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Cómo hablar sobre la guerra con niños y niñas previniendo la catarata de noticias falsas (Parte 2)


Por Emanuel Gall


Para hablar de noticias con niños y niñas hay que ver primero cómo les llegan y cómo las consumen


Hay una cuestión básica que las personas adultas debemos considerar a la hora de hablar con niños y niñas. Para comenzar, que los niños y las niñas en la actualidad no se informan (ni sobre la guerra ni sobre otros temas) con el noticiero de las 21 hs (tampoco con el del mediodía), ni esperando boletines informativos en radios a transmisor, ni siquiera siguiendo un blog de un/a periodista que les gusta. Puede que cuando estemos viendo o leyendo algo de eso ellos/as también presten atención. Pero lo fundamental es tener en cuenta que la información les llega todo el tiempo (a nuestros niños), a toda hora, por varias plataformas y en formatos diversos. Consumen un tipo de videos en IGTV (principalmente los adolescentes), videos de no más de 20 segundos en Tik Tok (niños y niñas hasta 13), editados por pares, audios de influencers, producciones que reciben por whatsap, algo de facebook si tienen hermanos mayores, en un continuum de contenidos que dura todo el día y sólo se para (¿seguro?) cuando duermen.


A los niños y niñas les gusta TikTok


La aplicación móvil TikTok permite a sus usuarios/as crear un video corto de ellos mismos que presenta música de fondo, puede acelerarse, ralentizarse o editarse con un filtro. ​ En esta plataforma se pueden agregar sonidos además de la música de fondo. Para crear un video con la aplicación, los usuarios pueden elegir música de fondo de una amplia variedad de géneros, editar con un filtro y grabar un video de 15 segundos con ajustes de velocidad antes de subirlo para compartirlo con otros en TikTok u otras plataformas sociales.

TikTok es una red diseñada para cautivar la atención principalmente en niños/as y adolescentes; esto incluye esfuerzos y desarrollo de formatos que hace la red social para aumentar la frecuencia y duración de permanencia de niños y niñas.

En un principio se caracterizaba por un contrato de lectura en donde predominaba la ficción (gente bailando, cocinando, actuaciones improvisadas, influencers vendiendo productos o propuestas, famosos etc.) Pero con el correr de los años en Tik Tok proliferan videos reels con una fuerte impronta periodística, que parte de un contrato de lectura que sitúa esos relatos en la trama de la no ficción, o sea relatos con pretensión de verdad. El problema es que en Tik Tok todos los relatos se construyen con los códigos de la ficción, sin necesidad de citar fuentes, ni hacer sonar dos campanas, ni chequear imágenes ni datos.

Los usuarios de Tik Tok consumen reportajes de noticias y escuchan a personas de su entorno hablar sobre la guerra y se familiarizan con imágenes de catástrofes, destrucciones, uso de armas y poblaciones en riesgo. Se suele decir que los niños tienen poca experiencia que les ayude a considerar toda la información que reciben con un objetivo critico. Ahí cobra sentido el rol de las personas adultas, acompañando en esa reconstrucción de significados a los niños cuando interaccionan con mensajes diversos y complejos.

Cualquiera sea su edad los niños necesitan poder expresar sus sentimientos y preocupaciones acerca de la guerra. Nuestra labor es animarlos a expresarse, escucharles y responder las preguntas que puedan tener.


Estar despabilados para no ser manipulados


La intensidad y la inmediatez de las redes sociales están creando un escenario en el que la información y la desinformación se enredan continuamente entre sí, aclarando y confundiendo en simultáneo. Portales como Chequeado o Maldita Educa sistematizaron algunas operaciones de manipulación de la información sobre la guerra en Ucrania a la que se accede por blogs y redes, pero que también muchos medios (comerciales conocidos) levantan y difunden. De este modo nuestros niños, niñas, adolescentes y adultos acceden a fotos y vídeos antiguos que se comparten como si fuesen actuales, vídeos con subtítulos falsos, tuits que se hacen pasar por medios de comunicación o inclusive las mismas noticias falsas que ya se han utilizado en otros momentos como estrategias permanentes.

