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¿Qué es la Mutilación Genital Femenina y por qué es necesario saber de esta problemática?

Por Ernestina Giovaninni La mutilación genital femenina (MGF) es una práctica que implica la alteración o lesión de los genitales femeninos por motivos no médicos y que internacionalmente es reconocida como una violación grave de los derchos humanos, la salud y la integrudad de las mujeres y niñas. Es importante que tengamos presente que la MGF no tiene ningún beneficio para la salud, y daña mujeres y niñas de muchas formas. Implica la escisión y lesión de tejido genitl femenino sano y normal, e interfiere en las funciones naturales del cuerpo de las niñas y mujeres. Puede causar complicaciones de salud a corto y largo plazo, incluido dolor crónico, infecciones, sangrados, mayor riesgo de transmisión del VIH, ansiedad, depresión, complicaciones durante el parto, infecundidad y, en el peor de los casos, la muerte. Esta práctica se concentra en cerca de 30 países de África y de Oriente Medio y Asia meridional, así como algunos países asiáticos (India, Indonesia, Iraq y Paquistán) y algunas pequeñas comunidades de Latinoamérica. Asimismo, persiste en las poblaciones emigrantes que viven en Europa Occidental, en Norte América, Australia y Nueva Zelanda. En el año 2012, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió celebrar el 6 de febrero como el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, con el objetivo de ampliar y enfocar los esfuerzos para eliminar esta práctica. Población en riesgo Los procedimientos de MGF se practican en la mayoría de los casos en la infancia, en algún momento entre la lactancia y la adolescencia, y ocasionalmente en la edad adulta. Se calcula que cada año más de tres millones de niñas corren el riesgo de sufrir MGF, y actualmente hay más de 200 millones de mujeres y niñas que han sido objeto de la MGF. Factores de orden cultural y social Los motivos por los que se ejerce esta práctica difieren de una región a otra y de una época a otra, aunque siempre responden a una mezcla de factores socioculturales vehiculados por las familias o comunidades que por lo general la sostienen por presión social y temor al rechazo de la comunidad. A menudo responde a la concepción de lo que se considera una “conducta sexual aceptable” y se asocia a modelos culturales de feminidad y recato, portadores de la idea de que las niñas son “puras” una vez que eliminan de su cuerpo aquellas partes que se consideran impuras o no femeninas. Es por esto que esta práctica está arraigada en la desigualdad de género y los desequilibrios de poder que representan una amplia violación de los Derechos Humanos de las mujeres y niñas; ya sea, en cuanto a derechos a la salud, a la integridad física, a la seguridad, al no sometimiento a torturas y por supuesto, el derecho a la vida ya que muchas veces, el desenlace es fatal. “Ninguna hija mía será circuncidada En conversación con ONU Mujeres, la activista gambiana Jaha Dukureh cuenta su historia como víctima de la MGF y posteriormente activista y Embajadora de Buena Voluntad de ONU Mujeres en África. “Llegué a Nueva York un día de Navidad cuando tenía 15 años para casarme con un hombre al que no conocía. En ese momento me di cuenta que me habían practicado una mutilación genital de tipo 3. Como consecuencia, no podía mantener relaciones sexuales hasta que me hicieran una esisción.Comencé a hablar del tema de forma anónima cuando estaba embarazada de mi hija. Sabía que no quería que ella pasara por lo mismo, pero también sabía que hay millones de niñas que son como mi hija y que nadie las defiende, y si no lo hacía yo ¿quién lo iba a hacer?". En 2013, Jaha fundó la ONG “Safe Hands for Girls” para proteger a mujeres y niñas de la MGF. “Creo que podemos cambiar las culturas y normas de la comunidad, lo que realmente necesitamos para acabar con esta práctica es conseguir recursos que lleguen a las bases, necesitamos proporcionar servicios a las personas que han sufrido esto y educar nuestras comunidades para que entiendan lo perjudicial que es esta práctica. También debemos dejar de victimizar a las mujeres que han sufrido esta mutilación y empezar a verlas como promotoras del cambio así como ser conscientes de que las mujeres y comunidades son más que capaces de aportar soluciones para acabar con esto”. Además, ONU Mujeres recogió el testimonio de Asli Ahmed de Somalia, quien dice a la cámara con su bebé en brazos; “ninguna hija mía será circuncidada”. “Desaconsejaré esta práctica a todo el mundo. Les diré que no deberían hacer eso a sus hijas”. También, la Dra. Maryam Omar Salad del Hospital de Benadir, Somalia, sostiene que “se considera delito matar o mutilar a una persona, por eso creo que el Gobierno debería intervenir para frenar la mutilación genital femenina”.

¿Cómo impactó la pandemia por COVID 19? Millones de niñas corren un mayor riesgo de ser víctimas de la mutilación genital femenina debido a la pandemia por COVID 19. El cierre de escuelas, los confinamientos y la interrupción de los servicios que protegen a las niñas de esta práctica nociva hacen suponer que podrían producirse 2 millones más de casos adicionales en la próxima década. En este Día de Tolerancia Cero con la MGF visibilizar es nuestra herramienta, hablar más sobre el tema, debatir, contárselo a personas cercanas que no saben de esta práctica y ayudar a la inversión, son cosas que harán la diferencia, y por sobre todo, entender que no existen motivos o justificaciones de ninguna indole para violar los Derechos Humanos de mujeres y niñas.

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