas y no ser impositivos con nuestro punto de vista. Lo que tengan para decir o proponer es valioso y la importancia de apoyarlos para la búsqueda de aquello que quieren alcanzar lo es aún más. Como dicen Manolo y Joaquín: J: es tiempo de hacer nuestras propias sombras… M: … y escribir nuestras propias historias. Vaya que es necesario hoy en día. Y tú ¿Qué opinas al respecto?


Entradas recientes
Archivo
Secciones
bottom of page