Tik Tok no solo entretiene e informa sino que por su propia naturaleza (cualquier usuario puede subir contenidos con el mismo nivel de legitimidad) crea una escena muy susceptible para promover fake news.

En Tik Tok proliferan relatos y narrativas que ayudan a construir juegos de sentido diversos (no siempre identificables como tales):


Sátira o parodia: En estos casos los contenidos no pretenden causar daño o engaño.

Contenido engañoso: Se trata del uso engañoso de la información para incriminar a alguien o algo y descalificar su palabra o versión de la realidad.

Contenido impostor: Es el tipo de información que suplanta fuentes genuinas.

Contenido fabricado: Contenido nuevo, predominantemente falso, diseñado especialmente para engañar y perjudicar.

Conexión falsa: Titulares, imágenes o leyendas que no confirman el contenido.

Contexto falso: Contenido genuino que se difunde con información de contexto falsa.

Contenido manipulado: Información o imágenes genuinas que se manipulan para engañar.


¿Qué estamos viendo en los múltiples relatos audiovisuales sobre la guerra en Ucrania que llegan a nuestros dispositivos a través de plataformas?


Fotos y vídeos antiguos que circulan como actuales

Usar fotos o vídeos que son reales, pero antiguos, y hacerlos pasar por actuales es una forma habitual de desinformar. Uno de los tipos de engaños que más estamos viendo circular.




La imagen en realidad es del año 2018.


Fotos y vídeos de otros conflictos que se difunden como si fuesen de Ucrania

Otra de las prácticas que también hemos visto bastante desde que Rusia bombardease a Ucrania el 24 de febrero es la de utilizar imágenes, ya sean fotos o vídeos, de otros conflictos armados afirmando que se han tomado en Ucrania.


Se dijo que esta imagen pertenecía a un avión ruso derribado por fuerzas ucranianas. En realidad, se trata de otro conflicto.





Subtítulos falsos que no se corresponden con el audio

desinformadores también aprovechan los vídeos en otros idiomas para intentar manipular el sentido con subtítulos falsos que no tienen relación con el audio que supuestamente representa.






Videojuegos y simulaciones que hacen pasar por imágenes reales

Hay imágenes creadas digitalmente que nos pueden parecer reales y en este caso hemos visto cómo escenas sacadas de videojuegos y simuladores también se han convertido en desinformación, al difundirlos como reales.




EL video pasado por la señal española Cadena 3, en realidad pertenece al videojuego Arme III



Fragmentos de series o películas difundidos como si no fuesen ficción

Usar fragmentos de películas o series de televisión para desinformar no es una práctica nueva. Lo hemos visto en otros contextos como la pandemia de coronavirus y ahora se ha vuelto a utilizar.



Esta imagen de una niña llorando al lado de su abuela muerta, corresponde a una película rusa.



Imágenes que ya se han usado antes para desinformar en otros contextos

A veces los bulos se reciclan y las imágenes que se han usado para desinformar en un momento dado vuelven a difundirse más adelante vinculadas a otros hechos.



Un soldado ucraniano despidiéndose de su mujer, la foto pertenece a un documental filmado en 2017.




Falsas portadas de revistas

Las falsas portadas de la revista Time que se comparten como reales son prácticamente un clásico de la desinformación.




Hechos que sí son actuales, pero se afirma que son antiguos para desinformar

Algunas veces también se desinforma diciendo que un hecho que sí es actual es antiguo y que no tiene que ver con lo pasa ahora. Es lo que sucedió con este vídeo en el que un grupo de personas ondea banderas ucranianas en una plaza mientras suena el himno nacional.






Twits que suplantan a medios de comunicación

Twitter es hiperactivo en términos informativos y muchas veces es difícil verificar en pleno scrolleo que el logo de marca no es el real. Suele pasar con las cuentas de grandes cadenas globales que tienen muchos seguidores, repetidores y cuentas gemelas destinadas a hacer pasar por verdaderas noticias claramente falsas y armadas. Que la cuenta que creemos que es la que pública sea efectivamente la cuenta y su contenido el verdadero.


Este twit anuncia la muerte de un norteamericano que se encontraba en Ucrania, no solo la información es falsa, sino que la cuenta que lo publica no pertenece a la CNN.





A NO COMPARTIR SI NO ESTAMOS SEGUROS DE QUE LA INFORMACIÓN ES REAL


Estos son solo algunos de los ejemplos de manipulación detectados en lo que va desde el 24 de febrero en que Rusia invadió Ucrania a esta parte. Si bien no son innovadores ni exclusivos de esta guerra, sí se presentan en una cantidad que es propia de las posibilidades que abre la escena de multiplataformas y consumo cada vez más individualizado que caracteriza a nuestra época. De ahí que se vuelva cada más necesario reflexionar sobre las noticias qué consumimos, su origen, producción y circulación y generar conversaciones entre adultos y niños sobre estas cuestiones.

Algunos expertos sostienen que la difusión de noticias falsas en momentos de emergencias muchas veces es una reacción normal ante la ansiedad, la falta de información y la ambigüedad que se suelen dar circunstancias tan dramáticas como una guerra. Pero para no lamentar males mayores, ni ser parte del extenso universo de desinformadores que proliferan en el mundo conviene hacer uso de estas recomendaciones que hacen proyectos como chequeado.com para corroborar si una noticia es real, veraz y legítima.

En una sección llamada «Falso en las redes» dedicada a chequear las noticias que circulan en las redes sociales Chequeado.com propone fortalecer un debate público y un periodismo más atento, a partir de una lista de seis consejos para detectar desinformación y contenido pernicioso:


Desconfiar de los títulos grandes y en mayúsculas: Este tipo de titulares están diseñados para apelar a la emotividad y generar interés en redes sociales, ya que resaltan más en las actualizaciones de las redes.


Analizar la sección “Acerca de” o “About” del sitio: En los medios más confiables, esta parte de la página incluye datos importantes acerca del equipo, el financiamiento, la dirección donde funciona el medio, el contacto u otras características verificables. En aquellos sitios creados específicamente para difundir contenido falso, esta sección generalmente no existe o está incompleta.


Chequear los links y las citas: Es importante verificar las fuentes que tiene la noticia, si los vínculos que se indican como fuente no funcionan o redirigen a páginas que no están relacionadas con lo referido, el artículo ya es sospechoso y no debería compartirse. Para ello, buscar las citas mencionadas en Google u otro buscador, para verificar que efectivamente hayan sido declaraciones de las personas a quienes se les atribuye, puede ser una buena opción.


Desconfiar de URLs similares a sitios conocidos: En varias ocasiones, una estrategia de los sitios que difunden noticias falsas es utilizar un vínculo bastante similar a otros portales conocidos. Esto lo hacen para confundir al lector y que éste difunda datos falsos.


Encontrar una fuente local y consultarla: Alguien que está en el lugar de los hechos puede proveer información crucial, y no se necesita ser parte de un medio con un corresponsal para poder hacer esto. Y si no leer o escuchar a periodistas que hayan hablado con corresponsales de guerra.


Realizar una búsqueda inversa de imágenes: en muchas ocasiones, el contenido engañoso hace uso de fotos fuera de contexto o que no se corresponden con las originales. Con sólo buscar esas imágenes en Google, se puede fácilmente desestimar una información que es presentada como cierta.

Y sumado a estos consejos sumamos una buena práctica. Eso es fundamental que los niños estén avisados, hayan charlado sobre estos temas y estén prevenidos antes de compartir cualquier contenido que les llegue a las redes que usan en sus dispositivos.


Recordemos siempre la importancia de tocar estos temas en familia, escuela, colegios, clubes, organizaciones y asegurarnos de que la información que consumen los niños y niñas sea real y bien intencionada. Cuanto antes los ayudemos a alfabetizarse audiovisualmente, más estaremos aportando a su desarrollo y educación crítica y a su capacidad de construir un pensamiento propio. Más libre y menos manipulado.

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